La comisión de Educación cambió el proyecto de Aula Segura por Aula Democrática e hizo explotar en rabia al Presidente y la Ministra de Educación. Una profesora de Limache se paró en la pizarra y los educó a los dos.

Anoche la comisión de Educación del Senado determinó cambiar el nombre del proyecto Aula Segura, uno de los más emblemáticos y polémicos del Gobierno, por el de Aula Democrática.

La senadora Yasna Provoste publicó en su cuenta de Twitter las diferencias sustanciales del proyecto antiguo respecto del nuevo. Puedes verlo a continuación:

El cambio provocó la furia de la ministra de Educación, Marcela Cubillos que apuntó y tuiteó: “En la Sala del Senado debe primar el sentido común para proteger a profesores y estudiantes que quieren trabajar y estudiar en paz. Provoste, Latorre y Quintana optaron por dejar todo igual y mantener a directores sin facultades para enfrentar violencia y proteger a las víctimas”.

Lo mismo pero en un tono más confrontacional hizo el Presidente Sebastián Piñera, hijo ilustre de Iquique, posteando: “En el proyecto de #AulaSegura, el Senado deberá resolver de qué lado está. Del lado de los estudiantes que quieren aprender y crecer en paz o del lado de los delincuentes de overol, que quieren destruir y atemorizar con bombas molotov y violencia. Así de simple. Así de claro”.

Por ende, la discusión está muy lejos de acabarse.

Pero si hablamos de posteos, el que marcó la jornada fue una cruda y sentida carta posteada en forma de hilo por la tuitera identificada como profesora de educación básica en Limache, Colomba Roja (@huachacomunista).

En su testimonio, queda bastante de manifiesto por qué una aproximación punitiva a los problemas de la educación no resuelve absolutamente nada.

Puedes leerla a continuación:

“Tenemos un crío en primero básico (6 años). Ambos padres drogadictos. Vive con la mamá. El padre está ausente económica y afectivamente de la crianza. La mamá carretea toda la noche en la casa y cuando el niño despierta, lo tira a la calle. Ahí una vecina le da un pancito, otra una taza de té y así malvive. Sufre maltrato físico y psicológico. La mamá consumió pasta en el embarazo. Se viene solo a la escuela, cuando quiere. Tampoco lo llevan a controles médicos”.

“El niño llega sucio, mal oliente y SIEMPRE tiene hambre. Es un animalito: le pega a sus compañerxs, les roba la colación, destruye mobiliario, se escapa. Come con la mano, muchas veces ha orinado y defecado en el patio. Si uno se acerca y le toca la cabeza o le toma la mano, se derrite y dice “¿me quiere, tía? yo la amo”.

“Esta semana ingresará a un hogar del Sename donde terminará de construir su realidad. Salvo excepciones, no tiene futuro. De aquí a 10 años, cuando Rodrigo mate a alguien en un asalto, “los chilenos decentes” saldrán a juzgarlo y a pedir mano dura y pena de muerte para todos los Rodrigos de Chile. Muchos nos contarán que también fueron pobres (ojalá sólo hubiera una clase de pobreza) y dirán que Rodrigo es grande, que a los 16 puede elegir. Les pregunto, ¿qué ha elegido él hasta ahora? ¿Cuáles son sus opciones? ¿Puede decidir que va a ser “bueno” o “malo”?”

“Les pido que con la misma vehemencia que defienden el proyecto Aula Segura, defiendan a los Rodrigos. Con la misma pasión que protegen a un embrión, protejan a los que ya nacieron. El proyecto Aula Segura quiere meter la basura bajo la alfombra. Y ningún niño es basura”.