Después de 47 años alimentando a millones de niñas y niños chilenos, la fórmula que es entregada de manera gratuita en la red de salud primaria cambiará a una con menos calorías y azúcar. Todo esto dice el Minsal, para frenar las altas tasas de obesidad del país desde la primera infancia.

Si te atendías en la salud pública chilena, es posible que te acuerdes de esas mañanas en las que estabas acurrucado viendo monitos y tomando leche Purita en mamadera. Esta icónica experiencia que han vivido decenas de generaciones de chilenos y chilenas está a punto de cambiar, porque las papas de los más chicos tendrán una fórmula nueva reducida en azúcar, con menor carga proteica y menos grasas saturadas. 

Con el fin de la leche Purita como la conocemos, se marca también el término de una campaña que durante casi 50 años buscó acabar con la desnutrición infantil, y que efectivamente lo logró.

Hace cuatro décadas la tasa de desnutrición en niños menores de 6 años alcanzaba el 16% en el país. Para combatir este problema y erradicarlo definitivamente entre 1960 y 1980, una de las políticas materno-infantiles más importantes fue la distribución de leche entera enriquecida en la red de salud pública chilena, la que por décadas ha sido una de las principales fuentes de alimentación de los niños y niñas más vulnerables. 

Sin embargo, a pesar de haber acabado con el hambre de la primera infancia en tiempos críticos para el país (incluyendo las crisis económicas de mitades de los ‘70 y los ‘80), hoy es otro el problema de salud que mueve a las autoridades, la malnutrición de los más jóvenes y los altos índices de obesidad que los afectan: La prevalencia de obesidad en los menores de 6 años que se tratan en el sistema público de salud aumentó de 7% a 12% entre 2005 y 2018, según datos de la Radiografía a la Obesidad Infantil realizada por Elige Vivir Sano en 2020.

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Este cambio no será radical eso sí. Desde hace unos meses que el reemplazo de la tradicional Purita se implementó en consultorios de las regiones de La Araucanía y Magallanes, y desde finales de esta semana comenzará a regir en Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Antofagasta y Aysén. Según el Ministerio de Salud, en febrero de 2022 ya debería entregarse en todo Chile esta leche 2.0 a los menores de 12 meses, a quienes va enfocada esta nueva fórmula nutritiva. ¿Le gustará esta nueva papa a los bebés chilenos? Esperemos que sí.