El suicidio de Katy Winter el 22 de mayo del 2018 causó conmoción por diversos factores: la falta de políticas que existen respecto a la prevención del suicidio adolescente en todos los establecimientos de Chile y cómo el ciberbullying escapa del control de las autoridades encargadas de la seguridad de los mismos jóvenes.

Ha sido un arduo camino para los padres de Katy, que se han visto en la obligación de recurrir a la justicia para que los responsables tomen cartas en el asunto de una vez por todas. Transcurrido un mes desde la muerte de Katy, su colegio, el Nido de Águilas, entregó un manual a los escolares para la prevención del suicidio.

Sin embargo, la Superintendencia de Educación decidió aplicar una multa de 50 UTM -la máxima establecida por la ley- al establecimiento asegurando que las medidas que habían tomado “no garantiza un justo proceso que regule las relaciones de los miembros de la comunidad escolar” y que “no cuenta con reglamento interno no ajustado a normativa vigente”.

Evanyely Zamorano -madre de Katy- se mostró conforme con la resolución, pero criticó que “no existan multas proporcionales ni a las consecuencia ni al daño generado”.

“Se aplica un mismo criterio para colegios de élite y vulnerables, teniendo condiciones diferentes. En este caso, estamos hablando de una serie de decisiones del Nido, como la de no investigar el acoso a Katy, que determinan qué pasa con la comunidad”, expresó.

El establecimiento multado con el equivalente a 2 millones de pesos, emitió un comunicado donde afirman que:

“El colegio está evaluando los pasos a seguir, sin embargo, por favor sepan que Nido toma muy en serio las recomendaciones de la Superintendencia. Si bien los manuales de Nido cumplían con las leyes antes de junio de 2018, después de que la ley cambió el colegio comenzó a actualizar sus manuales”