En medio de un contexto de cambios se está redefiniendo la adultez: una generación creciente que vio a sus padres pasar por la crisis del 2010 y que revalorizan conceptos como el dinero y la independencia, dándole una vuelta de resiliencia y reinvención. Hablamos con un sociólogo acerca del fenómeno del adulto menor en el marco de la campaña de Canada Dry sobre el tema.
Como bien dijo Dewey en el capítulo 10 de la tercera temporada de Malcolm: el futuro es ahora. Y bien lo sabe una generación que en redes sociales y algunos artículos es nombrada como adulto menor: la transición entre millenials y centennials. Quienes en estos años se están independizando, adoptando una mascota, cambiando de trabajos y ganando experiencias en un contexto de cambios. Y ahí está un factor importante: ya han visto y vivido distintos hitos importantes que les hacen ser más versátiles. Una poderosa característica del adulto menor.
“Tienen un concepto de la escasez y el ahorro más presente que otras generaciones. Han vivido constantemente en crisis, desde el tema de la educación, por el endeudamiento y los créditos, y porque un porcentaje importante de los menores de 30 años vieron a sus padres perder el empleo con la crisis económica subprime del 2008/2009”, explica el sociólogo de Kaweskar Lab Christian Oros. Es por esto que además asegura que son dinámicos y que, “no se casan con los planes”. Punto para las nuevas generaciones.
El concepto adulto menor forma parte de la nueva campaña de Canada Dry que busca potenciar la naturaleza de este rango etario. En sus definiciones hablan de que son las personas que no tienen problema con tomar un brunch, con cancelar/cambiar planes, se hacen auto-regalos y no tiene hijos pero sí plantas . Estos pequeños detalles marcarían en parte la transición de una generación que en profundidad, cambió su forma de ver los compromisos, el concepto de la familia y la propia compañía. Son personas que crecieron, pero que no entran en esos estereotipos clásicos de una persona mayor, sino que por el contrario: están redefiniendo una nueva adultez.
“Esta generación revaloriza otros temas: tienen una visión muy distinta con respecto a la vida en pareja, la crianza, vivir afuera, independizarse, por ejemplo. Y también diferenciándose mucho del perfil sobre 35 años: mucho más independientes, inclusivos y sociales. Además, tienen una mirada sobre la adultez un poco más alargada, en el sentido de que no tiene tantas fronteras claras y los límites son difusos”, comenta Oros. Estos y estas jóvenes, a diferencia de sus antepasados, premian las experiencias y el placer, por sobre otras cosas. Ser trabajólico es cosa del pasado.
En ese contexto, los adultos menores buscan estabilidad de una manera distinta a la que lo hacían sus padres en la misma etapa de sus vidas. Para el sociólogo, buscan un núcleo de equilibrio a los entornos dinámicos en los que viven al, por ejemplo, incorporar elementos que compraron para su hogar. “Aparece el tema de la autogratificación porque tengo la plata y porque me la gané con esfuerzo. Esta es la generación que en el colegio vendía muchas cosas y tenían este concepto de ganar sus lucas adicionales”, cuenta. (Sabemos que te ves a ti mismo en esta entrada).
Y como es sabido, esta es la generación que más tiene mascotas. “La crianza y los hijos se postergan porque no hay grandes claridades. No obstante, es una generación para la que el concepto de soledad es bien complejo, por lo que estar con mascotas tiene una alta penetración por el tema de acompañamiento: tienes un nuevo espacio para desarrollarte ,sea con amigos o solo, pero estás acompañado”, dice Oros. El adulto menor se apropia de los espacios, usa medios de transporte alternativos y sustentables como la bicicleta, y usa la tecnología a su favor.