Esta mañana la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados aprobó y despachó para ser discutido en la en la Cámara Baja el controvertido proyecto de ley que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales (de 45).
(foto portada: Raul Zamora/Aton Chile)
El lunes no se pudo terminar de votar el proyecto porque faltó tiempo (la oposición acusó a los parlamentarios de gobierno de “hacer tiempo” descaradamente, incluso viralizaron un papelito que se habrían estado pasando que decía “más lento”, para alargar sus presentaciones).
Este martes, el ministro del trabajo, Nicolás Monckeberg y el Presidente Sebastián Piñera acusaron que el proyecto es inconstitucional y que lo llevarán al Tribunal Constitucional (el último eslabón de protección a las leyes de la dictadura), o que intentarán vetarlo, y metieron miedo diciendo que se perderían entre 200 y 300 mil empleos si se llegase a aprobar.
Sin embargo las diputadas que presentaron el proyecto celebraron el paso dado hoy como una importante victoria:
Independiente de todo el debate generado, lo que más ruido generó fueron los “argumentos” de algunos parlamentarios e incluso ministros. A continuación puedes ver (y tratar de creer) el nivel springfieldiano que cada vez más seguido adquiere nuestra clase política:
Las reacciones no se hicieron esperar: