La periodista, feminista y escritora Andrea Ocampo fue invitada a posar para la sección Al Desnudo de revista Viernes. Ella accedió, pero la nota jamás fue publicada. Andrea denunció el hecho a los cuatro vientos. Acá nos explica sus motivos.
*foto backstage sesión Al Desnudo, cortesía Pedro Quintana
“Los medios que se venden de plurales, modernos, amantes de la diversidad no son tal. Tienen límites muy estrechos en sus líneas y pareceres editoriales, situación derivada de un periodismo sin pauta, que legitima estereotipos de belleza que ejercen control sobre los cuerpos. No solo sobre aquel que recibe la imagen, sino que también sobre aquel que se exhibe como representación. Esta es la historia de una publicación interrumpida por la ceguera y miseria de los medios de comunicación hegemónicos. Una historia que no voy a dejar pasar”. Así comienza su denuncia la periodista, escritora y activista feminista Andrea Ocampo en una columna de denuncia publicada el 29 de agosto en Es Mi Fiesta
Hablamos con ella sobre lo sucedido:
“En el texto que publiqué cuento todo lo que pasó desde que me invitaron a posar para la sección ‘Viernes al Desnudo’ de la revista Viernes de La Segunda. Acepté, me la jugué, porque lo encontré provocador; era algo que nunca había pasado en el periodismo nacional. El día de hoy pienso que fue un error confiar en ellos”, dice Andrea.
Su idea como comunicadora era exponer su propio cuerpo, que no encaja en los cánones de belleza establecidos por los medios y la sociedad y al que muchas mujeres, como quien les escribe, no encajan, porque “tiene que haber espacio para todos porque (los medios) tienen el deber de ser plurares y eso no se ha garantizando porque se están agudizando los estereotipos en la publicidad, pero también en las revistas”.
Debido a esto, Andrea, junto a la Corporación Humanas, la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres y el Colegio de Periodistas tomaron cartas en el asunto y denunciaron en conjunto lo ocurrido entre la periodista y la revista Viernes. Dentro del plan de acción, está la necesidad de crear un protocolo para una comunicación no sexista y sin violencia simbólica, de modo tal de erradicar de las prácticas periodísticas expresiones e imágenes machistas que vulneran los derechos de las mujeres.
“Nos dimos cuenta de la necesidad de que los medios implementen un protocolo que trabaje temas de género en serio, desde las practicas con las colegas con como se tratan las noticias de femicidios hasta como se hacen las noticias del verano que son puros potos. Parece que somos nosotras las que tenemos que instruir a compañeros y compañeras a salir de los clichés del mal gusto y la violencia contra las mujeres”, dice Andrea.
¿Por qué crees que en Chile aún se sigue cuestionando los cuerpos que salen de la norma (cánones de belleza) y se invisibilizan en los medios?
En la medida que Chile va rejuveneciéndonse, las generaciones mas chicas aprendan a explorar sus cuerpos y amar sin miedo se va ir ampliando el margen de lo deseable. Yo creo que el problema está en los medios de comunicación, en la publicidad, e incluso en algunos artistas que imponen ciertos estilos, desde lo rubio hasta ser culón, como si eso fuese lo único, el destino. Tiene que ver con como se educaron las generaciones anteriores, nuestros padres, la generación de nosotros viendo tele. Desde Mekano es evidente que la tv no solo entretiene sino que educa nuestra relación con el cuerpo. Chile es conservador y tradicionalista, le sigue gustando la niñita de pelo liso con arito de perla; ese estereotipo sigue operando en las páginas sociales del diario, lleno de beige, lleno de rubios, en los comerciales de autos, shampoos, etc.
¿Qué crees que tiene que cambiar en la mentalidad la sociedad y los medios para que no sea algo que vuelva a ocurrirle a otra persona lo que viviste tú?
Yo creo que el gesto que yo hago es uno político de denuncia que para mi tiene costos personales también. Hay una foto desnuda en Internet que cualquier persona que me busque la va a encontrar. Esa no es una foto que elegí, sino que es la única foto de registro que yo tengo para poder probar que la sesión existió. No obstante, creo que ese riesgo que yo estoy tomando tiene que ser cada vez más amplificado por las mujeres que sufren algún tipo de violencia, ya sea laboral, ya sea en la casa, ya sea con la pareja. Si nosotros no hacemos las denuncias pertinentes a las injusticias que estamos viviendo, estas solamente se van a reproducir y se van a perpetuar. Cada vez Chile se va diversificando más y en algún momento todos estos estereotipos que yo los traduzco como miedos a lo diferente van a comenzar a moverse y no sé si estamos estamos todos preparados. No sé si los medios de comunicación están preparados para esto. Que yo haya podido hacer esta denuncia y que haya tenido la acogida que tiene se relaciona directamente con el sentido que hace, con el eco que esto genera en otras personas, en otras mujeres.
En tu columna entregas un mensaje desde el feminismo, al igual que como has planteado tu carrera. ¿Por qué crees que es necesario apegarse a éste para abolir la sensación naturalizada de que las mujeres no somos dueñas de nuestros cuerpos?
El feminismo para mi es una herramienta política, con la que tu puedas ser crítica en lo cultural, pero también y sobre todo es una herramienta emancipadora en la medida en que te permite pensar más allá de lo establecido. Te permite pensar la vida no desde el binarismo entre el negro, el blanco, el gordo, el flaco, te permite ver matices y yo sé que esto puede sonar cliché pero el feminismo, a pesar de que se le reconozca desde la oposición al patriarcado, es propositivo. Estoy hablando por aquellas que no tienen la venia por pertenecer, clasificar o estar cercana a los estereotipos de lo deseable. Estoy hablando por la mayoría, creo yo. La mayoría no somos lo que se espera de nosotras, porque siempre lo que se espera de nosotras o lo que el patriarcado espera de nosotras es algo muy limitado, algo muy de elite, por algo no podemos lograrlo, y vivimos en esa insatisfacción; insatisfacción que hemos heredado de nuestras madres, de nuestras abuelas, de los colegios, de las universidades, de las canciones que nos enseñan a amar de cierta manera o no.
No digo que el feminismo sea la única solución, creo que debieran haber otras herramientas, pero lo que permite el feminismo es articularnos. Las mujeres que nos hemos sentido solas, vulnerables, desprotegidas y desamparadas por el sistema, no solamente legal, sino que también económico, social, cultural del que estamos en el que tiene más condena robarte un celular que aforrarle a tu mina. En esa sociedad vivimos, entonces considerando la foto grande en la que estamos inmersos, esta foto chica con la cual yo ejemplifico la violencia simbólica de los medios de comunicación sobre el cuerpo de las mujeres es casi un pelo de la cola.