Con temperaturas extremas, altos niveles de radiación ultravioleta y tiempos prolongados de oscuridad, la Antártica es el lugar ideal para la búsqueda de nuevos compuestos con mejores propiedades farmacológicas.

foto: Cassie Matias/ Unsplash

 

Por Francisco Salgado y Carlos Areche

El proyecto “Dépsidos y depsidonas de líquenes antárticos: estudio antioxidante y evaluación como posibles inhibidores de la agregación de la proteína Tau”, financiado por el Instituto Antártico Chileno (INACH), buscó compuestos con propiedades farmacológicas de tipo antioxidante o que puedan ser de utilidad en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Como resultado de esta investigación, se logró aislar un total de ocho metabolitos desde los líquenes (organismos formados entre la simbiosis de un hongo y un alga) antárticos.

De los análisis efectuados a estos metabolitos, la parietina y la tenuiorina lograron inhibir la agregación de la proteína Tau, clave en el desarrollo del alzhéimer. De ellas, la parietina fue la que presentó los mejores resultados.

En el último tiempo, los líquenes han demostrado ser una buena fuente de antioxidantes naturales, debido a la alta presencia y variedad de moléculas polifenólicas que hay en sus extractos.

Los polifenoles son compuestos sintetizados por las plantas en sus frutos, hojas, tallos y semillas, entre otros, cuya característica principal en su estructura es que poseen uno o varios grupos hidroxilos (-OH). Se cree que las propiedades antioxidantes de estas moléculas estarían dadas por la presencia de uno o varios de estos grupos, los que conferirían un alto potencial para inactivar los radicales libres.

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, cada vez más frecuente a nivel mundial. Clínicamente esta enfermedad se caracteriza por la pérdida progresiva de las neuronas, hecho que se ve manifestado en la pérdida de la memoria, la disminución de realizar tareas rutinarias, desorientación, etc. Entre las hipótesis que intentan dilucidar esta enfermedad se encuentra la acumulación dentro y fuera de las neuronas de determinas estructuras conocidas como ovillos neurofibrilares, cuyos principales componentes son la proteína Tau hiperfosforilada.

En un funcionamiento normal, la proteína Tau no es una proteína peligrosa, ya que desempeña una importante función en el ámbito de la estabilidad y montaje de los constituyentes del esqueleto de las neuronas (microtúbulos). Además, se ha visto que participa en la unión de estos con otros elementos del citoesqueleto neuronal.

Hasta la fecha aún no existe un tratamiento farmacológico que pueda enfrentar la enfermedad de Alzheimer, por lo cual es necesario seguir explorando adicionales especies de líquenes antárticos con la finalidad de encontrar nuevos inhibidores de la agregación de la proteína Tau.

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