El país latinoamericano vive días difíciles en una década de altos y bajos. Cientos de personas han sido detenidas, decenas heridas por fuerzas especiales del país, y se reportó un muerto entre las marchas que rechazan categóricamente el llamado “paquetazo”.

20 mil indígenas se encuentran marchando hacia Quito en este momento; mientras que el gobierno literalmente arrancó a Guayaquil y el movimiento indígena incluso ha tomado prisioneros a algunos militares. Las clases han sido suspendidas, el transporte cortado e impera el estado de excepción que permite al gobierno tomar atribuciones como usar la fuerza militar y restringir la prensa.

Lenín Moreno acusa un intento de golpe de Estado en su contra mientras en las calles claman por su salida. Dentro de Sudamérica siete gobiernos, entre ellos los de Argentina y Brasil, le han prestado apoyo. Moreno por su lado dice que detrás de este estallido está Nicolás Maduro, desde Venezuela.

El preámbulo de las protestas

El 1 de octubre el gobierno de Ecuador anunció que pidió un préstamo de más de 4 mil millones de dólares al FMI, en la letra chica de ese préstamo venía que el gobierno debía reducir el déficit fiscal que atraviesa.

Para ello el gobierno anunció que rebajaría los sueldos, las vacaciones a la mitad y que los trabajadores estatales debían regalarle un día mensual al gobierno.

Pero la medida más polémica del llamado “paquetazo” es la eliminación de los subsidios del gobierno a combustibles como la gasolina y el diesel vigentes desde hace más de 40 años.

El subsidio al diesel y la gasolina extra le cuesta al Estado más de 1,300 millones de dólares al año, según el presidente Moreno.

La opinión pública obtuvo esta información justo cuando se espera la aprobación de un nuevo paquete de ayuda auspiciado por el Banco Monetario Internacional (FMI por sus siglas en inglés), siendo rechazados por la ciudadanía al comprometer el crecimiento del país a pagar esta futura deuda.

Paralización

Menos de 24 horas después de las medidas anunciadas por Lenín Moreno, movimientos indígenas se movilizaron a las calles de las principales ciudades de Ecuador. Un día más tarde, se sumaron los transportistas, asegurando que no contar con este subsidio significa el encarecimiento de los productos básicos de los ecuatorianos.

Ese mismo día, los precios del galón americano de diesel pasaron de 1.03 dólares a 2.30 y de gasolina corriente de 1.85 a 2.40 dólares, es decir, un aumento de hasta 123%.

/ AFP / RODRIGO BUENDIA

“Rechazamos con frontalidad todo el paquetazo económico anunciado por el presidente Lenín Moreno porque sabemos que se están cumpliendo los grandes intereses del FMI y de los poderes económicos del país”, dijo Jaime Vargas, presidente de los movimientos indígenas de Ecuador.

Estado de Excepción

“Para precautelar el orden, la tranquilidad y seguridad de los ciudadanos y controlar a quienes pretender provocar caos, he dispuesto el estado de excepción a nivel nacional”, dijo el presidente a través de un comunicado.

El estado de excepción significa que las fuerzas armadas ganan atribuciones para “proteger a la ciudadanía”.

Si bien en un momento se especificó que la medida duraría por 100 días, se estableció finalmente que se reduciría tan solo a 30.

“El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización, son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan, ellos son quienes están detrás de este intento de golpe de Estado”, afirmó Lenín Maduro el día de hoy.

“Están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización para saquear y destruir a su paso. Es con los recursos que se robaron que están financiando las agresiones y los saqueos”, agregó.

El gobierno huye

Miles de personas se preparan hoy martes 8 de octubre para marchar sobre las calles de Quito, capital del país. Sin embargo, el presidente Lenín Moreno confirmó que cambiaría la sede de gobierno a Guayaquil para evitar las protestas.

“He trasladado la sede de Gobierno a esta querida ciudad [Guayaquil], de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen” señaló.

Esa movida se ha considerado como una huida del presidente al no querer escuchar a los manifestantes dejando una estela de represión antes de partir. Por ahora, cientos de miles de personas repletan las calles de Quito en una nueva jornada de protestas.