Big Little Lies: la serie de Nicole Kidman que te hará volver al paciente rito de ver un capítulo a la semana

Big Little Lies, donde también actúa Reese Witherspoon y Zoe Kravitz es una serie que dan los domingos a las 22 por HBO y está dirigida por Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club).

big little lies

Con la llegada de Netflix, y la existencia de la piratería, la experiencia de sentarse frente al televisor justo a las 10 de la noche un domingo no es algo que se haga seguido. Conocido es el caso de Game of Thrones, que cuando sus temporadas están en transmisión, mueve, o al contrario, paraliza a millones de personas a ver cada capítulo.

Personalmente, no es mi estilo de serie, pero comprendo el sentimiento, la ansiedad y la adicción que genera no poder verla completa de un atracón.

Big Little Lies venía rondando en mi cerebro desde que apareció el cast el año pasado y un par de tímidos trailers en YouTube. La industria televisiva ya se acostumbró a reclutar actores de alto calibre de Hollywood en sus producciones, como House of Cards, American Horror Story, Fargo y True Detective. Leer que Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley, Laura Dern y Zoe Kravitz iban a protagonizar un show juntas debería ser suficiente razón para prender nuestros televisores con cable los domingos.

Basado en un libro del mismo nombre, de Liane Moriarty, la historia cambia la Australia natal de la autora por la costa de Monterey, California para estar más a tono con el elenco, que se divide entre padres e hijos. Madeline Martha Mackenzie (Reese Witherspoon) es una madre a todo terreno y reina del colegio, que parece tener una afición por meterse en los problemas de otros; Celeste Wright (Nicole Kidman) es envidiada por todos, ya sea por la vida que tuvo en algún momento como abogada o su dedicación completa a sus gemelos y a su abusivo marido, Perry (Alexander Skarsgård), y Jane Chapman (Shailene Woodley), madre soltera recién llegada a la ciudad, que está criando a su hijo nacido después de una violación.

Todo comienza con un asesinato, la gracia de todo esto es que no sabemos quién está muerto ni menos el asesino. Con entrevistas y momentos que nos sabemos si son flashbacks o flashforwards, las escenas está construidas para confundir al espectador, tal cual y como lo hicieron antes True Detective y How To Get Away With Murder. Los sospechosos son todos los padres que alguna vez estuvieron en conflicto y que fueron parte de una gala para reunir fondos de la escuela Otter Bay, en donde ocurre el crimen.

El primer capítulo, de tres ya emitidos, deja clara la situación: aquí todos están en conflicto y todos, también, tienen algo que esconder. Es raro ver que una cadena como HBO, que tiene superproducciones con temáticas mucho más complejas que estas, haya decidido apostar por un producto que tiene más similitudes con Desperate Housewives que con Westworld. Cinemáticamente atractiva y atrapante, está dirigida por Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club, Wild) y adaptada a la televisión por David E. Kelley (Ally McBeal), es una historia que no podría estar en otro canal (bueno, a parte de Netflix o Amazon).

Por mi parte, voy a comprar un picoteo dominical para seguir disfrutando de la intriga de Big Little Lies y esperar a que me sorprenda hasta el final de sus siete capítulos.

HBO, domingos, 23:00 (Chile).

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