Lejos, muy lejos de ser una “actividad licenciosa” o “riesgosa”, fue la mañana de Arturo Vidal en la población El Huasco, en la comuna de San Joaquín.
Lo sabemos porque estuvimos ahí, testigos de primera fuente de la visita del King al entrenamiento del Rodelindo Román, club de la tercera B con el que actualmente estamos grabando un docureality.
Si bien la frase acuñada por Leonardo Farkas sobre lo “chaqueteros” que somos los chilenos está bien transformada en un cliché y una talla, es imposible no recordarla cuando se trata de la cobertura que la prensa da al jugador chileno con más títulos fuera del país y uno de los titulares claves en la obtención de las dos copas América que la selección chilena hoy ostenta.
“Las redes sociales del Rodelindo Román, el club de barrio del ex Juventus, lo mostraron como parte del entrenamiento del equipo. A tres días de un amistoso con Chile y a dos semanas del inicio de la Copa América y aunque es su tiempo libre, Vidal corre riesgos innecesarios al ser parte de un entrenamiento de un club de fútbol amateur”, reza la nota publicada hoy y que fue ampliamente replicada.
El sesgo y la mala leche es bien sorprendente.

Vamos por partes.
Omite la nota que Rodelindo Román no es solo “el club de barrio del ex Juventus”, sino que un cuadro que actualmente preside y al que le ha inyectado una cantidad importante de recursos (tanto anímicos como una simple visita como indumentaria, camarines, cancha etc.), acción que pocos jugadores han hecho con sus clubes de origen.
Lo segundo es que Vidal no ENTRENÓ con Rodelindo Román. Eso claramente sería una irresponsabilidad. Lo que hizo Arturo, lo vimos porque estuvimos ahí, fue un poco de trote y participar de un juego de posesión y protección, que por supuesto no tiene roce ni contacto.
Si consideramos que el volante tenía que estar entrenando en Juan Pinto Durán a las 4 de la tarde, lo cierto es que durante la mañana podía hacer lo que le viniera en gana. Y lo que le vino en gana fue ir a visitar a su club, compartir con sus jugadores y de paso echar una trotadita.

Omite también la nota que durante la misma mañana el jugador del Barcelona visitó un jardín infantil y compartió con los niños y niñas que alucinaron viendo al astro. Luego de eso, Vidal ofreció un asado para toda la gente de la población que aprovechó de compartir un rato inolvidable con el jugador en miras a una nueva copa América. Con todo respeto ¿Qué tiene de licencioso e irresponsable eso?
