La normativa impulsada por el gobierno busca detener la normalización de que se contacte a los empleados fuera de su jornada oficial, para así aumentar la eficiencia y disminuir los niveles de estrés. Aun así, algunos dirigentes del sector privado ya mostraron resistencia frente a la posibilidad de que la medida también se aplique en las empresas.

La implementación del teletrabajo como una de las medidas preventivas para enfrentar la pandemia del Covid-19, trajo consigo la dificultad para separar los espacios de actividad laboral y los de tiempo libre. No solo por el hecho de que muchas de estas, como ver series de streaming o incluso comer, se realizan en el mismo recinto en donde se labura, sino que también, porque se ha normalizado el contacto entre trabajadores y empleadores fuera de los horarios formales establecidos.

Al percatarse de esto, las autoridades políticas de Bélgica decidieron tomar acciones concretas este 1 de febrero, por lo que impusieron una norma para que los más de 65.000 empleados del gobierno no puedan ser molestados después de que haya acabado su jornada oficial. Esto incluye el hecho de que, en caso de no contestar un correo electrónico o una llamada fuera de ese margen, no pueden ser sancionados de ninguna manera. 

Según declaró en una entrevista con BBC la ministra de Administración Pública, Petra De Sutter, esperan que esta medida aumente la eficiencia en el sector público, debido a que así reducirán los niveles de estrés y agotamiento, los cuales, en sus palabras, son “la verdadera enfermedad de hoy”.

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Pero a pesar de que aquello ya fue adoptado en el servicio público y también ha sido aplicado en países como Francia, la moción de hacerlo en el sector privado aún genera anticuerpos en algunas organizaciones. Desde la Red Flamenca de Empresas, el portavoz Eric Laureys criticó esta posibilidad y declaró que podría “destruir” la flexibilidad del modo online.

“Sería una enorme señal de desconfianza a la capacidad de los empleadores para organizar el trabajo”, sentenció, mientras que el profesor de economía de la Universidad de Buckingham, Len Shackleton, compartió esa visión y recalcó que esta se traduce en “solo una dosis más de regulación”. Aun así, consideró importante que se tomaran acciones para “proteger los derechos básicos de los trabajadores”, pero a través de otras normativas.

A pesar de que desde el gobierno belga celebraron la decisión, esta también tiene excepciones, como en el caso de que se establezca así por acuerdo o que ocurra una emergencia, pero aún así, las autoridades aseguraron que ya iniciaron las gestiones correspondientes para tener equipos específicos dirigidos a cubrir todas las jornadas.