Si bien, generalmente tendemos a buscar personas que nos hacen sentir bien, fantasear sexualmente con alguien que te desagrada es más común de lo que creemos. Frente a esto, un psicólogo social realizó una investigación para descubrir los motivos detrás de este fenómeno, el cual vincula directamente con tendencias relacionadas al BDSM. Revisa sus conclusiones en este artículo.

La mayoría de las personas tenemos fantasías sexuales en específico. Desde fetichismos por objetos en particular hasta parafilias y preferencias según nuestros gustos y experiencias personales. Entre una extensa y amplia diversidad de preferencias, una de las más comunes en el imaginario de las personas es sentir atracción por alguien que nos cae mal.

A pesar de que usualmente tendemos a buscar gente que nos haga sentir bien, el psicólogo social Justin J. Lehmiller descubrió que la tendencia mencionada es más común de lo que creemos.

En una encuesta que realizó para su libro Tell Me What You Want, en el cual abordó a 4.175 ciudadanos estadounidenses adultos, encontró que un 31% del total aseguró haber tenido fantasía sexuales con alguien que les desagrada al menos una vez, mientras que un 3% dijo tener esos pensamientos de manera recurrente. Y junto con ello, también notó diferencias sustanciales entre los encuestados dependiendo de su género y su orientación sexual.

En este sentido, notó que un 18% de las mujeres heterosexuales había tenido esta fantasía con anterioridad, mientras que un 1% dijo tenerla habitualmente. Un caso muy distinto al de los hombres heterosexuales, quienes en un 31% se ubicaron en el primer escenario, mientras que un 4% en el segundo.

En el caso de las mujeres lesbianas y bisexuales, un 35% aseguró haber tenido fantasías de este tipo antes, mientras que un 4% dijo haberlas tenido regularmente. Asimismo, un 35% de los hombres gays y bi también se posicionó en ese primer grupo, mientras que un 3% se catalogó en el segundo.

Por su parte un 31% de las personas transgénero y no binarias dijeron haber tenido pensamientos de este tipo, mientras que un 4% aseguraron fantasearlo recurrentemente.

Frente a esto, Lehmiller escribió en un artículo del medio académico Psychology Today que “fantasear con alguien que odias es más común entre los hombres y las personas de género diverso que entre las mujeres, y también es más común entre las personas no heterosexuales en comparación con las heterosexuales”.

Al profundizar más en los motivos que llevan a que ciertas personas tengan fantasías de este tipo, el especialista destacó que estas “estaban vinculadas a tener más fantasías BDSM en general, pero sobre todo fantasías de dominación y sadismo”.

Según el psicólogo social, esto se podría deber a que “algunas personas pueden encontrar excitante la idea de un compañero de fantasía odiado porque, en ese escenario, tienen cierto grado de poder o control sobre el individuo odiado o pueden infligir dolor”.

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Y dentro de su análisis, también consideró que “al mismo tiempo, sin embargo, estas fantasías también estaban vinculadas a más fantasías de masoquismo, lo que sugiere que el sexo con una persona odiada puede ser a veces una forma en que algunas personas se infligen dolor a sí mismas”.

Pero junto a lo descrito, Lehmiller encontró que estos pensamientos “también estaban relacionados con una menor autoestima”, debido a que podrían traducirse como  “una forma de autocastigo”, ya que en ciertos contextos “algunos pueden sentir que no se merecen una pareja que les quiera o respete”.

Asimismo, notó que los encuestados con mayor nivel de evitación al apego emocional tendían a fantasear más con personas que les desagradan, mientras que “las con más tendencias de búsqueda de sensaciones tuvieron más fantasías con gente que odian”, ya que “esto podría añadir cierta emoción, porque es algo que no se ‘supone’ que hagan”.

“El sexo con un individuo despreciado es una forma de coquetear con los tabúes sexuales, y sabemos que hacer algo tabú o prohibido es un tema popular en nuestras fantasías en general”, dijo el especialista, “los que tienen una imaginación hiperactiva también tenían más fantasías con personas que odian. Esto tiene sentido porque estos individuos fantaseaban más con casi todo y con todos”.

Tras revisar los datos que obtuvo en su estudio, Lehmiller concluyó que “aunque es mucho más probable que fantaseemos con compañeros que amamos o nos gustan que con los que odiamos, no es raro que alguien que no nos gusta o que incluso despreciamos aparezca en una fantasía sexual”.

Y a pesar de que en su investigación encontró una serie de tendencias distintas entre sus grupos de encuestados, el especialista destacó que las razones de por qué se tienen estas fantasías pueden ser muy diversas.

“A veces puede revelar algo sobre lo que alguien siente por sí mismo, pero también puede tratarse de un deseo de mezclar placer y dolor, para añadir un elemento de emoción, o simplemente porque no se considera que el amor y el sexo vayan necesariamente de la mano”, comentó entre otros motivos.

De esta manera, sentenció: “si alguna vez has fantaseado con alguien a quien odias, no estás solo, y hay un gran número de razones posibles por las que ese pensamiento puede haber pasado por tu mente, así que evita la tentación de sobreinterpretar”.