Da igual a qué te dediques, podemos asumir que pasas muchas horas de tu semana enviando y recibiendo mensajes de Whatsapp. No por nada es la aplicación más descargada según el estudio Latam Insights 2021. Pero más allá de ser la forma de vincularte con tus personas y con lo que haces a diario, su uso excesivo está teniendo consecuencias negativas en la salud mental de sus usuarios. Hablamos con una psicóloga para saber qué hacer para disminuir la fatiga Whatsapp y esto nos dijo. Pasa a leer.
Desde que te levantas hasta que te vas a dormir recibes centenares de notificaciones en tu celular. Si ya era tedioso que pasara cuando podías salir a estudiar o a trabajar de manera presencial, con la llegada de la pandemia y el explosivo aumento de las conexiones remotas en el mundo, es normal que estés fatigado. Y Chile destaca por estar conectado digitalmente.
En el estudio de PageGroup, Latam Insights 2021, Chile fue el segundo país con mayor crecimiento digital en el continente, con un 71%. Pero eso no es todo, ya que en el mismo análisis destacan que las conexiones en celulares en el territorio chileno superan el número de habitantes, con 25,31 millones de conexiones.
Estos datos sumados a la falta de diferenciación espacial del trabajo/estudio y el hogar producto de la pandemia sentaron las bases de la fatiga de redes sociales, sobre todo las que son utilizadas para todo ámbito. Aquí es donde entra Whatsapp, la aplicación que figura como la más descargada en 2021 según el estudio Latam Insights 2021.
Cuando comenzó la pandemia a nivel mundial esta plataforma sirvió para mantener la conectividad entre las personas, “pero empezó a ser una especie de extensión de uno, provocando la fatiga con respecto a tener que estar siempre conectados”, explica la académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales (UDP), Javiera Duarte.
Para la también investigadora del Centro de Estudios en Psicología Clínica y Psicoterapia UDP, esto ocurre en dos planos. Uno “más profesional”, donde se volvió común alargar las horas de trabajo y recibir mensajes fuera del horario laboral, aún cuando existen políticas internas para no contestarlos. La otra tiene relación con las amistades y la familia, cuando es utilizado para “fines más sociales”.
¿Las personas te caen peor que antes?: Sí, es hastío social
“No te permite desconectarte finalmente”, sentencia Duarte. Ella además tiene una consulta psicológica, donde cuenta que desde el inicio de la pandemia sus pacientes le han comunicado que esta conectividad constante a la aplicación de mensajes les produce desde ansiedad hasta culpa. “Están constantemente bombardeados de mensajes y de información que comienza a tener un efecto de cansancio”, explica, “y se genera este círculo vicioso: da lata contestar ,mientras siguen llegando mensajes, y me siento culpable por no responder”.
Y es que para relacionarse hay que esforzarse. “Por la forma en que funcionamos, estar pendientes de tantos blancos produce un desgaste en el cerebro”, asegura. La situación se agrava cuando las personas que te mensajean esperan que respondas lo antes posible, algo común en esta era de la inmediatez.
La investigadora nos dio algunos tips para disminuir la fatiga de Whatsapp y poder separar tu espacio de trabajo/estudio con el privado y familiar. Estos fueron:
- Poner límites: En el trabajo pueden establecer no recibir correos y/o mensajes después de terminada la jornada laboral. Con tus amigxs y familia puedes comentarles realmente cuán rápido puedes responderles según tu disponibilidad. Todo está en conversar.
- Características de la app: Apagar las notificaciones para evitar que esté siempre vibrando o con la pantalla iluminada, cancelar las notificaciones en tiempo real y en segundo plano, para que así puedas ver los mensajes una vez que abras Whatsapp, “para que tú decidas cuándo contestar”.
- Dejar el celular de lado: Suena cliché, pero es probable que tu celular esté siempre cerca tuyo, o quizás en este momento (si es que no estás leyendo esto desde ahí). Practica dejándolo en otra habitación cuando vayas a comer y cuando estés con amigos, amigas y familiares. “Son cosas pequeñas, pero importantes para ir rompiendo la relación con el teléfono”.