A pesar de que desde su niñez confeccionaba prendas a partir del reciclaje y de que estudió arte en la universidad, Guillermo Cerda encontró una forma de expresarse después de conseguir su título: fue ahí cuando se convirtió en una drag queen que alza la voz por la causa medioambiental. En entrevista con POUSTA, el artista detalla cómo fue su proceso de autodescubrimiento, el trasfondo detrás de sus obras y su participación en el programa Versus Drag Queens.
Fotos por Camila Castillo Ibarra (@camilaconleche en IG) en Espacio del Ángel (@espaciodelangel.cl en IG)
Dos momentos en particular marcaron el camino de Guillermo Cerda (32). El primero fue en la adolescencia, cuando una compañera de colegio, la drag queen Darian Cooper, se transformó en el clásico juego de cambio de roles en donde hombres usan ropas consideradas como femeninas y viceversa. Ahí, bailó la canción “Todos me miran” de la cantante mexicana Gloria Trevi.
En aquella época, no tenía relación directa con el mundo queer. Incluso, según relata en entrevista con POUSTA, trataba de alejarse de él, ya que “no podía aceptar que fuera parte de mí”, pero su perspectiva cambió en aquella ocasión. Tras maravillarse con los movimientos de la intérprete, se acercó a ella para preguntarle más sobre lo que hacía y, mientras le mostraba fotos de su expresión artística, al inicio le parecía “extraño”, pero al mismo tiempo, quería hacerlo.
Su momento llegó unos años después, cuando entró a un preuniversitario en el que había un taller de teatro. Ahí aprendió varias técnicas, pero más importante aún, que “puedes actuar de una manera en la que puedes justificar tus sentimientos a través de un personaje”. Sin dudarlo, aprovechó la instancia.
Cuando su profesor les pidió que hicieran una obra, escrita por él, acerca de la desigualdad socioeconómica en Chile, Guillermo tomó el papel de un joven gay. Y su desempeño le gustó tanto a sus compañeros, que más tarde, también le dieron el papel de una trabajadora sexual.
Él aceptó, recogió una minifalda y una chaqueta de mezclilla que eran de su hermana, además de un cinturón dorado, e incursionó en las mentes de sus personajes. “Esa fue la primera vez que me travestí”, relata, para luego agregar que el público elogió la “naturalidad” con la que interpretó el papel.
“No me gusta usar la palabra ‘liberar’, pero creo que es la mejor para describir cómo me sentí”, dice, “me significó liberar mi feminidad interna sin miedo a que me repriman”.
Pero pasaron varios años antes de que volviese a hacerlo. En 2008, entró a una universidad de Valparaíso para estudiar artes plásticas y licenciatura en educación. Ahí, aprovechó de abordar una de las temáticas que más ha estado presente en su vida: el reciclaje y el cuidado del medioambiente.
Si bien, asegura que en su niñez no conocía esos conceptos como tal, sí elaboraba artículos como, por ejemplo, una mochila confeccionada a partir de un pantalón de jeans, a la cual más tarde, también le sumó las piernas de una muñeca a los costados, las cuales encontró tiradas en las calles de la ciudad porteña.
A pesar de que en su periodo universitario disfrutó al adentrarse en técnicas como el bordado y la escultura, para preparar su trabajo final en una asignatura, quiso hacer un desfile de vestuarios hechos a partir de basura, los cuales fueron modelados por sus amigas.
“Yo quería ser mi obra”, recalca. Y a pesar de que la segunda vez que se vistió con ropas consideradas socialmente como de mujer recién fue para una fiesta de Halloween en la misma época, cuando salió de la universidad se encontró con una serie de acontecimientos que lo motivaron a ponerse sus propios trajes y a desarrollar una identidad a partir de ellos.
Cuando volvió a su casa en una comuna del sector sur de Santiago tras terminar sus estudios en Valparaíso, se descargó la red social Grindr, en donde conoció a un amigo que mantiene hasta la actualidad y que le mostró el programa RuPaul’s Drag Race.
“Lo que me pareció bacán, fue que todas tenían un aspecto que las hacía únicas. Si bien, conocía de nombre a artistas como Hija de Perra y La Prohibida, mis referencias en ese momento eran las que me mostraban mis amigas. Se veían regias, pero eran de humor y yo no hago eso ni me gusta reírme de las demás”, relata, “con la serie me di cuenta de que no necesariamente tenías que hacer reír y que, incluso siendo aburrida, puedes tener otro concepto”, detalla.
De esta manera, luego de ver un meme en internet en el que se bromeaba con el nombre “Cindy Nero” en alusión a no tener dinero, quiso dar vida a un nuevo personaje que reuniera el trasvestismo y la causa medioambiental, a través de una estética que aborda el punk y el futurismo, en una relación distópica entre el desastre y las esperanzas para detenerlo.
Si consideramos que no tenías relación directa con el mundo drag, ¿cómo te posicionaste?
“No sabía dónde buscar oportunidades, pero al poco tiempo, vi que iban a hacer un concurso de transformistas para personas que quisieran aprender sobre la disciplina, así que me metí con toda la fe de que Cindy Nero iba a resultar. Nos enseñaron a maquillarnos y todo. Lo encontré genial, porque yo no sabía nada de eso, al inicio me quedaba súper feo, pero después terminé haciéndolo bacán. Fue casi puro azar, todo ocurrió como debía ocurrir”.
¿Cuál es el mensaje político de Cindy?
“Por un lado, el hecho mismo de ser drag ya te hace ser representante de la comunidad, mientras que por otro, está la preocupación en torno al planeta. Este tema es complejo para mí. Cuando hice mi tesis, sufrí bastante con todo lo que leí acerca de lo horribles que somos con el medioambiente. Todavía siento eso”.
¿En qué sentidos te afecta?
“A veces pienso que lo que hago no vale la pena, es demasiado el daño que hacemos y depende mucho de los humanos en general, pero más aún de las personas con poder. Tengo un punto verde súper cerca de mi casa, pero no lo ocupamos tanto, porque no me consta que esa basura vaya a parar a un lugar en donde la reutilicen realmente. Sé de comunas en donde la gente clasifica la basura, pero después llega toda al mismo contenedor”.
Además de tu trabajo como drag queen, ¿cómo haces activismo?
“Creo que es necesario conversar, incluso cuando voy a la disco me quedo en la zona de fumadores y converso, porque tengo que decir que no me siento bien con lo que sucede. Esas instancias son mucho más significativas que verme a mí misma en una publicación de Instagram. Trato de que las personas entiendan que si bien es nuestra labor, tenemos que exigir leyes que obliguen a las compañías a hacerse cargo de sus desechos y que se generen organizaciones para procesar lo que nosotros clasificamos en nuestras casas. Quiero ser parte del cambio positivo, pero uno se siente súper impotente, porque somos pocos frente a miles que no les importa”.
¿Crees que Cindy Nero incentiva efectivamente a la causa medioambiental?
“Sí, es uno de los puntos que más me gusta transmitir. Cuando me encuentro con gente, a veces me dicen que no podrían hacer estas cosas y yo les digo que si no quieren hacerlo, hagan otras. El arte va con lo que tú quieras hacer y lo que se te acomode, es un proceso que se vive constantemente. Yo ahora confecciono prendas mucho más bonitas que las que hacía al inicio. Cuando estuve en el Festival Periférica mostré justamente el mensaje que quería, que con lo que tienes, puedes hacer lo que quieras”.
Tus vestuarios están hechos con materiales como cintas de VHS, seguros de latas de bebida y plásticos, ¿cuánto tiempo tardas en hacer uno de ellos?
“Depende mucho de las texturas y de con qué voy a ensamblar, de si voy a pegar con huincha adhesiva o si voy coser a mano. Todavía tengo los primeros vestuarios que hice para mi tesis, entonces a veces los voy modificando dependiendo de la temática que vaya a cubrir. Me cuesta mucho coser a mano, porque se puede romper todo el plástico, entonces ahí me demoro más. Estimo que son por lo menos tres semanas trabajando desde las 10:00 hasta las 14:00, después me doy un espacio en la tarde, porque mis manos sufren!.
¿Cuánto demoras en vestirte y maquillarte?
“Casi siempre, una hora y media solo en el maquillaje, para que quede bien bonito. En vestirme son como 20 minutos, porque hay que tratar las prendas con mucho cuidado y para los shows me pongo más de uno”.
¿Cómo lo haces en esos casos?
“Por un tema de tiempo, me los voy poniendo todos, uno encima del otro, pero a medida que voy avanzando, es más difícil ponerse el siguiente, porque me cuesta más moverme. Generalmente, demoro dos horas en tener todo 100% listo”.
“Uno de los atuendos que más me gusta es uno con un árbol en la cabeza, una peluca verde y una chaqueta que es muy punky, con decoraciones en la espalda y el dibujo del reciclaje. Siento que representa el hecho de ingeniárselas, el punk es así, armas lo que quieres con lo que tienes. Por ahí va el personaje, pero también me inspiro en otros ámbitos estéticos”.
¿Cómo cuáles?
“El animé, por lo extravagantes que son sus vestimentas. La gente siempre me pregunta sobre moda, pero yo no sé nada. Mis referencias son los aspectos bonitos que veo. Si bien la Cindy es bien punky, también puede transitar por varios lados, metiéndose en cualquier parte”.
También tiene su propio alter ego, Condy Nero. ¿Cómo nació ese personaje?
“La hice en 2018, poco tiempo después de Cindy, porque quería tener la oportunidad de usar ropa hermosa que no necesariamente fuese reciclada, aunque igual son puras prendas que me regalan o hago yo con mis manos a partir de tela. Ella usa puro vestuario convencional, es todo lo contrario a la primera”.
¿Qué representa?
“No quiero dejarla como una persona mala, sino que más bien es ignorante. Es alguien que tiene tanta plata, que se siente cómoda comprando lo que quiere por el simple hecho de tener esa oportunidad, pero no se da cuenta de que hay personas que trabajan mucho. Me gustaría que también tomara conciencia sobre lo que sucede.
¿Ambas se encuentran en algún punto?
“Sí, aunque no soy muy de retar. Trato de comprender y de que me entiendan a mí. Siento que la Condy tiene esa labor con quienes son como ella, porque si la muestro como una persona mala y desagradable que solo gasta, no tiene sentido. Hace activismo desde su área, trata que la gente con su posición adinerada entienda ciertos mensajes”.
¿Qué sentiste cuando participaste en el programa Versus Drag Queens?
“Fue encontrarme con las chiquillas que conocía y una oportunidad para relacionarme con nuevas. Cada vez que acababa un show, nos aplaudíamos entre todas, ese era finalmente nuestro motor. Para mí fue muy significativo, porque realmente quería participar en el programa, todas teníamos estilos muy diferentes”.
¿Cómo te aportan Cindy y Condy a ti, Guillermo?
“Durante toda mi vida, siempre hice actividades artísticas. Cuando chico me gustaba harto dibujar, en la universidad me enamoré de las técnicas que me enseñaron, pero ninguna me gustó tanto como el reciclaje y eso lo aprendí yo solo. A través de ambas, por fin encontré mi forma de hacer arte y que a la gente le gustara. Puedo mostrar lo que hago y hacer transformismo, me siento cómodo”.
Asimismo, sentencia: “Me gusta estar maquillada, incluso para una sesión de fotos y no me desmaquillo hasta que me aburro. Le da una gota de diversión a mi mundo”.