El Superintendente de Educación acogió denuncia del Movilh y dijo que espera que las sanciones contra el colegio “sean ejemplares” pues es “explícito en sus discursos de odio”.
El Colegio Cristiano Gandarillas de Maipú, en Chile, considera la homosexualidad como una “abominación” que debe ser castigada con la expulsión. El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, más conocido como el Movilh, realizó una denuncia que fue recibida por la Superintendencia de Educación.
Esta señala que el Colegio Cristiano Gandarillas de Maipú aplica y práctica reglamentos homofóbicos donde se pide urgencia en la investigación sobre la materia. La Superintendencia de Educación “se comprometió” a investigar lo denunciado por el Movilh, pero como estamos en Chile, hay que esperar sentados y con número en mano.
La respuesta de Alexis Ramírez, superintendente de Educación, fue a esperar que “las sanciones contra el colegio sean ejemplares, pues el reglamento es explícito en sus discursos de odio contra estudiantes o docentes en razón de su orientación sexual” señaló al Movilh. El reglamento del Colegio Gandarillas castiga “la conducta homosexual con la marginación total y la reubicación en otro recinto educacional”.
También añade que la homosexualidad es “un pecado y una abominación a Dios”, que además es “consecuencia de la caída en pecado del hombre. No es el orden natural de la creación, sino una deformación del orden creacional”. “Nuestro establecimiento no acepta al individuo que se declara homosexual, ya sea por palabra o hecho”, añadió el mencionado reglamento. Qué miedo, estamos a meses de convertirnos en Chechenia.
¿Qué culpa tenemos los homosexuales de que Dios haya creado el punto G en la próstata? La derecha gobernada por la Iglesia defiende sólo algunas vidas, porque claramente en este colegio “cristiano” la vida de un homosexual no es vida. Estos dichos representan una violación inmensa a los derechos homosexuales en nuestro país. Si se educa con homofobia en un colegio, seguiremos viendo como el odio predomina en las calles de Chile, donde cada año mueren más homosexuales. Una pena Chile, no nos sirve de nada ser campeones de la Copa América, cuando en realidad no somos dueños ni de nuestra propia vida.