Comenzó la expedición científica más cercana al polo sur que se haya realizado

Porque hay gente viajando hasta los lugares más límite del planeta en busca de salvarlo.

por Harry Díaz*

Ya se encuentra en marcha la LIV Expedición Científica Antártica, ECA 54, que organiza y ejecuta el instituto Antártico Chileno (INACH), organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Este año, el Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN) alcanzará la cifra histórica de 100 proyectos científicos en ejecución, de los que 45 desarrollarán actividades en terreno. Esto implicará movilizar a más de 200 científicos nacionales a diferentes puntos del Continente Blanco.

Si se considera la base “Profesor Julio Escudero”, en el sector norte de la península Antártica, y el área de glaciar Unión por el sur, son alrededor de 2.000 km en los que se desplegarán los científicos.

Muchas temáticas que serán abordadas por estos científicos están en sintonía con las recomendaciones que ha hecho el Comité Internacional de Investigaciones Antárticas (SCAR, Scientific Committee on Antarctic Research) y que buscan contestar preguntas claves para entender, por ejemplo, el cambio climático, las capacidades de resiliencia de las especies antárticas o las dinámicas ecológicas de sus comunidades.

Durante esta próxima temporada, Chile desarrollará cooperación logística y científica con 17 países, entre los que destacan Estados Unidos, Reino Unido, China, Argentina, Brasil, Corea, Colombia, Italia, Uruguay, España, entre otros.

Los costos aproximados de esta ECA 54 alcanzarán los $1.400 millones aproximadamente, con tareas de terreno que durarán hasta abril de 2018.

Ciencia en glaciar Unión

El director del INACH, Dr. Edgardo Vega, apunta que la campaña que partió hoy a glaciar Unión, resulta de un compromiso que tiene el Instituto con el PROCIEN. “Desde que glaciar Unión comenzó a operar como una estación conjunta, el INACH ha hecho distintos esfuerzos para desarrollar un programa científico en estos lugares. Hoy en día, son muy pocas las naciones que realizan ciencia en esas latitudes tan altas, pero cuando tenemos un desafío importante como entender el cambio climático y de qué afectará a nuestro país, el esfuerzo que estamos haciendo con esta campaña es muy relevante”.

Reflectividad de la Antártica

El Dr. Raúl Cordero, académico de la Universidad de Santiago, es el investigador principal del proyecto que estudia la reflectividad en el Continente Blanco. Cordero subraya que en esta campaña en el glaciar Unión efectuarán mediciones de la reflectividad de la nieve, tanto a nivel de banda ancha como espectrales (intensidad de la radiación solar reflejada por la nieve). La cantidad de radiación que refleja la nieve es una medida de las propiedades ópticas de la misma, las que a su vez dependen de otros aspectos como la contaminación y la temperatura. Los investigadores pretenden determinar cuál es el cambio en el albedo (si lo hay) durante el día con la temperatura ambiente.

“El problema principal de la Antártica es la parte occidental de la península Antártica. En esta zona, la temperatura ha aumentado desde mediados del siglo pasado entre 1 y 2 ºC, dependiendo de las zonas específicas, siendo un aumento enorme relativo al promedio global; es más del doble. La Antártica occidental es un punto del planeta que ha tenido un calentamiento muy importante y, como consecuencia, existe un derretimiento significativo en su zona costera, perdiendo del orden de 125 mil millones de toneladas de hielo por año por derretimiento”, dice Cordero.

El investigador polar apunta que las ventajas del glaciar Unión, es que es un punto mucho más representativo que otros puntos del continente que tiene 14 millones de km2.

Otro proyecto que viaja hasta este punto a solo 1000 km del polo sur, es el del Dr. José Pérez-Donoso, bioquímico de la Universidad Andrés Bello, y lo hace en busca de microorganismos introductores de nanopartículas fluorescentes.

“Nosotros desarrollamos una línea de investigación que está relacionada con el uso de bacterias de la Antártica para producir una estructura altamente cotizada industrialmente denominada nanopartículas fluorescentes de distintos metales. Estos compuestos se utilizan en televisores, celdas solares, baterías, etc.”, dice Pérez-Donoso.

Los investigadores proponen usar bacterias para producir esos elementos y, en particular, el uso de bacterias extremófilas del Continente Blanco para producir estos materiales. “La gracia que tiene glaciar Unión es que es uno de los lugares donde hemos encontrado las condiciones más extremas. Hemos muestreado en muchos lugares en Chile, desde el norte hasta la Antártica, analizando tipos de bacterias. Las condiciones del lugar son muy inhóspitas para la vida microbiana y los pocos que ahí se encuentran, creemos que son muy novedosos de estudiar”.

Los científicos tomarán muestras de distintas profundidades del suelo, analizarán la geología de cuatro lugares, observarán su composición química y evaluarán la presencia de microorganismos que puedan crear nanoparticulas o nanoestructuras de litio o cobre, que son los metales que les interesa para el desarrollo de estas aplicaciones.

*Periodista del Instituto Antártico Chileno

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