En medio del estrés por la PSU, la crisis en la educación y las demandas sociales, en Pousta  invitamos a varias personas conocidas que han terminado haciendo lo que les gusta sin haber egresado de una carrera universitaria. En esta ocasión, Nicolas Copano.¿Por qué elegiste tomar “el otro camino”?

En primer lugar, y espero no ser decepcionante con lo que el gremio del anonimato dibuja de mi, hoy estoy enla Universidad. Retoméperiodismo desde hace medio año. A diferencia de mi trabajo en medios (que tiene que ver con lo público) por motivos relacionados con las emociones humanas básicas ajenas, muy pocas veces hago proselitismo de mi carrera empresarial o académica, a diferencia de mis logros mediáticos, que creo que nacen desde lo público. De las otras cosas le tengo que rendir cuentas a mis empleados y en ciertas ocasiones a mis empleadores, para no distorsionar con el ruido que hoy permite que cualquier cuatro de copas hable de ti como si tuviera una cámara encima todo el tiempo.

Mi historia con las facultades tiene que ver con dos cosas: yo comencé trabajando a los 16 años. Ahora tengo 25. Cuando salí del colegio, tenía ganas de saber si estudiar periodismo, literatura o publicidad y tome un año sabático que dedique casi enteramente a mi pasión por la radio: era asesor de Rock & Pop y escribía conceptos y libretos que salían al aire. Al mismo tiempo me llamaron para hacer un programa grabado en Buenos Aires que se llamaba Duro de Domar. A fines de ese año, comencé a averiguar donde estudiar para cumplir con la promesa a mis padres. Fue el 2008.

Entré a la Alberto Hurtado por la lista de profesores: eran gente en su mayoría que trabaja  o había pasado por medios de comunicación. Eso hizo la diferencia en mi opción: si un docente pasa la mayoría de su vida en la facultad, creo que no te sirve tanto como un tipo dentro de la guerra, que es mucho mas pueril y básica que la academia.

Fui poco. El tiempo del éxito de un ciclo de cable que hacía y me tocaba realizar en varios aspectos creativos llamado Canal Copano y mis otras responsabilidades me comían el tiempo. Fuera de eso, hasta amigos hice dentro y hasta me han invitado a clases a contar mi experiencia de experimentar fuera de la pecera, con respeto por supuesto a las opciones.

Ir a la Universidad tiene algo de fantasía, que el colegio no posee: en una sala de clases en la educación superior, si eres un tipo feliz, estás interno con otra gente que tiene intereses a los tuyos. En cambio en la escuela estas con otros que no te interesan demasiado y en ese sentido se parece mas a la vida real. Es mas dura y fría.

Uno de mis choques con el sistema fue un trabajo que me pidieron entregar a mano en cierta oportunidad. Yo ya trabajaba en el suplemento de un diario (El Mercurio) y sabía qué pasaba en la redacción. El mundo real no era así: y a lo Michael Moore, me desanime. Súmenle que mi día partía a las 5 de la mañana con el Morning Show “La Grúa” que hacía en radio, sin muchas mas herramientas que enojarme con la competencia (que hasta el día de hoy me cobra espiritualmente haberla empapelado en descalificaciones, los artistas somos sensibles) y las noticias frescas que tenía que mezclar con los 10 temas que tenía que tocar por hora de bandas que a veces (las menos, seamos justos) eran soporíferas. Además es difícil tener 18 años y hacer radio a la mañana por que tu cabeza no para a las 22: el mundo esta lleno de RSS por leer.

El punto es que abdique de las aulas universitarias el día en que terminaron  mi programa en Via X. Ahí tuve que tomar una responsabilidad de adulto: muchos del equipo se habían quedado en la calle por ser leales a nuestro estilo. Teníamos que mantener de alguna manera el prestigio, así que tome la opción de producir mi propio show. El programa a los dos meses lo cancelaron por la crisis norteamericana: el empresario que arrendaba horas de la emisora pasando películas que nadie quería ver deseaba rentabilizar sus horas en toda Sudamérica y sacaron la programación nacional . Si quieres mas detalles, mira Inside Job. Yo también caí ahí. Fucking Wall Street.

Pero esa fue mi universidad por lo menos en la tele: sacar IVA, negociar contratos, armar equipo, diseñar la publicidad, estrategia digital. Al mismo tiempo empecé a ganar plata y a autoformarme: comprar libros, viajar y estudiar todos los días al final. A lo Bruce Wayne: buscando maestros, entrevistando gente, escuchando recomendaciones y así me fue bien. Sería muy hijo de puta quejarme. Desde ahí hasta el 2010, sin universidad pude: ganar premios con equipos en agencias de publicidad, asesorar grandes compañías, hacer clases (como instructor) en medios digitales, tener dos emprendimientos, producir mis programas de radio y televisión a mi modo y trabajar para las marcas que siempre admire, exponer en el extranjero y recorrer el país, escribir la columna mas leída (súmale lectoría Internet y papel y gol) y tener bienes raíces. Una de las mejores cosas de mi opción es no tener deudas, lo cual me hizo decidir comprar mi casa y así seguir libre contra lo que se me plazca y a favor de lo que me guste.

¿Ha pesado en tu decisión lo economico o tiene mas que ver con la vocación?

Yo amo comunicar. No puedo evitarlo. De verdad, de alguna manera siempre estoy “emitiendo algo” e Internet me ayudó  mucho a no detenerme frente a que mis jefes no quieran sacarme al aire, por ejemplo, en ciertos contextos. Mi vocación es esa. Sobre lo económico no puedo negar lo atractivo que es no tener que pagar una casa en cuotas. Lo que yo siempre tuve claro era lo que me gustaba. Por eso me forme de chico en esas áreas sin tener contacto alguno, solo buscando mis oportunidades y teniendo que demostrar siempre, que al final es lo mas pesado de no pasar por la U: eso le da al otro la seguridad que sabes (aunque no sepas, a veces) mientras que el autodidacta tiene que triplicar el esfuerzo muchas veces. Por eso no me gustaría que mis hijos tomaran mi camino, si tengo algún día: es una lata dar la prueba todo el tiempo. Pero uno también paga precios, no es gratis.

¿Cual es el porcentaje de gente que admiras que no ha salido de la universidad? Si puedes dar algunos ejemplos. 

Antes de hacerse esa pregunta (con respecto a medios claro, sería una irresponsabilidad preguntarse lo mismo en medicina). Cuántos periodistas en medios, que ejercen, salen en la tele y todo no ha terminado su titulo: es lógico que los levanten cuando hacen la practica o los descubra un docente y se los lleve. El negocio necesita talentos. El drama de esas cosas nace de los gremios que sienten que el talento se puede comprar y son engañados. Publicidad, diseño y periodismo son lugares donde ganan los que tienen algo que va mas allá de la sala. Siempre. Es indescriptible. He podido hacer clases en Publicidad (lo mío es ser instructor, digámoslo para que nos afecten los expertos) y los mejores alumnos llegan de antes con algo: son mas apasionados. Tienen claro el camino de siempre.

Sobre quienes admiro y no terminaron nada: Mario Pergolini y Jorge Lanata, argentinos la hicieron trabajando desde chicos a punta de esfuerzo. Te podría dar miles pero serían los de siempre, entre ellos Steve Jobs para darte un lugar común. A Bill Gates también le pasó y así cientos de casos.

¿Estas de acuerdo con Giorgio Jackson cuando dijo que a la gente que le iba bien en la PSU era solo el reflejo de su condición económica?

Voy a ser duro y espero que nadie se moleste con esto. Hay una mala noticia para el mundo (y para un país que nada en la lógica del sistema neoliberal sin control) que es que no todos vamos a ser millonarios. Si tu vida se mide con el bolsillo del otro (huevada gigante) hay una peor: es altamente probable que no seas exitoso, en ese parámetro.

La gente cae en la siguiente trampa: sueña con la casa de la familia ideal. La engrupen con eso: ve a sus viejos tener hijos, comprar cosas bonitas de vez en cuando y ellos desean poder hacer eso todos los días por que culturalmente no tienen la riqueza para descubrir la arquitectura, la ciencia, los libros, el amor entre otras cosas que la verdad hacen pasar el tiempo mas rápido y la vida muchísimo mas agradable, que es para lo que quizás venimos aquí: como una estación de tren camino a la placentera e indescriptible nada, aprovechando de marcar con algo a los que están en el mismo vagón. Por lo menos esa es mi visión atea y por formación tengo una secreta esperanza de maravillarme con algo indescriptible. Pero no es muy grande.

Entonces, lógicamente los que tienen mas van a poder acceder (cuestión que no es para nada leal con la idea de un país donde todos somos iguales) a una mejor oferta y posibilidades que los otros. Pero eso quiere decir que muchos solo tienen capital económico y no intelectual. Van a pasar la vida rellenando formularios sin saber leer, armando estrategias para pasar la etapa sin sentir el placer de crear algo nuevo. No tienen arte en sus vidas. No las salvan con pasión. La pasión es lo único que sirve. Y el trabajo sumado.

Entonces, Jackson tiene razón. Como en muchas cosas. Pero es clave saber que el modelo perverso de compra de carreras sin ningún merito o análisis solo sostiene económicamente sobre mi decisión, obviamente me pude comprar algo a lo que muchos de mis amigos y pares no pueden. Culpa de esos animales que fomentan tener deuda por una carrera. Tengo hoy un lugar donde caer muerto. Bien, de ahí en adelante solo trabajo. Muchos no tienen ni eso y van a salir a un mundo en que hace frío. Solidarizo completamente con ellos y las injusticias que eso trae. El punto es que quisiera o no, me di cuenta y ahora me sorprendo. En muchos aspectos, para mis inquietudes, era una trampa.

¿Que ha sido lo mas difícil de no tomar el camino académico?

Lo complicado es lo siguiente: la vida te pone en la posición tras el mesón. No es algo que uno decida. Cuando llegas ahí, por experiencia, aparece alguien frente a ti que hizo el otro camino y probablemente por lo que tu tienes o haces se siente mal, incluso sin que lo quieras. Ese, junto al deseo de mi madre de algún día tener un hijo con cartón, me obligo a volver para acabar con el tramite. Además de ayudar a los que ponen GC en la tele y no tienen como carajo definirme. Algún día me pondré un signo y me haré llamar “el artista anteriormente conocido como Nicolas Copano”. Mientras, estoy terminando periodismo por el cariño a la especie humana y sus sentimientos lindos (y poco nobles) para que nadie se enoje conmigo sin motivo ni conocimiento. Y es que al final quienes trabajamos en este rubro tenemos un ego grande que empuja la demencial carrera por demostrar que sabes todo el tiempo.

¿Qué ha sido lo mas satisfactorio?

Cuando volví como profesor ala Universidad, gracias a mi experiencia global creando campañas exitosas y armando modelos de negocio en internet (desde el streaming a redes de blogs) en la cátedra de medios digitales y al terminar el semestre le confesé a mis alumnos mi edad, agradeciéndoles ser  la primera camada que tenía a mi cargo y  sentí que algo había ganado a los que habían despreciado mi forma de ver el mundo. Fue bonito descubrir que al final algo le podías traspasar a esos talentos. Siempre iba vestido con traje para “imponer” de alguna manera una distancia, por mas que en ese entonces me moría por estar en la sala y ser mas libre que pagar impuestos. El resto de las cosas son en un 90% material (lo cual será reemplazado en la próxima temporada, así que no da mucho) y el 10% de adentro, que es lejos lo mas importante. Ahí esta desde mi novia hasta mis amigos, que son pocos pero locos. Ja.

¿Que dirías a los que sienten que se les va la vida enla PSU?

Que está bien vivir esas sensaciones e historias. No tiene nada de indecente. Lo que estaría mal es que se midiesen en esos términos como seres humanos. Que no disfrutasen caminar y reflexionar. Que no miren lo que los rodea y solo se transformen en funcionarios de un modelo que no premia a nadie por sus meritos. Que no desarrollen sus habilidades sociales por responder un cuestionario feo que no tiene nada que ver con que terminas siendo y haciendo. Tienen que ir a ganar lo que quieren ser, pero si no es asi, hoy hay cientos de posibilidades para lograr tener lo que desean. Ojala deseen algo bueno para la sociedad y para su felicidad. Nada mejor que un lindo momento.