“Cada día quiero tener menos miedo, quiero ser más flexible, no quiero encontrar una sola verdad. Tengo una sed, quiero entender todo, tengo preguntas sobre otros lados, otras dimensiones. Para mí el sonido es mi misterio favorito…el sonido y el amor son mis dos misterios favoritos”, dijo la DJ nacional.

Fotos: Marcelo Mudou

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El sábado 15 de julio vivíamos en Santiago lo que quedó de la nevazón más grande en los últimos 46 años, mientras Valentina Montalvo Alé, o Valesuchi, se venía bajando de un avión. Lo último que registraba su temperatura corporal eran los 26 grados que habían en Río de Janeiro la noche anterior a subirse al avión que la traía de vuelta a su ciudad natal. El frío de Santiago le hizo reafirmar una idea que venía dando vueltas en su cabeza hace rato: “Me tengo que ir a vivir a Brasil”.

Valesuchi es una de las DJs y productoras chilenas más importantes de los últimos años. Ha tocado en los principales escenarios de la música electrónica de Chile y en el último tiempo ha internacionalizado su carrera de manera explosiva. En 2014, debutó en la producción con “Golosynth”, lanzado por el sello Discos Pegaos; una combinación de beats bailables pero a la vez oscuros, complementados a la perfección con potentes bases análogas. Sus DJ sets gozan de una versatilidad de la que pocos DJs pueden vanagloriarse, que pasa desde el soul, funk, disco, house hasta el techno más profundo. Hay una honestidad en el trabajo de Valesuchi que se ve reflejado directamente en sus sets y sus producciones.

En casi todas las entrevistas y notas que hay sobre Valesuchi, el énfasis está puesto en dos cosas: su talento como productora y DJ, y la muerte de su hermano hace casi 14 años, cuando él tenía 20 y ella 15 años. Y es que ambas cosas van de la mano. Valentina no sería quién es hoy de no ser por la influencia de su hermano Vinicio.

Vinicio era músico, estudiante de cine y un alma inquieta, de esas personas que tienen tantas preguntas que no pueden quedarse esperando las respuestas: las salen a buscar, y las crean si es que no las encuentran. Personas que están continuamente tratando de decir algo musical, estética y artísticamente, y Valesuchi también ve reflejada la misma inquietud en artistas como Diegors, Javiera Mena y Anibal Bley.

Valesuchi no heredó solo las máquinas y las influencias musicales de su hermano. Su inquietud, las preguntas que no alcanzó a responder, el descubrir cómo abrir más lo ojos, cómo estar más juntos y el querer averiguar qué demonios hacemos acá también es parte de la herencia que le dejó Vinicio.

Aunque Valesuchi se define como una persona increíblemente sensible, admite ser muy estricta: “Para mí el problema base de todo, y es algo que me duele, es cómo la gente se relaciona con la fe y la espiritualidad desde un lugar muy despectivo. Esa cosa tan profundamente pesimista, de “si eres optimista… no estás entendiendo”. Para mi, la depresión se volvió uno de los procesos más egocéntricos y cómodos de todos los estados que viví como humano. Creo que nos falta mojarnos el culo, pero de corazón, involucrarnos cada vez más y con más honestidad”.

La DJ viene llegando de su séptimo viaje a Brasil en 1 año y medio, luego de casi dos meses tocando en Sao Paulo y Río de Janeiro. Todo partió cuando fue invitada, en 2015, al festival Sónar São Paulo. En ese viaje conoció personas que la hicieron sentir como en casa, como si se conocieran de toda la vida. En febrero de este año participó del festival Dekmantel Brazil, uno de los escenarios más importantes de la música electrónica a nivel mundial, y a fines de mayo volvió a Brasil, donde vivió casi dos meses, tocó en cientos de fiestas y produjo su último material. Básicamente, Valesuchi encontró su lugar en el mundo.

¿En qué ha influenciado Brasil tu trabajo?

En todo. En mi forma de discjoquear, de producir, en mi forma de relacionarme. Aprendí a respetarme como artista. Vi que la gente percibía algo, y a través de ellos pude entender qué estaba pasando. Me generó interés porque había algo muy genuino desde los otros hacia lo que yo estaba haciendo.

En Brasil me desafían mucho como artista porque son demasiado apañadores. Yo les quiero dar más, porque reciben abiertamente lo que puedo hacer. Es como “miren, esto es lo que estoy viendo yo en la música”, y la gente escucha, la gente baila, lo recibe desde otros lugares que yo siento más armónicos y disponibles que acá porque se trata de algo que hacemos todos juntos. En Brasil soy cada vez más yo, acá a veces me da miedo ser yo misma.

¿Por qué no puedes ser tú misma acá?

Tengo mucho amor para entregar, y en Chile siento que la gente no está tan disponible para recibirlo. En Brasil pude entregar, intercambiar y hacer circular esa energía. Me recibieron con el corazón abierto y siento que encontré mi tribu en muchos sentidos. No estoy diciendo que aquí algo esté mal, es solo que allá encontré una forma de comunicarme que me ha hecho muy bien, creativa y humanamente, y también como mujer. Allá hay algo que me ha hecho sentir más viva que acá.

¿De dónde viene eso?

Es “lo brasilero”: su música, el trato humano, su relación con sus cuerpos, con el clima, con tener un carnaval en el que nadie es más importante que nadie, están todos en pelota sonriendo y solo importa la música y el baile. El fútbol es quizás lo único que nos une de esa manera en Chile, pero en Brasil celebran cosas juntos todo el rato, fiestas y carnavales. Allá no todo tiene que ser limpio, perfecto, brillante; hay sombras en todo, y eso está muy bien.

Nasty Woman

El feminismo es un tema presente en los pensamientos de Valesuchi, pero a diferencia de lo que uno esperaría de una mujer abiertamente feminista, se niega a encasillar o definir al hombre. Para ella el problema no es el género ni la heterosexualidad: el feminismo y la relación con lo masculino es un tema de energías, no de definiciones estrictas.

“Los hombres que tienen un interés en su propia energía femenina se interesan en las mujeres y en lo no-masculino. Los que no, no simplemente, y en todas las microescenas de la electrónica en el mundo hay matices solo de eso para mí: hueones que son solo hombres, o hueones que no son solo hombres, así como hay mujeres que no son solo minas. Hay que equilibrar la energía femenina y masculina, averiguar hasta donde llegan y comienzan las dos en uno mismo”, explica.

Para Valesuchi el feminismo es una forma de ver más allá de lo evidente. Es una llave que abre las puertas a ver las cosas de otra manera y la música es una forma de hackear el sistema. Nasty Woman, la canción que hizo junto a Matías Aguayo, es un ejemplo de cómo mezclar el poder de un discurso con la vibración de la música, de cómo llevar la lucha a la pista de baile.

Nasty Woman es un track de 10 minutos que junta la producción de Valesuchi con el poema de Nina Donovan, una joven de 19 años, recitado por la actriz Ashley Judd frente a una audiencia de más de 500 mil personas en la última Marcha de las Mujeres en Washington, una de las más multitudinarias desde la guerra de Vietnam. El potente poema es una respuesta al machismo de Trump, la misoginia y a la violencia hacia las mujeres, las niñas, y las minorías raciales y sexuales. Fue lanzado el 2 de febrero (menos de dos semanas después de la marcha) por el sello Cómeme, bajo esta descripción: “Como reacción al reciente desarrollo político, vemos una urgencia en compartir este track contigo y con el mundo”.

¿Cómo fue la creación de Nasty Woman?

Nasty Woman tiene un poder medio oculto que viene de cómo sucedió. Yo hace unos años le mandé unos demos y unas bases a Matías, y este año él andaba de gira y tocó una noche con Carl Craig, que mezcló un tema con un discurso de Obama. A Matías le gustó el ejercicio, que es algo muy icónico en la historia del house y se acordó de que había escuchado el discurso en la marcha. Dijo ‘¡Ese sí es un discurso para eso! Y tiene que ser una base que la haga una mujer, una base de la Valesuchi’.

Estaba lejos de su casa cuando recibió un Whatsapp de Matías Aguayo que decía “Valesuchi, te mandé un Wetransfer, escúchalo ahora”. Sin prestarle atención a la urgencia le dijo  “no puedo ahora, perdón, más ratito cuando llegue a la casa, besitos”. “No, ahora”, respondió Matías. Pero filo, Valesuchi no se iba a apurar, lo iba a escuchar cuando llegara a la casa. Eso hasta que Matías le dijo: “Es un tema tuyo, por si acaso”. Y ahí se fue corriendo, preguntándose qué demonios había hecho Matías Aguayo.

“Llegué directamente a escuchar la canción, sin tener idea de qué había en ese archivo, y a los 30 segundos no podía contener las lágrimas, fue un gesto muy poderoso. Para mí fue increíblemente poderoso que Matías haya hecho ese ejercicio para mí. Escucharlo en voz alta y cómo trasladar ese discurso a otro contexto…lo es todo.  Lo llamé y le dije que pensaba que teníamos que publicarlo gratis, urgentemente, que no importaba quien lo había hecho pero que era algo que tenía que escucharse ahora ya. Le encantó la idea y seguimos muy felices por la recepción que tuvo, lo ha tocado todo el mundo en todas partes.”

El último año de Valesuchi ha sido intenso. Descubrirse como persona y como artista ha sido un proceso profundo, pero que ya no tiene vuelta atrás.

He estado tratando de averiguar lo que pasa si realmente me responsabilizo por tener un talento. Antes no lo había hecho, y de hecho hace poco me di cuenta de algo que me dolió mucho descubrir, que es que cuando estaba trabajando en algo que me interesaba profundamente, había una parte de mí que se sentía culpable porque era algo en lo que no tenía como generar dinero. Ese pensamiento de “¿estaré perdiendo el tiempo con esto?”, aún sabiendo que era algo que realmente quería hacer….filtrar mi trabajo a través del dinero, lo encontré terrible. Parcelé mis prioridades. Quiero tener menos cosas, poquitas pero buenas, encontrar un lugar y descubrir como generar ese dinero para tenerlas y una vez que se genere, todo el tiempo restante volverlo fructífero, revitalizarlo, usarlo más aún a mi favor porque estoy libre en él para explorar otras cosas”, dijo.

Y finaliza: “Cada día quiero tener menos miedo, quiero ser más flexible, no quiero encontrar una sola verdad. Tengo una sed, quiero entender todo, tengo preguntas sobre otros lados, otras dimensiones. Para mí el sonido es mi misterio favorito…el sonido y el amor son mis dos misterios favoritos”.

Valesuchi estará tocando el 12 de agosto con Juana Molina en el próximo Red Bull Academy en Chile.