El incremento en consultas por trastornos mentales ha empujado a los especialistas a buscar aliados en otras partes y los estudios indican que el Sol y el pescado pueden tener un factor importante que aportar.

La pandemia ha tenido varios efectos colaterales y uno importante tiene que ver con la salud mental. Estudios apuntan a que el 43,8% de los chilenos ha consultado a especialistas por depresión y otros trastornos que podrían relacionarse con los niveles de vitamina D3 y Omega 3 en quienes los padecen. Los sondeos hechos por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y la Universidad Católica también señalan que el 50% de los chilenos siente que su estado de ánimo ha empeorado y ello se condice con el 47% que dice presentar rasgos de depresión.

Daniela Campos, jefa del Departamento de Riesgos Psicosociales de la ACHS, conversó con CNN Chile relevando la importancia del fin de las cuarentenas y señaló que “cuando hay desconfinamiento la mente se empieza a relajar un poco, en cambio cuando Chile está confinado se incrementa la sintomatología y la prevalencia a los síntomas asociados”.

Un actor importante es el Sol, que vuelve a la vida de las personas tras el desconfinamiento y, además, ayuda a que la piel sintetice la vitamina D3, cuyo déficit puede provocar cansancio, nerviosismo, cambios de humor y trastornos del sueño, síntomas asociados a la depresión y a los trastornos de ansiedad. Esta vitamina puede encontrarse de manera natural en huevos y pescados, alimentos que además contienen grandes cantidades de Omega-3, un ácido graso que también cobra protagonismo para el cuidado de la salud mental.

Así lo confirma una investigación dirigida por el King’s College de Londres y publicada en la revista Molecular Psychiatry, indicando que una serie de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 podrían ayudar a las personas con depresión. El estudio fue realizado en 22 pacientes que redujeron sus síntomas entre un 64% y 71% gracias a los complementos de Omega-3 que recibieron por cerca de tres meses.

La especialista de la ACHS también hizo hincapié en la diferencia que existe entre los conceptos de síntoma y trastorno porque, aunque el informe desprende que el 47% sospecha sintomatología de depresión, no necesariamente está pasando por un trastorno. De todas formas, explicó que “los grandes síntomas en los que deberíamos poner una bandera roja son la depresión y el insomnio, es decir, dificultad para quedarse y mantenerse dormido”.