Aunque Rusia ha dicho que las sospechas son falsas, informes de inteligencia de Estados Unidos sugieren que Putin planea un ataque cibernético contra aliados de Ucrania. Y los expertos tienen preocupación, porque el Kremlin cuenta con una gran variedad de piratas informáticos y herramientas digitales que podrían activar.

Las autoridades cibernéticas de Estados Unidos y Reino Unido han puesto la alerta en sus respectivos países para tomar medidas de precaución frente a eventuales ataques digitales desde Rusia.

Y aunque los rusos desmintieron esas intenciones que sugerían informes de inteligencia norteamericanos, sí es cierto que Putin tiene a disposición un gran arsenal de herramientas cibernéticas y piratas informáticos con gran capacidad de destrucción. Ucrania es considerada el patio trasero de Rusia, donde prueba técnicas y elementos tecnológicos.

Expertos temen que el Kremlin tome acciones contra sus aliados. Sospechan que podrían darse ataques cibernéticos contra infraestructuras vitales, con virus destructores de softwares o con hackeos a empresas para causar disrupción. Aquí te contamos sobre algunas de ellas.

BlackEnergy

El BlackEnergy, por ejemplo, fue un ataque cibernético realizado en 2015 que causó un apagón a corto plazo para 80.000 usuarios de una empresa de servicios públicos del oeste de Ucrania. Un año después, uno similar dejó a un quinto de la población de Kiev sin energía por una hora. EE.UU. y la Unión Europea responsabilizan por ambos a hackers rusos.

Los expertos señalan que Rusia podría enviar una señal con algo parecido, pero que en realidad “ningún ataque cibernético contra una red eléctrica ha resultado en una interrupción prolongada del suministro de energía”, dice Marina Krotofil, responsable de seguridad cibernética ucraniana.

Plantean, sin embargo, que un ataque de este estilo también afectaría a Rusia, porque quedaría vulnerable frente a posicionamientos de Occidente en las redes rusas.

NotPetya

Un criptogusano denominado WannaCry -perteneciente a hackers militares rusos según EE.UU., Reino Unido y la UE- fue introducido en la actualización de un masificado software de contabilidad en Ucrania, y se extendió por todo el mundo destruyendo sistemas informáticos de miles de empresas, provocando daños por alrededor de US$10.000, el mayor costo de la historia.

A esta clase de virus se les llama NotPetya y es el tipo que “causaría la mayor oportunidad de un caos masivo, inestabilidad económica e incluso pérdida de vidas”, según Jen Ellis, de la compañía de seguridad cibernética Rapid7. “La infraestructura crítica a menudo depende de tecnologías conectadas, igual que cualquier otra parte de nuestra vida moderna, y hemos visto el potencial de eso con el impacto de WannaCry en los hospitales de Reino Unido”, explica.

Aunque afectaría a Rusia también. “Son similares a la guerra biológica en el sentido de que es muy difícil alcanzar infraestructuras específicas en lugares concretos. WannaCry y NotPetya tuvieron víctimas en Rusia también”, dice Alan Woodward, científico informático de la Universidad de Surrey.

Ciberataques múltiples

Las gasolineras del este de EE.UU. tuvieron pánico en mayo de 2021 cuando un ciberataque causó el cierre de un gasoducto llamado Colonial Pipeline que transporta el 45% del suministro de bencina y diésel de toda la costa. Este no habría sido por parte de hackers, sino que del grupo ransomware -ataques que roban datos y archivos personales para pedir recompensas a cambio- DarkSide, que se cree tiene sus dependencias en Rusia.

Los dueños del gasoducto pagaron US$4,4 millones en bitcoin para poder volver a funcionar.

Semanas después también REvil, otro grupo, afectó a JBS, la mayor procesadora de carne de res del mundo. Y los entendidos temen que el Kremlin coordine este tipo de ataques.

“El beneficio de ordenar a los cibercriminales que ejecuten ataques de ransomware es el caos general que pueden causar. En números lo suficientemente grandes pueden causar daños económicos graves (…) le añaden la ventaja de poder negar su participación, ya que estos grupos están separados de lo que sería un ataque del Estado ruso”, dice el profesor Woodward.