Como si de un cap. de Mr. Robot se tratara, es normal estar viendo a los conductores de noticias hablar de “un nuevo ataque cibernético”. Está pasando. Y esta vez afectó siete países incluyendo Alemania y Estados Unidos.
Los ciberataques, algo que parecía más cercano a la ficción que a la realidad, ya son pan de cada día. Seguido del virus WannaCry en mayo, que afectó a unos 300 mil equipos en todo el mundo, este nuevo ataque cibernético tiene víctimas, principalmente, en Ucrania, Rusia, Reino Unido, India, Italia, Polonia, Alemania y Estados Unidos, además de otros países de Europa Occidental. Alrededor de 80 empresas serían las involucradas en el ataque, en donde los hackers piden un pago de 300 dólares en bitcoins para liberar la información retenida.
El nuevo virus se llama NotPetya (NoSoyPeter en ruso) y es un ransomware, un tipo de software malintencionado que restringe el acceso a información de los usuarios y pide dinero para liberarlos, que se basa en tecnología robada a la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA), que después fue filtrada como denuncia por el grupo Shadow Brokers, y que afecta a computadores con sistema operativo Windows.
En Ucrania, uno de los países más afectados, el ataque llegó directamente al Banco Central, el sistema de metro de Kiev, la red informática del gobierno y hasta el principal aeropuerto de la capital. Además, los piratas atacaron las multinacionales Moller-Maersk, el holding británico WPP y la farmacéutica MSD, informó El País.
La emergencia llegó hasta la central nuclear de Chernóbil, que tuvo que monitorear sus niveles de radiación manualmente, ya que los sensores, que utilizan Windows, se paralizaron por completo.
Varias autoridades ucranianas han comentado sobre el ataque. El viceprimer ministro, Rozeko Pavlo, publicó en Twitter una fotografía que muestra como el virus apareció en uno de los computadores del gobierno; Volodymir Groysman, el primer ministro de Ucrania, lo describió como “inédito”, y el secretario del Consejo de Seguridad de Ucrania, Oleksandr Turchynov, dijo que ve indicios de que Rusia está detrás del ataque, aunque no ofreció ninguna evidencia de esta afirmación.
El antivirus ruso Kaspersky declaró que el 30% de la compañías bajo ataque son rusas y el otro 60% corresponderías a ucranianas, con un total de 2 mil ataques. La Interpol informó que está monitoreando actualmente la situación y se mantiene en contacto directamente con sus países miembros sobre el ataque.