Todos los años y gracias al Premio Turner, el público británico se hace la misma pregunta ¿Esto es arte? y es que ver tiburones en formol, camas desechas con ropa interior sucia, cuadros pintados con ? de elefante desafía los límites del arte, pero eso es precisamente lo que busca esta premiación.

El premio más prestigioso del arte británico desde siempre se ha asociado a simples provocaciones pero no este año; el Turner ha recaído en un vecindario y en un grupo de aspirantes a arquitectos jóvenes que componen el colectivo Assemble, responsables de proyectos que hacen participar a los ciudadanos para mejorar su calidad de vida a través de la mejora de viviendas sociales.

Las 16 personas que conforman este colectivo son todos menores de 30 años y no cuentan con un título profesional, fueron premiados con 40.000 libras por su proyecto Granby Four Streets, una iniciativa que buscaba beneficiar a residentes de Toxteth (Liverpool) para regenerar el interior de diez casas en estado de ruina y que iban a ser destruídas.

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Uno de los integrantes de Assemble afirmó que: “Nosotros pensamos que lo importante es el trabajo y que el sombrero que te pongas es irrelevante. Nos interesa el aspecto político. ¿Puede el arte usarse para transformar las vidas de la gente? Esta idea del mercado es relativamente reciente, el arte es más complicado que eso. Pero somos muy jóvenes y no nos vamos a convertir de repente en expertos en nada. Me alegra que el debate esté sucediendo fuera de nosotros”.

Lo suyo es el diseño revolucionario que en lugar de destrozar, repara y un trabajo de vanguardia que en lugar de inventar, recicla. Más que seguir construyendo, asumen lo existente y lo mejoran.

El premio Turner es organizado por la galería londinense “Tate”, que desde 1984 premia a artistas menores de 50 años.