Sabemos que el perro es el mejor amigo del hombre y si yo pudiera llevaría a mis cachupines y mi gata a todas partes. Entonces me alegró conocer la historia de un joven canadiense que, mientras estaba hospitalizado, pudo reunirse con su mascota.

Cuando Zachary Noble, a sus 25 años, estaba al borde de la muerte por un linfoma de Hodgkin en la unidad de cuidados intensivos, quería ver a su amigo peludo Chase. Cuando su familia lo llevó al hospital, el joven inmediatamente comenzó a mostrar signos de mejoría.

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Luego de esa visita llena de alegría y lágrimas, pasaron dos días y Zachary salió de la UCI”, según escribe su familia en la página de GoFundMe para llevar adelante su nuevo proyecto, Zachary’s Paws for Healing.

A pesar de que Noble falleció al tiempo después, su legado vive a través de este proyecto iniciado por su tía, Donna Jenkins. La organización tiene por objetivo coordinar visitas entre los pacientes y sus mascotas con el hospital Juravinski en Hamilton, Ontario como el pionero en participar. “Es muy tranquilizante”, opina Grace Campbell, una paciente con cáncer de hígado.

Para que los pacientes puedan ver a sus hermanitos menores, Zachary’s Paws for Healing, primero se asegura de que las mascotas estén sanitizadas y con ayuda de familiares, se evita el contacto con otros pacientes. Los dueños de las mascotas pueden verlos por una hora cada semana.

Hasta ahora, hay 25 perros inscritos e incluso los paciente en cuidados intensivos pueden beneficiarse del programa. Se espera que continúen ampliando las redes en otros hospitales y que sea beneficioso, tanto para los humanos como para animalitos.