Protagonizada por Natalie Portman, es un viaje a un mundo desconocido, que puede ser alienígena o no, hacia los rincones más oscuros de la mente humana.
Es un extraño escenario: mujeres yendo en una misión a los desconocido para salvar al planeta de un inminente peligro. La segunda parte del problema, las causas, no son nada nuevo, ya que existen cientos de películas, libros y series de la misma categoría, sino que lo raro está en tener de protagonistas y dueñas de la historia a mujeres.
Desde el principio de Annihilation (Netflix, 2018) sabemos el final de la película: la protagonista Lena (Natalie Portman) está sentada en una habitación cerrada, lejos de sus interrogadores vestidos en trajes aislantes, la interrogan sobre lo que le pasó. Le preguntan por sus compañeras de misión, sobre quién muere y quien no en esos primeros minutos, pero eso es lo de menos: lo que no hemos averiguado es que pasó con toda esa gente y por qué Lena es la única que ha vuelto. Saber esto no le quita tensión al film, si no que lo transforma en uno aún más complejo de lo que creíamos.
Una salto al pasado y Lena es una bióloga especialista en células cancerígenas que trabaja en el hospital John Hopkins. Perdió a su esposo Kane (Oscar Isaac) en una misión secreta del Ejército. Durante un año entero no supo si su marido estaba vivo o muerto, hasta que un día vuelve a casa completamente distinto, siendo una sombra de lo que alguna vez fue. Pero no están solos: el Ejército sabe que Kane volvió y necesitan aislarlo del mundo.
Ambos son traslados a la base Área X, como el Gobierno la bautizó, justo en la frontera con El Brillo (The Shimmer), un domo de energía traslúcida, con algunos tonos violeta, producido por un impacto de meteorito que se ha tragado a todas las expediciones que han entrado para averiguar sus misterios. Kane fue parte de uno de los grupos de soldados que entraron ahí y es el único, también, en volver, y quizás la única persona que les podría decir que hay dentro. Lamentablemente que en el momento en que lo aislaron, cayó en coma.
Por esto mismo, una nueva expedición al mando de la Doctora Ventress (Jennifer Jason Leigh) cruzará a los dominios de El Brillo para descubrir qué ocurrió. Con ella irán un grupo de mujeres de ciencia, además de Lena: Josie (Tessa Thompson) es física, Anya (Gina Rodriguez) es paramédico y Cass (Tuva Novotny) es geóloga. Lo que se encuentran las cincos al entrar es una una selva donde plantas y animales viven en constante mutación, incluidas sus psyqué.
Ahora son ellas contra ese mundo nuevo y contra ellas mismas, comenzando a caer lentamente en estados de ausencia y paranoia extrema. Ni siquiera saben cuanto tiempo llevan ahí, constantemente desorientadas y perdidas en el tiempo, con la única meta clara de llegar al faro, donde supuestamente está el inicio de El Brillo. Pero a medida que pasan los días, se dan cuenta que ese lugar es un prisma que no para de crecer; un prisma donde sus mismas células van mutando (Lena lo comprueba mirando su propia sangre bajo un microscopio) y hace que las nociones de sí mismas y de las otras se vayan perdiendo. Ahí es donde nace el miedo.
Annihilation está basada en la trilogía de Jeff VanderMeer del mismo nombre y dirigida por Alex Garland, director de Ex Machina y guionista de 28 Days Later y Never Let Me Go, y con una banda sonora compuesta por Ben Salisbury y el miembro de Portishead Geoff Barrow, son la mezcla perfecta entre el horror de la mente humana (y el horror visual, porque hay varias escenas que se pasan a lo gore) y el mundo feroz. La película tuvo una pasada limitada por los cines, porque Paramout temía que nadie la fuera a ver por ser “muy cerebral”, pero Netflix tomó la oportunidad de distribuir una película inusual, llena de referencias a otros films de ciencia ficción como la contemporánea Arrival o Stalker de Andrei Tarkovsky, y darle la oportunidad que se merece en el salón de la fama del scifi.
Y aunque tenga muchas referencias de un género que es igual de prismático que El Brillo, Annihilation se siente única. Un elenco completo de mujeres, a excepción de Isaac y un par de otros personajes menores masculinos, sumamente inteligentes, que representan más allá de un arquetipo. En el mundo de Garland, también dibujado en Ex Machina, lo importante es delinear un futuro sin géneros, pero con pulsiones universales que harán que las delimitaciones binarias queden en el pasado del hombre.
Sin Netflix no hubiéramos podido ver Annihilation y tendríamos que habernos conformado con la versión bajada por torrent. Tienen que verla, te cerebro te lo agradecerá.