Colectivo Malvestidas, cuando la moda se encuentra con la fealdad

La fealdad en la moda ha estado presente desde que se dejó de entender como un concepto elitista. Aquí te contamos los detalles.

Cuando hablamos de moda pensamos en estética, en el orden que otorga a un objeto -en este caso vestuario, indumentaria, accesorios-, la particularidad de ser bello y entregar belleza. Pero ¿Toda la moda es bella? ¿Toda la moda cumple con patrones de belleza?

 

Foto de Zaída González, fotógrafa y parte de Moda Desobediente II

Nos sumergimos en el mundo de la moda, la fealdad y la monstruosidad, de la mano de  Tamara Poblete, investigadora en estudios de la moda, presentando sus trabajos en Londres, Sao Paulo y Milán, tiene una maestría de la Universidad de Londres y es licenciada en artes de la Universidad de Chile; y Loreto Martínez, licenciada en artes con mención en diseño teatral, en la Universidad de Chile, cuenta con una maestría en diseño de vestuario de teatro, cine, opera y audiovisuales del Istituto Europeo di Design en Barcelona, ha trabajado con directores como Raúl Ruiz, Guillermo Calderón, Víctor Carrasco, Raúl Osorio, entre otros, además es docente de su misma casa de estudios.

Ambas formaron un colectivo de moda llamado Colectivo Malvestidas.

Para re-entender la fealdad es necesario pensarla como un proceso y no como un fin, según explica Poblete. Al mismo tiempo propone, junto a Martínez, abordar la relación  entre moda y fealdad “para pensar/accionar sobre toda una construcción que hay del gusto en la moda y la vestimenta (…) cuestionar ese pensamiento muy occidental de leer en binomios, por ejemplo bello-feo, y abrir la pregunta en torno a las manifestaciones creativas (y cuerpos) que las formas convencionales del gusto han dejado afuera”, dicen.

Para re-entender la fealdad es necesario pensarla como un proceso y no como un fin.

Foto de Zaída González, fotógrafa y parte de Moda Desobediente II

¿Qué tienen en común la feminidad y la fealdad?

Loreto: El cuerpo de las mujeres y su deber ser. La feminidad desde su valoración positiva y la fealdad desde la negativa trazan el territorio en el que se ha construido el cuerpo oficial de las mujeres. Entre estos dos parámetros es donde se ha enseñado tradicionalmente el ser mujer.

Tamara: 

La femineidad no es algo natural sino ideología, al igual que lo que se entiende por feo. El ideal normativo de belleza femenina se mantiene, en parte, por asumir de manera acrítica que la belleza es un valor y la fealdad un estigma.

Y ¿en relación al feminismo y la fealdad?

Loreto: Ambos conceptos, feminismo y fealdad, se encuentran al pensar el cuerpo, ese campo de batalla que tan lúcidamente vislumbró Kruger.

Bárbara Kruger

La historia de la moda es una buena fuente para analizar los cambios que la mirada masculina ha impuesto en relación a qué es bello y qué es feo, y cómo ha intentado aprehender, determinar y dominar “lo femenino” utilizando estos cánones.

La moda en EEUU. entre los años 40 y 50 es un ejemplo muy didáctico de esto: durante la guerra, para que la economía no decayera, se impulsó a las mujeres a asumir los puestos de trabajo que los hombres abandonaron. La moda, entre otras cosas, impuso el traje de 2 piezas, las hombreras anchas, el estilo ejecutivo y “masculino” del cuerpo. Luego de la guerra, cuando los hombres retornaron, se volvió a promover en revistas la silueta femenina delicada, muy acinturada y con delantal de cocina. La belleza (y por tanto, la fealdad) al servicio de la economía.

Evidenciar el uso de este tipo de cánones, sus implicancias y las ideologías que les subyacen, son conquistas del feminismo que, desde sus posturas más actuales como lo son el transfeminismo o el activismo gordo, continúa insistiendo y ahondando en las preguntas por los cuerpos marginados.

¿Quiénes utilizan la fealdad como propia?

Loreto: Es importante diferenciar entre lo que es clasificado como feo por otros de lo que se autoclasifica como feo. En este accionar de autodefinirse en lo prohibido, lo marginal, lo monstruoso, existe una reflexión y una consistencia muy diferente a la de determinar a otros con el objetivo de discriminarles y rechazarles.

Tamara: Lucrecia Masson, argentina radicada en España, y su activismo gordo. Planteamos el tema de la gordura en el contexto de moda y fealdad para poner de manifiesto y discutir en torno al reproche predominante que existe hacia la diversidad corporal. Las medidas y tallas como elemento de estandarización del cuerpo en la moda tienen mucha influencia en eso.

A nivel local está Zaida Gonzalez, que desde la fotografía construye un imaginario extraño e inquietante, cargado de crítica social y política. Su trabajo perturba e intenta movernos algo más que el sentido del gusto, sino que procura llevarnos a otro tipo de reflexión utilizando precisamente una estética “incomoda”.

¿Cómo se ha desarrollado la historia de la fealdad en latinoamérica, en Chile?

Loreto: Una historia de la fealdad en latinoamérica requeriría toda una investigación minuciosa y amplia que considere las particularidades propias de cada región y cada época. Una de las nefastas consecuencias del pensamiento colonialista sobre latinoamérica, ha sido el considerarla como un todo, desvalorando nuestra diversidad, problemáticas y riquezas particulares. La moda ha sido uno de los grandes responsables en crear y reproducir esa imagen simplista de lo latinoamericano como la morena sexy de los plátanos en la cabeza.

Ahora, nuestra historia de sudacas “tercermundistas” por supuesto que nos ha trazado una huella común, una identidad rastreable en nuestros patrones del gusto, en los que la raza y la clase aparecen con un protagonismo muy propio.

Por un lado está el discurso oficial de lo bello como lo blanco, hétero y norcentrista, tan presente en la publicidad. Pero a su vez, cohabitan gustos rebeldes, expresiones locales que se resisten a la norma, y es ahí donde a nosotras nos interesa poner el ojo.

¿Qué tanta fealdad y belleza existe hoy en la moda?

Loreto: Si antes los conceptos de bello/feo diferenciaban lo deseable de lo indeseable, hoy en día el mercado se ha sofisticado, diversificado y ampliado a tal nivel que nada queda fuera, todo es potencialmente rentable. La fealdad, el mal gusto, lo ridículo, lo vulgar han encontrado su propio nicho y se nos ha estimulado la fascinación por todo ello.

Tamara: Pareciera ser que la moda se ha liberado de la belleza, pero no veo a la estética de lo feo más que como una tendencia. Distinto es el caso de diseñadores como Rei Kawakubo, Walter Van Beirendonck o Georgina Godley, quienes permanentemente han intentado desafiar los cánones establecidos del gusto.

Walter Van Beirendonck, diseñador belga

 

Georgina Godley para olecomme des Garçons 1997

Ambas expertas en moda están organizando un encuentro internacional de prácticas críticas llamado Moda Desobediente II. En esta oportunidad pensarán la moda en torno a la fealdad. “Buscamos explorar el territorio intrínsecamente desafiante del gusto en la moda y de la generación de discursos cuyos medios están fuera de los estándares o que trastocan las formas convencionales del gusto. El encuentro será en octubre de 2018 y tendrá lugar nuevamente en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago”.

Contarán con la participación de Nelly Richard, Valeria Radrigán, las fotógrafas Zaida González, Gabriela Rivera, Demian Schoopf y el colectivo Moda y No Moda (Sandra Fernández y María Esther Ballon).

Al igual que en la versión anterior tendrán una convocatoria abierta para ponencias teóricas, talleres prácticos y becas para los seleccionados de región. También habrán actividades en la región de Los Ríos, en la Universidad Austral, en Valdivia. Puedes ir encontrando información en su página de Facebook.

Así fue el primer encuentro.

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