El presidente millennial de Chile no tiene hijos. A sus 36 años tampoco está casado. Y  junto con esto y otras acciones, ha roto las tradicionales imágenes de antiguas generaciones. Brownie, su mascota, tiene casi 400 mil seguidores sólo en Instagram. ¿Por qué su figura es importante? Una experta nos habla de la falta de ternura en la política y agrega: “Que alguien tenga hijos, no lo hace automáticamente buena persona”. Es hora de reivindicar a una generación que está eligiendo una nueva forma de ser adulto. 

Las explicaciones que barajan varios especialistas sobre la baja natalidad en los millennials son numerosas: unos apuntan al cambio climático, otros a las precarias condiciones laborales que afectan a esta generación y algunos a un aspecto que quedó evidenciado con la pandemia, los espacios habitacionales cada vez más pequeños -y caros-, que no están diseñados para la idea antiguamente arraigada que se tenía de familia.

Según el estudio español “Una generación ni perdida ni extraviada” liderado por Elisa Chuliá en 2019, arrojó que el 12% de los millennials de ese país ya tenía claro que no quería tener hijos. Las razones respecto a este punto fueron: “dan muchas preocupaciones y problemas” (70 %), “limitan mucho el tiempo libre” (67 %) y que se necesitan muchos ingresos “para poder criarlos” (64 %). La investigadora reconoció eso sí, que dentro de su análisis, la imagen obtenida de estos jóvenes a través de la encuesta no tiene que ver con una actitud “descontenta” que se muestra, habitualmente, en la cultura pop.

Y la psicóloga y académica de la Universidad Mayor Dominique Karahanian está de acuerdo:  “Se pone en la narrativa que los millennials son una generación descuidada, y esa es una mirada muy binaria: o estás con hijos o sin hijos. Como si eso te hiciera buena o mala persona”, sentencia. 

El perro del presidente de Chile tiene más de 400 mil seguidores en Instagram

Aquellos ánimos de desligarse del concepto tradicional de una familia también se traspasan al ámbito de los matrimonios. Según cifras publicadas por INE el 10 de febrero de este año, en 2020 se concretó una de las cifras más bajas en Chile, con un total de 37.647, lo cual significó un 38,9% menos que en 2019. 

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“Efectivamente es una situación multifactorial, a la que se le suma que esta generación tiene más posibilidades de acción que las generaciones anteriores. Antes no nos cuestionábamos si queríamos hijos, casarnos o incluso nuestra orientación sexual”, explica la experta, “Hoy sí. Hay un abanico de posibilidades sobre cómo quiero ser adulto”. 

Los datos del Registro Civil en 2020 reflejaron que los nacimientos inscritos solo alcanzaron un 88% del promedio histórico, mientras que solo entre enero y febrero de 2021 se registó una disminución de 35%. 

“Ahora que podemos elegir qué tipo de adultos queremos ser, hay un contraste con el estigma negativo frente a los que tenían mascotas y no hijos ,  por ejemplo, cada vez queda más atrás esa nociva figura de la vieja del gato, y que hoy aceptamos, porque la diversidad es nuestra”, agrega.

¿Por qué Brownie tiene tantos seguidores? La respuesta es más profunda de lo que uno podría creer. “En primer lugar: tiene que ver con que uno relaciona que una persona con una mascota, es más confiable. Si tienes un perro, eres capaz de ver la ternura que implica el cuidado de otro ser vivo. Y en segundo lugar: la ternura efectivamente, es una característica que nos hacía falta, porque tras el estallido, el aislamiento y el distanciamiento social, es necesario reencontrarnos con lo que nos constituye como humanos: el poder hablar respecto de los que no pasa, de manera emocional”, afirma.

“No todo el mundo quiere tener hijos y eso no es un problema”, sigue explicando Dominique, “Estamos poniendo un tema moral, sobre lo que está bien y mal y lo que yo veo es que no todos quieren tener hijos y no por eso no están conectados con el cuidado, o con maternar”, agrega Dominique, “se pueden cuidar a otros, lo hacen los profesionales de la salud, las personas que trabajan en justicia. Hay una tendencia en los seres humanos a cuidar y es lindo tener esos espacios para hacerlo con otros y conectarse con la vulnerabilidad que implica estar con otro ser vivo. Pero empezamos a encontrar otras formas sobre cómo escribir la adultez y los lugares en los que uno puede encontrar esa ternura de la que hablábamos”, finaliza.