Además: la historia de cómo el dueño de la empresa suicidó a Blockbuster cuando rechazó comprar Netflix a un precio ridículo te hará perdonarte por cualquier pésima decisión que hayas tomado.
Un pedazo de los 90
Es probable que esta historia te lleve directamente a un viaje de la memoria y evoque ese inconfundible olor entre a plástico nuevo, cabritas, y pedo de Starburst que tenían esos mágicos locales donde podías pasarte un rato volviendo locos a tus padres mientras intentabas decidirte sobre si arrendar “Clerks” o “Siete pecados capitales” .
Si naciste después del 90, no vas a tener puta idea de lo que hablo.
Te cuento que antes de Internet y por consiguiente Netflix, lo que hacíamos para ver películas (aparte del cine obviamente) era arrendar VHS y luego DVD de películas en estos en ese entonces medio futuristas locales llamados Blockbuster. Allí conocimos los Snickers, M&M, Milky Way Starburst y Skittles y otras golosinas gringas de precios inalcanzables. Sus dependientes eran muy de la onda grunge y sarcásticos y cinéfilos y uno entre que los admiraba y les temía. Demás está decir que de niño creía que no podía existir un trabajo mejor en el mundo.
También se podían arrendar juegos de Nintendo y Super Nintendo y era muy probablemente un foco de bacterias porque vez que uno estaba enfermo y no podía ir a clases lo llevaban como un zombie, bien abrigado, a elegir un par de películas para quedarse acostado sin morir de aburrimiento.
La noticia que nos da pie a esta reflexión noventera no es solamente nostalgia o vejez. Es porque esta semana John Oliver, el conductor de “Last week tonight” compró un montón de recuerdos y artilugios pertenecientes a las películas de Russel Crowe– las que fueron vendidas en un remate a raíz del divorcio del actor- y las donó para crear una especie de museo dentro de lo que ya es un museo viviente de los 90; una de las últimas tiendas Blockbuster en el planeta, en Alaska.
Blockbuster aún no se extingue completamente, pero claramente es una cuenta regresiva. Mientras el 2017 terminó con unos 12 locales abiertos en Estados Unidos, casi la mitad ha cerrado este año.
Según reportó el Business Insider, tres Blockbuster en Alaska, que en realidad es el único lugar donde quedan (Internet allá es extremadamente caro y lento por lo que Netflix sigue siendo una idea futurista). La última ceremonia de cierre se llevó a cabo el primero de este mes.
Entonces, hasta ahora solo quedan tres locales abiertos en el mundo: en Alaska, donde puedes arrendar el VHS de Ace Ventura (en estricto rigor ahora tienen DVDS).
Por favor, rebobinar
A recordar, Blockbuster se declaró en bancarrota total el 2010, de Chile desapareció totalmente el 2013. Uno podría decir “bueno mala suerte” pero tuvieron varios años buenos (se fundó en 1985).
Eso hasta que te enteras del dato de que el año 2000 unos entusiastas dueños de una pequeña empresa de arriendo de DVDS a domicilio llamada Netflix le ofreciera al CEO de Blockbuster venderles su emprendimiento en unos humildes 50 millones de dólares. El CEO de entonces, John Antioco, rechazó el negocio porque no lo consideró rentable y vive desde entonces deshaciéndose en excusas y probablemente no duerme hace años, considerando que la compañía cuesta hoy día alrededor de 60 mil millones de dólares.
Quizá eso te sirva para sentirte un poco menos mal respecto de alguna decisión pésima que hayas hecho en tu vida.
Pero la desgracia de unos es una excelente foto para otros. Acá puedes ver una infinita galería de personas que se sacan fotos en los últimos locales de Blockbuster como si hubieran viajado en el tiempo. Aunque en realidad, quien debe acostarse todos los días pensando en por favor rebobinar el tiempo debe ser John Antioco.