¿Un fanfiction de Mad Men? ¿Una oda a la locura del blanco? Solo sabemos que está bien malo.
Un buen libro te atrapa en las primeras páginas y de ahí no te suelta. Todos se acuerdan perfectamente de ese texto que se robó su atención en las primeras líneas. Lo tienen guardado en el corazón de su vida, en un lugar significativo. Bueno, este libro no es de esos, y que me pelee quién diga que tiene algún tipo de valor literario elevado.
Absolutamente, Heather (Seix Barral, 2018) es la primera novela de Matthew Weiner del creador de Mad Men y guionista de The Sopranos. El hombre sabe de personajes complejos; hombres y mujeres marcadas por la ambición y la tragedia que se transformaron, ficcionalmente, en líderes y que tuvieron una caída en picada hacia el fracaso por el exceso de ambición. La maestría de Weiner está en mostrar a esa gama de personas directo en la pantalla de tu living, entonces, ¿Por qué habríamos de desconfiar de alguien que nos dió tremendas series para que haga un libro decente?
Bueno: pastelero a tus pasteles.
A veces no es lo mejor mezclar el trabajo con la pasión, suponiendo que Weiner es un hombre ilustrado en la literatura, y en suponer que alguien es x cosa es donde nos caemos e igual le damos una oportunidad de leer un libro que está bien difícil de digerir.
Absolutamente, Heather
El libro cuenta la historia de Heather, hija del matrimonio conformado por Mark y Karen Breakstone, quienes llevan casados solo por la estabilidad de la niña y son infelices desde hace mucho tiempo. El papá da el dinero, y la mamá el apoyo y la belleza, por lo que Heather crece siendo una chica inteligente, precoz y hermosa. Esa belleza exterior atrae al otro protagonista del libro, Bobby, un ex convicto, que fue encarcelado por intento de homocidio (cuando en verdad fue un intento de violación) a una vecina, recién en libertad y que se obsesiona con Heather.
El centro de toda la novela corta es la familia que conforman Mark, Karen y Heather, con vida de Park Avenue carente de amor y sanidad. No es que hayan abusos de por medio, pero padre y madre se tratan con frialdad y a ambos les cuesta tener una relación normal con su hija porque el otro se interpone en su camino. ¿Suena familiar? Bueno, es básicamente la misma dinámica que Weiner creó en la familia Drapper, con Don y Betty siendo incapaces de amarse con honestidad y menos de conectar con la mayor de sus tres hijos, Sally. Heather es, básicamente, la copia literaria y menos profunda de Heather.
Quizá la costumbre de trabajar con actores de carne y hueso hizo que a Weiner se le olvidara que en un libro quien hace las actuaciones de los personajes son las palabras. El libro carece de diálogo y todo está explicado muy a la ligera. Quizá, si esto fue una especie de sátira social le vamos a decir que reprobó.
Weiner explicó que lo llevó a escribir Absolutamente, Heather en varias entrevistas. Un día caminando por el Upper East Side de New York, vi una escena pasar delante de él: una chica de 14 o 15 años, muy bella según sus palabras, estaba pasando por fuera de un edificio en construcción. Allí, un trabajador la miró con deseo. “Era sexo y asesinato y todo al mismo tiempo”, dijo Weiner a The New York Times.
Toda esta premisa lo vuelve extremadamente raro, más si consideramos que el mismo Weiner fue acusado por Kater Gordon, guionista de Mad Men, de acoso sexual cuando trabajaba en su equipo. La ex trabajadora, que fue despedida después de la tercera temporada, declaró que Weiner hizo comentarios sexuales sobre ella, que él negó. Sabiendo esto, se hace más difícil leer la novela e imposible separar sus actos de su trabajo.
En Absolutamente, Heather las mujeres son accesorios de la masculinidad herida, de la enfermedad que un hombre tiene sobre el cuerpo del sexo opuesto, que no les pertenece, de ese psicópata americano que está herido desde nacimiento por tener una madre negligente y que no puede ver a las mujeres de otra forma que no sea un pedazo de carne que hay que destruir. Es también, la mujer vista como algo virginal que debe ser protegido a toda costa, en donde padre se convierte en defensor del honor de su hija, y que al mismo tiempo, termina siendo un Edipo enamorado de su madre. Peor: esas mismas mujeres que hay que preservar ante todo no tienen voz, ni personalidades definidas; solo existen para dibujar a estos hombres incompletos.
Más que libro original, Absolutamente, Heather parece fanfiction de Mad Men. Y es una penita.