Todo indica que intentar comernos los sentimientos con chocolates y helado podría agravar la pena.
Los hombres que consumen grandes cantidades de azúcar dentro de su dieta, como pasteles y confites, tienen un mayor riesgo de sufrir depresión de acuerdo con un nuevo estudio publicado por The Guardian.
Investigadores de la Universidad de Londres (UCL) encontraron una fuerte correlación entre aquellos individuos que consumen más de 67 gramos de azúcar al día y los problemas de salud mental que varios presentaron con el correr del tiempo. La investigación estudió los hábitos alimenticios de más de 5000 hombres y 2000 mujeres, no aplicándose los resultados para estas últimas.
Anika Knüppel, encargada principal del departamento de epidemiología y salud de la UCL, afirma que “existe una influencia entre el consumo de azúcar y los desórdenes del ánimo, presentada particularmente entre hombres. Si bien hay diversos factores que llevan a una depresión, una dieta desequilibrada que incluya gaseosas y alimentos azucarados podría ser un factor desencadenante”.
“El estudio no arrojó los mismos resultados para las mujeres y no está esclarecido por qué. Se necesitan más investigaciones que incluyan a grupos más grandes de individuos”, agrega.
El documento, que también fue publicado en la revista Scientific Reports, no es el primero en sugerir que existe una asociación entre la depresión y los hábitos alimenticios que incluyan azúcar refinada dentro de la dieta. De hecho, Knüppel asegura que existen tres investigaciones más que corroboran esta información y que han sido publicadas desde los años ochenta.
El consumo de azúcar en el mundo se ha vuelto problemático desde que la obesidad fue declarada como la gran epidemia del siglo XXI. Muchos países han agregado un impuesto a la venta de bebidas azucaradas para poder apalear los costos de enfermedades relacionadas a la obesidad como diabetes e hipertensión.
Estos países –México, Sudáfrica, Estados Unidos y gran parte de Europa- han tenido resultados difusos con esta medida ya que, al ser países de ingresos altos, este coste agregado no representa un alza significativa que disuada a las personas de seguir tomando Coca-Cola o jugos “naturales” que en realidad no son más que una trampa para consumir azúcar en cantidades industriales y mantenerte adicto –porque sí, el azúcar refinada sí produce adicción según constan diferentes investigaciones-.
Si lo estudios son correctos, el consumo irresponsable de azúcar refinada podría desencadenar problemas mentales significativos, sumando un nuevo peligro a la salud producto de nuestra alimentación cómoda e irresponsable. Ojo ahí.
Via: The Guardian