Mucho se ha hablado de este tipo de manipulación emocional donde los sentimientos son invalidados y minimizados por un tercero, haciendo que una persona dude de su propia percepción de la realidad. Pero, ¿qué pasa cuando ese tercero somos nosotros mismos? Hablamos con una experta que nos explicó todo sobre el auto gaslighting y nos dio consejos para lidiar con él.
Comenzó a estar en boca de todos luego de que se le pusiera un nombre para identificarlo. El gaslighting es una práctica milenaria que, si bien no es una construcción teórica de la psicología, es un concepto coloquial que se usa para referirse a un acto de manipulación abusiva, en que una persona le hace creer a otra persona que cosas que han pasado no han pasado en realidad, es decir, lleva a la otra persona a cuestionarse su propia percepción de la realidad, sus recuerdos, sus decisiones.
Este lamentable fenómeno ocurre generalmente en relaciones íntimas como parejas, familias y vínculos madre-padre/hijo-hija. Pero no siempre se necesita otra persona para experimentar el gaslighting. A veces, basta con nosotros mismos para llegar a esas prácticas.
¿Cómo sucede el auto gaslighting?
Según Stefanella Costa, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, lo que generalmente pasa cuando existe gaslighting es que se distorsionan los hechos o se niegan, de tal modo de evitar la responsabilidad de aquellos hechos. “Bajo la dinámica de abusador y abusado, el abusador diría cosas como ‘eso tú te lo inventas’, ‘eso que dices nunca sucedió’, ‘tú te inventas historias’, ‘estás exagerando’ o ‘eres muy sensible’. Lo que lleva a minimizar, negar, dar vuelta la culpa”.
Esto también se puede dar de modo individual y personal. Básicamente, uno mismo pone la culpa que le pertenece al otro en sí mismo, creando un espiral de culpa que puede desencadenar muchos problemas de seguridad y de autoconocimiento.
“El auto gaslighting es una consecuencia del gaslighting, o sea, al igual que otras dinámicas tóxicas, el gaslighting se internaliza a partir de dinámicas externas, y ahí, la víctima hace suya esta voz que le dice ‘no le pongai color, no es para tanto, te estás pasando rollos’, etc. Es importante saber que esto no es lo mismo que ser humilde o estar abierto a discutir con uno mismo distintas interpretaciones de un hecho, eso está bien. Siempre es mejor dejar abierto ese canal de comunicación y no asumir que ‘yo fui el sensible, yo hice todo mal’, etc. Sin ninguna responsabilidad de otro”, explica la académica.
Este tipo de invalidación tanto externa como propia va menoscabando la experiencia individual, donde no se permite sufrir, se auto ridiculiza y a largo plazo distorsiona la idea que uno tiene de uno mismo y su identidad. Una sensación de inseguridad creada por nuestra propia mente que aumenta la decepción, ocasionando baja autoestima, sentimiento de frustración, ansiedad, tristeza e incluso depresión. Por lo mismo, es muy importante identificar estas prácticas y hacer algo al respecto.
Consejos para evitar el auto gaslighting
Tu salud mental es lo más importante, por lo mismo, Stefanella Acosta nos comenta tres maneras que nos pueden ayudar con esta problemática. Toma nota.
- Identificar: Lo primero es darse cuenta, identificar y reconocer que estoy auto gaslightineandome. Lo importante es preguntarse de dónde puede venir esta voz que tengo adentro y poco a poco separarla de mí, reconocerla como ajena y que no representa lo que soy.
- El círculo de confianza: Idealmente poder conversar sobre esto con alguien de confianza y/o ir a terapia, es decir, usar la mente de otros, las percepciones de otros para poner en perspectiva y ampliar mis opciones y mis alternativas de interpretación de una situación. Por ejemplo, contarle a mis amigas lo que estoy pensando, revisar la mente y verbalizar, siempre ayuda.
- Actividades para relajar la mente: Cualquier práctica que aumente la autoconciencia como la meditación, el yoga, el mindfulness, sirven. Esas son prácticas que permiten calmar la ansiedad. Hay harta evidencia científica que explica que llevar la atención hacia el cuerpo permite que los pensamientos de auto gaslighting, así como otros pensamientos perturbadores, pasen por al lado y se resbalen como en un sartén de teflón. Esto no permite poner cierta distancia y no enganchar con estos pensamientos.