Con un compuesto del té verde, un grupo de investigadoras chilenas consiguió desarrollar una crema que podría cambiar parte del paradigma de tratamientos del cáncer a la piel, ya que permitiría eliminar hasta en un 100% las células cancerígenas del tipo no melanoma. Una de las expertas que integra el proyecto, Carmen Gloria Ili, habló con POUSTA sobre este significativo hallazgo.
Un equipo liderado por científicas chilenas está desarrollando un medicamento que podría traer efectos beneficiosos en el tratamiento para el cáncer de piel del tipo no melanoma. A través de una investigación desarrollada en el Laboratorio de la Universidad de la Frontera (UFRO), consiguieron crear una crema fotosensibilizadora que contiene un compuesto derivado del té verde y que podría permitir eliminar hasta en un 100% las células cancerígenas.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante los últimos 5 años se ha incrementado la tasa de cáncer a la piel en Chile, con 20 a 25 casos por cada 100 mil habitantes. La misma organización estima que uno de cada 10 chilenos podría tener algún tipo de cáncer a la piel en el futuro, es decir, alrededor de 20.000 habitantes al año.
Con ese panorama a la vista, el equipo de investigadoras liderado por Priscilla Brebi y Daniela León decidió perfeccionar la terapia fotodinámica, que se utiliza para enfrentar las lesiones cancerígenas en la piel. El resultado fue la creación de esta crema que contiene un elemento del té verde, destacando por ser realizada en Chile.
Quien también participó del estudio fue Carmen Gloria Ili, doctora en Biología Celular y Molecular Aplicada de la UFRO. En conversación con POUSTA, la investigadora contó los detalles sobre este descubrimiento.
“Todo comenzó hace aproximadamente unos 10 años. A partir de una tesis doctoral de la doctora Daniela León, comenzamos a investigar los mecanismos moleculares internos de la célula que respondían a este tipo de tratamiento, que es la terapia fotodinámica. Hicimos diferentes estudios en las células y decidimos determinar por qué algunas células generaban una resistencia y no morían con este tratamiento.
Cuando estábamos estudiando eso dijimos ‘ya, ¿qué podríamos utilizar para que se revierta esa resistencia?’, probamos distintos compuestos y el que nos dio el resultado más favorable fue este compuesto que es derivado del té verde”, relata la científica.
Con este componente ustedes potenciaron mucho más la fórmula de la crema fotosensibilizadora que existía ¿verdad?
“Sí, justamente. La terapia fotodinámica ya se usa hace bastante tiempo y para emplearla se utiliza este fotosensibilizador, que es un compuesto que actualmente se vende en crema. A este fotosensibilizador nosotras le agregamos este compuesto de té verde para mejorar mucho más la eficacia de la crema, entonces con nuestra formulación estaríamos matando casi el 100% de las células de cáncer de piel no melanoma”.
¿Cuál fue el camino para querer probar con un componente del té verde para perfeccionar la fórmula?
“Esas son las cosas que de repente son como golpes de suerte en la ciencia, porque otra investigadora que también está dentro del proyecto estaba trabajando con este compuesto del té verde pero con otro objetivo. Mientras estábamos tratando de revertir este fenotipo resistente probamos varias cosas, no solamente este compuesto. Justo lo teníamos en stock y dijimos ‘podría resultar’. Efectivamente nos resultó súper bien y fue el que tuvo mayor éxito dentro de todos los ingredientes que probamos para revertir esta resistencia”.
¿Y cómo funciona en la piel al momento de aplicarla en personas con este tipo de cáncer?
“Cuando tú agregas el fotosensibilizador en la piel, en el cáncer digamos, ingresa rápidamente en estas células cancerígenas porque éstas tienen una mayor tasa de proliferación y mayor metabolismo. Después de ingresar, este fotosensibilizador se procesa y genera especies reactivas de oxígeno que matan a las células, pero no las matan a todas. Entonces con el compuesto del té verde nosotros favorecemos la producción de estas especies reactivas de oxígeno que finalmente van a hacer un proceso oxidante en la célula, lo cual favorece que las células mueran y que entren en el proceso que llamamos apoptosis, que es la muerte celular programada.
Lo bueno es que la crema al ser de este tipo especial no afecta a las células normales porque tienen una menor tasa de replicación, por lo que solamente matan a las células cancerígenas. Esa es una gran ventaja, porque en otros cánceres que son internos y donde se aplica quimioterapia, eso mata a las células malas y buenas”.
Eso es mucho más invasivo.
“Claro, matan cualquier célula que se esté dividiendo independiente de que sean células de cáncer o células normales”.
¿Cree que esta creación podría ayudar a mejorar la accesibilidad de los tratamientos para combatir el cáncer a la piel? Considerando que puede que tenga un costo mucho más accesible que una cirugía.
“Sí, justamente esa fue una de las cosas por las cuales empezamos a hacer esta transferencia tecnológica desde el laboratorio a las personas. Este es un tratamiento ambulatorio, o sea, va la persona al dermatólogo, le hacen la terapia foto dinámica entre una a tres sesiones y eso sería todo. Cada vez que vaya a una sesión es una hora máximo y después se va para la casa sin ningún problema.
En cambio, el tratamiento más convencional y que se utiliza mayoritariamente es la cirugía. Eso implica que la persona tiene que entrar a pabellón, tiene que tener un anestesista, lo que obviamente eleva muchísimo el costo del tratamiento. Con esta creación, sería mucho más fácil para la persona porque es un tratamiento ambulatorio, es más barato porque es un par de sesiones solamente y no tener que entrar a cirugía ni nada, con todo el costo que eso significa tanto a nivel económico como personal”.
¿Qué es lo que falta para que este medicamento pueda llegar a las personas prontamente?
“Ahora estamos en la etapa de validar el producto y llevarlo a un prototipo final, eso significa que tenemos que identificar cuáles serían las concentraciones más adecuadas, probar si es que la crema cumple con todas las condiciones médicas y una serie de análisis bioquímicos que se le realizan a las cremas para ver que no produzcan alergias, no tengan productos tóxicos ni que tengan bacterias. Todo eso hay que realizarlo como un control de calidad y ahí tendríamos nuestro prototipo final, por lo que creo que más o menos a finales del próximo año se podrían hacer las pruebas en las personas”.
El cáncer de piel tipo no melanoma es el más común que se produce en Chile. ¿Cómo ha recibido la comunidad científica esta creación que podría ayudar a muchas personas en el país?
“Es el cáncer más frecuente, más o menos uno de cada 10 chilenos pueden tener cáncer de piel no melanoma, sobre todo pensando que aquí estamos muy dispuestos a la luz UV que es el principal factor para el desarrollo de este tipo de cáncer. A nivel de la comunidad hemos tenido un gran recibimiento, nos han llamado, nos han preguntado cuándo empezamos con los estudios con personas para ser voluntarios. También dentro de la comunidad científica ha sido recibido con bastante alegría, porque son 10 años de estudio para llegar a algo que realmente puede beneficiar a las personas”.
¿Cuál es la importancia de que exista liderazgo de mujeres en proyectos científicos de tanta magnitud como éste?
“Es súper importante destacar que las científicas mujeres estamos siempre desarrollando nuevas investigaciones. También considero que es relevante tener el punto de vista tanto de mujeres como de hombres, porque nos complementamos.
Afortunadamente en el área de las ciencias biológicas las mujeres tienen un rol bastante relevante, pero en el caso de las matemáticas ya es mayoritariamente predominado por hombres. Las mujeres en sí son bastante importantes y a veces no se les da la importancia que tienen, lo cual se ha visto a través de la historia. Entonces hay varias deudas que se tienen que pagar, pero afortunadamente nosotras hemos tenido la oportunidad de desarrollarnos bastante bien dentro de la universidad”.