Ya todxs vimos su post en Instagram en el que llama a la huelga general y a la redistribución de la riqueza post coronavirus. Nada nace por generación espontánea así que quisimos llegar al fondo de todo esto y ejecutar una investigación exploratoria-teórica sobre el marxismo de Britney desde que comenzó su carrera musical y, adivinen: siempre lo fue.
Las conclusiones a las que llegamos fue que Britney Spears se dio cuenta de que la única forma de luchar contra el capitalismo era a través de él, y haciendo uso de sus discos e imagen arma un relato subliminal de sí misma y cómo este sistema la ha ido matando. ¿No me crees? Vamos por parte.
En 1999, para su primer disco, canta: Mi soledad me está matando y debo confesar que aún creo. La fama que el capitalismo le ofrece la seduce aunque se siente sola por dentro. En sus inicios musicales, ella es capitalista pero algo anda mal y no se siente bien. Estar alienada con el sistema la tiene deprimida, pero aún no lo concientiza.
Al año siguiente, dice en Stronger: He tenido suficiente, no soy tu propiedad. Acá viene el giro revolucionario en la cantante: Mi soledad ya no me está matando, ahora soy más fuerte (Spears, 2000). En ese momento, Britney se convierte en una activista anticapitalista.
Desde eso comienzan las letras más insurrectas. El sencillo I’m a Slave 4 u de su tercer disco es una metáfora para describir al capitalismo. Nunca le habló a un onvre cuando dijo “soy una esclava para ti”, sino al sistema. No puedo tenerlo, no puedo controlarlo / Soy una esclava de ti / No lo negaré, no estoy tratando de esconderlo (Spears, 2001). Britney está consciente de sus privilegios de clase y valida el simbolismo de su imagen capitalista en la sociedad.
Cuando saca su cuarto álbum, profundiza en los estudios de la plusvalía y explotación laboral desde una posición burguesa: No hay escape, no puedo esperar / eres peligroso y me está gustando. El capitalismo es adictivo desde la posición que ella ocupa en el sistema como dueña de sus bienes de producción, lo que explica la resistencia de las clases altas por perder sus poderes adquisitivos y sociales.
Después de eso, el activismo de Britney toma una pausa por la etapa romántica de su vida, en la que tiene una relación y es madre, hasta que se da cuenta de que ha caído en el sueño americano y nuevamente sufre un quiebre al no querer dejar a su hijo en un mundo con este sistema. Acto seguido, cambia la música como herramienta de activismo pacifista y elige la vía violenta: toma las armas para rebelarse, y la prensa la trata de loca.
Su revolución del 2007 fracasa, pero ella no se rinde. Ese mismo año vuelve a la vía pacifista y saca su mejor disco Black Out: La gente está diciendo ‘quiero quiero más‘. Britney denuncia acumulación compulsiva del capital.
Al año siguiente, entiende que la revolución será feminista o no será (siguiendo la lógica de grupos dominantes y dominados), por lo que lanza la canción electropop de denuncia Womanizer, en la que se refiere a las injustas jornadas laborales y condiciones de trabajo de acuerdo al género.
Britney nos advierte desde 2011: el capitalismo sólo puede terminar en crisis. Plantea la paradoja marxista: Vé la luz del so / no pararemos (de producir) / sigue bailando (produciendo) hasta que el mundo se acabe. Karl ya lo decía en sus Manuscritos de Filosofía y Economía: “Desaparece la diferencia entre capitalistas y terratenientes, entre campesino y obrero fabril, y la sociedad toda ha de quedar dividida en las dos clases de propietarios y obreros desposeídos” (Marx, 1844).
Después de trece años en esa línea revolucionaria, sentencia todo con su propio manifiesto comunista. ¿Quieres un cuerpo atractivo o un Bugatti? / Trabaja, perra / Así funciona el mundo. Apunta a los vicios del capitalismo y sus rasgos superficiales y consumistas. Agrega: Llámenme la gobernadora. Se ofrece como líder de la revolución.
Hoy, en 2020, Britney ha visto cómo el mundo convulsionó con protestas en diferentes países, y los efectos globales del COVID-19 al exponer el lado más vulnerable del sistema neoliberal. Por eso, se cansó de la lucha pacifista. Tampoco dio resultados la revolución armada en 2007, así que decidió probar con el último eslabón de la organización proletaria: la revolución colectiva.
Y si llegaste hasta acá pensando que toda esta publicación era pura chachota, te dejo el siguiente fragmento de una entrevista en 2013 en la que Britney admite que su última canción Work Bitch estuvo inspirada en los escritos de Karl Marx:
Porque Britney puede escribir el Manifiesto Comunista, pero Karl Marx jamás podría hacer Toxic.
It’s Britney, bitch.