Puede parecer cliché, pero octubre duró un siglo. El estallido social empezó cuando un grupo de estudiantes comenzó a evadir el metro creando un efecto dominó que despertó al país. En dos semanas, millones de chilenos nos encontramos unidos bajo la misma causa: el término de la disparidad económica en un país donde los pobres son explotados por una élite que vive disociada del país en el que realmente vivimos.

Las manifestaciones han sido diarias y la represión ha sido tan desmedida que ha alertado a los más importantes medio del mundo y organismos como Aministia Internacional por asuntos tan graves como que en menos de dos semanas 157 personas han perdido uno de sus ojos a consecuencia de los balines de carabineros.

Las manifestaciones sin embargo han sabido tomar diferentes formas y lugares. Este domingo se dio una situación bastante inédita y novedosa. Miles de ciclistas se pusieron de acuerdo y pedalearon en masa hasta el exclusivo sector de San Damián, en las Condes, donde queda la casa de Sebastián Piñera.

La citación fue convocada por “Ciclistas Furiosos” y reunió a miles de personas en Plaza Italia que pedalearon de forma espontánea hasta el sector oriente de Santiago. Con cánticos pidiendo una nueva constitución y el derecho de manifestarse de forma pacífica, llegaron hasta las inmediaciones de la casa del presidente.

La situación provocó sorpresa entre el personal de carabineros y los mismos vecinos del sector, demostrando la forma efectiva en que actúan las redes sociales a través del poder de reunión. La manifestación terminó sin detenidos ni incidentes y solo debe haber tenido como consecuencia la interrupción de la siesta de varios vecinos del sector.

Otra marcha se efectuó en Viña del Mar, donde se pudo ver una contingencia similar que pedaleó para demostrar su apoyo al petitorio expuestos por diferentes sectores de la sociedad. Ni la intendencia, carabineros u alguna entidad gubernamental, se ha referido al episodio.