Aunque te cueste creerlo, una línea ocasional puede estarle provocando al medio ambiente igual o más daño que tragarte una tira de salchichas.
El mundo vegano es un lugar bastante pretencioso. Está lleno de gente que cree que está haciendo mucho más para el planeta que los demás.
Son insufribles, porque por lo general tienen razón.
Es verdad que están haciendo más para reducir las emisiones de carbono que todos los demás – aún si solo iluminas tu casa con velas y usas bicicleta. A menudo te encuentras con veganos que no toman alcohol o que toman muy poco tanto por razones de salud como por razones éticas (mucho alcohol en sí no es vegano).
Pero mientras dicen que “no” al vino tinto y las salchichas, existen muchos veganos que consumen cocaína, y esa es la única cosa que limita su sueño de vivir en una utopía sin crueldad.
He conocido a muchos ambientalistas quienes han disminuido su consumo de carne y lácteos pero que a la vez pasan todo el fin de semana jalando falopa.
Ahora, quizás crees que si ya no consumes alcohol, carne y queso, entonces estás con derecho de probar un poco de la más buena cada de vez en cuando.
Pero mis queridos jaleros veganos, consumir cocaína es tal vez la cosa menos amigable con el medio ambiente que puedas hacer. De hecho, cualquiera a quien le importe el medio ambiente y los animales – aún si no puedes dejar la carne – debería bajar su billete enrollado de inmediato.
¿Por qué?
Porque la producción de cocaína está destruyendo completamente las selvas tropicales.
Aparte de la devastación humana que causa, el cultivo de coca está vinculado con la deforestación en Colombia – llevando a muchos animales, como la rana dorada venenosa y la águila harpía, a la extinción.
Existen otras consecuencias serias derivadas de tu debilidad por la cocaína.
Para cultivar coca, los campesinos utilizan pesticidas que están prohibidos en Colombia. La primera etapa de producción involucra cortar las hojas de coca y echarle polvo químico antes de agregar queroseno (el mismo que usan los aviones) o petróleo. Luego se cocina la mezcla y se filtra con ácido sulfúrico y soda cáustica.
Una vez que se separa el producto final de todos estos químicos, los restos se botan a los ríos – lo cual daña aun más a la fauna local. Son muchas sustancias tóxicas que entran al ambiente local, no solamente a tu cuerpo.
“Nadie quiere ser recordado de los efectos terribles de su acciones cuando están pasándolo bien” cuenta Elle, vegana por dos años y habitual consumidora de coca.
“Nunca diría a alguien que esté a punto de comer una hamburguesa para decir que esa hamburguesa dañó el medio ambiente. Lo único que lograrías en ese caso sería ofender a la gente. Y en mi caso, es probable que no me vuelvan a invitar a fiestas si empezara a hablar sobre lo malo que es la coca”, explica.
Es raro porque usualmente los veganos siempre hablan abiertamente de las malas practicas ambientales.
Está bien que nos felicitemos por no comer cordero o tomar leche pero el veganismo debería preocuparse de vivir lo más ético posible – donde sea que se sientan las consecuencias.
Es difícil asociar una linea en una fiesta con la matanza de millones de animales exóticos y el agotamiento de los recursos naturales como las selvas, las cuales sirven para contrarrestar el daño que hacemos al planeta. A veces es difícil pensar más allá de los animales enjaulados. Son preocupaciones más inmediatas y cercanas.
Seguro, mantener las gallinas en jaulas y obligarlas a poner huevo tras huevo antes de matarlas para un pollo asado es horrible. La carne y el pescado “sustentable” es mentira porque al fin de cuentas depende de la muerte de animales.
Pero es igual con el consumo de cocaína.
La cocaína está contribuyendo a la extinción de especies porque su cultivo destruye su hábitat y contamina sus fuentes de agua. En las selvas colombianas viven alrededor de 427 mamíferos, 1.300 pájaros y más de 400 anfibios. Imagina la muerte horrible que enfrentan estos animales al consumir agua con petróleo o los desechos de los laboratorios de cocaína.
Es un trato que no sólo es terrible para los seres humanos involucrados sino también para los animales que sin conocimiento se encuentran en medio de todo. Literalmente los viernes estás subsidiando la matanza de todo tipo de hermosos animales exóticos.
Se lo digo a Elle.
“Me molesta, realmente”, dice ella.
“Es otra historia más de cómo los humanos explotamos la tierra y sus habitantes para nuestro propio placer. Como vegana que intenta cuidar el medio ambiente y los animales, ya hago lo que puedo para evitar la compra de productos como aceite de palma y algunas marcas de papel higiénico. Seguro aplicaré este estándar a mi consumo de drogas”, asegura.
“Pero quizás me guarde las razones en contexto de una fiesta”, agrega.
Eso igual tiene sentido. A nadie le gusta escuchar un discurso moral cuando sale de noche.
Pero si te crees ambientalista, amante de los animales, vegano, etc., debes hacer el esfuerzo para asegurar que tu diversión no esté dañando a nadie.
Y eso implica dejar de consumir la cocaína.
Traducción libre de un artículo excelente de Metro Uk