Presentado el día de ayer en París, el informe mundial “Ending Aids 2017” de Onusida, el programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, nos entregó buenas y malas noticias.

Lo bueno es que por primera vez, más de la mitad de las personas que viven con el virus tienen acceso a tratamiento, las muertes relacionadas con la enfermedad se han reducido a la mitad desde 2005 y el número de nuevas infecciones va a la baja.

La meta de la organización es lograr para el año 2020 la meta del 90-90-90:

  • 90% de los infectados con el VIH conozca su diagnóstico.
  • 90% de los portadores reciba tratamiento.
  • 0% de quienes lo reciben alcance una carga viral negativa.

El estudio indica que en América Latina, cuatro de cada cinco personas con el virus conoce su condición, de ellos, cerca del 72% tiene acceso a tratamiento, lo que equivale al 58% del total de pacientes contagiados por el virus, lo que sitúa al conjunto de países latinoamericanos encima del promedio mundial.

Pero, “las nuevas infecciones entre adultos de América Latina se han mantenido estables desde 2010, aunque las tendencias varían considerablemente entre los países”, dice el informe. Dentro de los países que “registraron aumentos considerables” de nuevas infecciones se encuentran: Chile con un 34% y los países centroamericanos de Guatemala 23%, Costa Rica 16%, Honduras 11% y Panamá 9%. Aunque dicen que esto se explicaría por un alza en la realización de pruebas de detección.

Hacia ya un año, desde VICE nos contaban como los nuevos casos del virus en Chile afectaban a los sectores más vulnerables de la población, y como las autoridades hacían caso omiso a los números mientras un 50% estimado de la población, que vive con el virus, permanece sin saber su diagnóstico.

Hace unos días Brasil se convirtió en el primer país latinoamericano en poner a la venta un autotest de detección del VIH con el fin principal de  incentivar a las personas a que se hagan la prueba, ya que muchos no se hacen las pruebas en los servicios públicos o privados por pudor o vergüenza.

El VIH no es algo para tomarse a la ligera y el VIH no discrimina. Todos estamos al tanto de que la educación sexual en nuestro país es pobre, por lo tanto, es nuestro deber ser responsables, y cuidarnos, entre nosotros.