A la sexta edición del Circus Rock, por lo menos el día sábado, no fue demasiada gente. El lugar: La ex Fábrica, en pleno Patronato. Este encuentro de música independiente, que le da valor agregado a las presentaciones en vivo de bandas locales con exposiciones de sellos independientes y muestras audiovisuales, pudo haber convocado a mucho mas público.

Pero fue arriesgada la apuesta de la organización. Priorizaron bandas nuevas, que recien están haciendo sus primeras armas y con un público reducido en comparación a los nombres de los grupos de años anteriores.
Porque cuando se dio inicio al Circus Rock en el 2007 en el Galpón Victor Jara los invitados fueron Emociones Clandestinas, Guiso, The Ganjas, Leo Quinteros y hasta la faceta de comediante de José Miguel Villouta.

Sin embrago desde el 2010 hasta ahora se nota que los organizadores se la han jugado por promover a bandas mucho mas emergentes, pero de igual calidad. El riesgo es que se vea reducido el público y los recintos en donde se realizan. Solo recordar lo del 2008 en el Cine Arte Alameda, cuando terminó de tocar el legendario grupo Agua Turbia en el escenario ubicado delante de la pantalla del cine para dar paso en el amplio hall de acceso, a Hielo Negro, dos escenarios de lujo.

Lo de este año, en cambio, una ex discotec de tamaño normal que en ningún momento superó el 50% de su capacidad, lamentablemente.

El segundo día abrió el evento el sonido sicodélico y lúdico de Tomates Rocky, ideal para comenzar. Luego La reina morsa, una excelente banda de un pop inocente pero nada de ingenuo, liderada por el carismático bajo perfil de Victoria Cordero en la voz, guitarra y percusiones y de cerca  Mico Rubilar, también fundador del grupo. La Reina Morsa, otra joya del sello Cazador, a diferencia de otras bandas se quedaron después de su show a seguir viendo el espectáculo, tomándose unas chelas entre el público o conversando con el que se acercara. Ese tipo de gestos debería ser habituales cuando se reúnen varias bandas, sobre todo cuando todas están recién haciendo sus primeras armas, lejos de de la injustificada actitud rockstar de algunos de sus pares, conducta injustificada, debido a que entre otras cosas, no se mueven en un jet privado, por dar un ejemplo que lo sintetice todo.

El show continuó con Matias Cena & The Ficcions, con un folk rock sumado a una buena dosis de country muy recomendable.

Después se subió al escenario el esperado show de Jiminelson son un set de canciones tranquilas y bluseras, varias en inglés, como su último single producido por Pedro Piedra  We Never Kissed Goodbye o el cover de Prince Nothing Compares 2 U.

Luego de Jiminelson hubo un break para la salidad de la nueva carta de pop bailable del Sello cazador: Adrianigual. Sin mucho público a esa hora, pero la mayoría bailaba. El valor agregado de la manda es la oscuridad y contenido social de varias de sus letras que hacen un perfecto contraste.

Y para cerrar las presentaciones de las bandas, el sólido show del cuarteto Intimate Stranger, con la inglesa Tessie Spoljaric-Woodgate en voz y bajo, junto a los chilenos Lautaro Vera (guitarra), Ismael Palma (teclados) y Mauricio Muñoz (batería).

La fiesta post show estuvo a cargo de dj Madbeat, dando por cerrado otro año de Circus Rock, que pese a que las bandas se merecían un publico mucho mayor, todos los que estuvimos ahí, salimos conformes y hasta orgullosos de las bandas que se presentaron. Total, la cantidad no hace la calidad, pero sí hubiese sido ideal que hubiesen asistido mas personas como para poder disfrutarlo.