Los chilenos no están votando, y los jóvenes menos. En las elecciones presidenciales de 1989 votó el 84,2% de la población. En las elecciones presidenciales del 2013, lo hizo el 42%. Desde 1989 a 2013, la participación electoral en Chile se ha reducido a la mitad.

El voto voluntario fue defendido por varias razones. Se creyó que al eliminar las barreras a la hora de la inscripción, la cantidad de votantes aumentaría. También se dijo que este aumento de posibles votantes nos llevaría a una nueva política, ya que al crecer el padrón electoral de 8 a más de 13 millones de potenciales votantes, los partidos políticos se verían obligados a generar nuevas estrategias y propuestas para capturar a estos nuevos votantes.

Sí. Se creyó que la “incertidumbre” llevaría a los partidos políticos típicos, llenos de vejetes anticuados, a buscar formas nuevas de hacer política, a cambiar sus propuestas y perspectivas, para llegar a nosotros, los jóvenes.

Pero sorpresa. Los resultados fueron muy distintos a lo esperado. La participación de todas las edades descendió drásticamente, y con ellos, los jóvenes siguieron sin ir a votar, ahora incluso más que antes.

Y como era de esperar, los partidos no cayeron en ningún tipo de incertidumbre. Los partidos ya saben que la participación es baja y que los jóvenes no quieren votar. Esto les otorga más seguridad y garantías, porque hoy más que nunca saben que los votantes son los mismos de siempre. En consecuencia, no tienen incentivos para cambiar sus estrategias.

La decepción como poder

En las elecciones de 2010, Sebastian Piñera fue electo con la menor cantidad de votos desde la vuelta a democracia. Y en las presidenciales de 2013, Michelle Bachelet fue elegida solo por el 25% de los chilenos en condiciones de votar.

Los jóvenes chilenos tienen un millón de excusas para no ir a votar: que es una forma de protestar ante un sistema que no funciona, que da igual por quien voten porque “todos son iguales”, que no creen en los políticos o incluso que ir a votar es igual que “perder el voto”.

Porque no hay nada más fácil para que ellos sigan teniendo el poder, que la gente esté desinteresada y decepcionada de la política, y que eso se traduzca en que nadie vaya a votar. Pero no solo nadie, sino que en específico los jóvenes. Porque los jóvenes somos millones y no le creemos a nadie, y si todos votáramos por una misma fuerza antagónica a estos villanos que se han hecho millonarios y poderosos, tanto con la dictadura como con la “democracia”, podríamos por fin empezar a ver cambios.

Quitarse los miedos, sacarlos afuera

Dos años antes de las elecciones los medios ya nos han hecho creer que una vez más, el poder estará discutido entre dos vejetes inútiles, ladrones, corruptos y que básicamente nadan hacia el mismo lado. Porque sí, no es necesario ser la persona más crítica ni culta para saber que Lagos y Piñera son, básica y lamentablemente, lo mismo.

Pero no podemos perder las esperanzas tan rápido. No podemos creerle a las encuestas (manejadas por las familias más poderosas del país) que Piñera va número 1 y que su triunfo es inminnente. Esas son las manipulaciones en las que hemos estados atrapados por mucho tiempo.

Somos un país a quien los medios, los políticos, las leyes y casi todo lo que nos rige y ordena nos han mentido y “cuidado” como un lobo cuida a sus ovejas. Nos hacen creer con sus encuestas y portadas que las decisiones ya están tomadas mucho antes de que tengamos la opción de decidir. Para los jóvenes, esto se traduce en decepción y la sensación de que, hagamos lo que hagamos, este país seguirá gobernado por los mismos de siempre

Pero detrás de toda esta construcción política dura de la que parecemos no tener escapatoria, están apareciendo nuevas caras.

Pintarse la cara color esperanza

Carola Canelo anunció su precandidatura como independiente este lunes, y como dijo en su momento el sabio Diego Torres, hay que saber que se puede, querer que se pueda.

Carola Canelo es una profesora de Derecho de la U. de Chile que se hizo famosa hace unos meses por denunciar públicamente a todos los Ministerios de Educación, desde 1990 a la fecha, por no cumplir la ley al no fiscalizar el lucro en las entidades educactivas.

Canelo explicó que, por ley, todas las universidad son corporaciones sin fines de lucro, y que por ello no pueden crearse ni operar con la finalidad de que sus dueños obtengan ganancias económicas. Sin embargo, todos los ministros de Educación, desde Ricardo Lagos (que fue ministro de Educación de Aylwin en 1990, e impuso el Crédito con Aval del Estado), hasta la fecha, han infringido esta ley y no han fiscalizado el lucro. Es decir, bajo la dictadura y la Nueva Mayoría, han infringido la prohibición legal de lucro con total impunidad.

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Así es como en un escenario totalmente bipartidista, aburrido, tétrico y decepcionante, aparece Canelo, según ella, para abrir una alternativa al 95% de los ciudadanos que no militamos en los partidos políticos tradicionales y que hemos sido invisibilizados y no considerados en las decisiones políticas del país”.

“En Chile vivimos en una partidocracia en la cual los partidos políticos gobiernan, no el pueblo… Están preocupados de ellos, y los candidatos presidenciales que son capaces de proponer al país son rechazados por la sociedad, y eso demuestra que están preocupados de mantener su poder político y no de resolver los problemas”.

Carola Canelo no va solo en contra de los grandes partidos políticos que se han disputado desde 1990 las elecciones. También crítica abiertamente a figuras que para muchos jóvenes, parecen ser “la esperanza del futuro”. Ha criticado a Camila Vallejo por ser del Partido Comunista pero aún así defender el comportamiento de Michelle Bachelet en la creación de la propuesta de gratuidad, que según Canelo, no cubre las exigencias mínimas y que de hecho significa “un golpe a la educación”.

“Todos los partidos políticos han sido financiados por las mismas fuentes (…) SQM ha financiado a la Nueva Mayoria y la derecha. Este 5% se ha preocupado de satisfacer los intereses de la dictadura y por eso han mantenido hasta el día de hoy la Constitución de 1980, el sistema de Isapres y AFP… no han hecho ninguna transformación importante durante todo este tiempo”.

Si bien Canelo anunció su precandidatura recién este lunes y aún no sabemos las propuestas reales (salvo algunas en materia de educación y AFP), vale la pena echarle el ojo, ponerle like a su página y apoyar por fin una candidatura realmente independiente y que ojalá, tome ritmo gracias a nosotros, los jóvenes a los que llaman “desinteresados”. 

Lo que une a Carola Canelo y Bernie Sanders, es básicamente el objetivo de acercar a los jóvenes a la política para que vuelvan a ir a votar independiente del partido político o ideales sociales que uno pueda tener. El rol de Canelo y Sanders es gatillar el protagonismo olvidado de cada individuo y empoderarse en la política. ¡Tenemos que demostrar nuestras inquietudes políticas yendo a votar!