Hace unos días varios de nuestros seguidores respondieron en Instagram que a dirario se encuentran con desechos relacionados al covid. La aparición de campañas para cortar las tiras de las mascarillas que llegan al mar confirman la preocupación que hay por la cantidad de basura de bioseguridad que se está acumulando en el planeta. ¿Podemos romper el ciclo? Hablamos con Eugenio Grove, director del Laboratorio de Innovación y Creatividad Circular de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Diego Portales (UDP), para saber qué tenemos que hacer.

Hace varios meses que aparecieron videos de peces con las aletas atascadas en mascarillas desechables intentando escapar. Acto seguido comenzó una campaña de redes sociales para cortar las tiras de las mascarillas desechables antes de botarlas, en un intento de evitar que los animales del mar quedaran atrapados. El trasfondo era que los desechos iban a llegar a contaminar su ecosistema de todas formas: miles de mascarillas sumergidas en el agua. 

Un estudio reciente de la Universidad de Talca señala que “el 99,9% de los materiales que se ocupan en la elaboración de Equipos de Protección Personal (EPP) contra el COVID-19 son compuestos polímeros de origen artificial, por lo que no son biodegradables”. Así que  las mascarillas estarán ahí por mucho tiempo.  

Ilustración por @pictomono en IG.

“Hay un tema de consciencia, de educación. Tenemos mucha campaña covid, estamos muy preocupados del aumento de contagios, pero no estamos preocupados de las consecuencias que está generando a nivel medioambiental”, sostiene Eugenio Grove, director del Laboratorio de Innovación y Creatividad Circular de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Diego Portales (UDP).

Buenos días, este fue el reporte diario. Recuerde lavar sus manos constantemente, mantener la distancia social y, si no usa mascarilla reutilizable, bote la desechable en un contenedor de plástico donde se pueda reciclar”. Para Grove, así debería finalizar la instancia del Ministerio de Salud que se transmite cada mañana. “Nadie nos ha educado al respecto porque son temas que todavía no consideramos y no hemos medido las consecuencias medioambientales de los hábitos”, explica. 

Si bien asegura que los centros de salud están tomando medidas para reciclar los materiales de bioseguridad que usan, la campaña debería estar enfocada en las y los ciudadanos. Partiendo desde el reciclaje de mascarillas. “El plástico derivado de mascarillas no puede ser reutilizado para mascarillas, pero sí para meterlo en un ciclo productivo donde siga siendo plástico, pero que no tenga exigencias sanitarias ni técnicas tan altas, como artículos de construcción o incluso un televisor”, comenta el director.

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En este contexto aparece el plaxtil, una mezcla de plástico y textil que puede ser creada a partir de materiales como los cobertores de cuerpo derivados de poliestireno. Pero para Grove también es importante poder pasar a los EPP reutilizables. “Para generar un atuendo de médico de mezclilla se requieren 7 mil litros de agua, pero lavarlos con un sistema de agua caliente para matar al covid, requiere solo diez”, ejemplifica. Solo para dimensionar: una mascarilla desechable utiliza 500 litros. 

Pese a la polémica de la eficiencia de las mascarillas reutilizables contra el coronavirus, Grove afirma que es una alternativa sostenible y efectiva. Comenta que tiene la suya hace más de un año y que la lava cada 15 días. “Hay mascarillas de género que son muy eficientes, pero que pueden ser más caras”, dice, “Si te pones a sumar cuántas usas a la semana te aseguro que podrías comprar una reutilizable que te dure seis meses o más”.

¿Cómo habría sido la pandemia sin el plástico? Es solo cuestión de revisar el pasado. “En las últimas pandemias no existía el plástico, pero igual habían bioprotectores y se logró salir adelante. Eso significa adaptarse, y nosotros tenemos que adaptar culturalmente el sistema a que el plástico no es un enemigo en la medida en que tengamos la forma de gestionarlo”, argumenta Grove.