Parece mentira pero es verdad. El país totalitario obligó a sus ciudadanos a estar tristes para conmemorar al líder y padre del actual mandatario Kim Jong-un, prohibiendo el ocio y las sonrisas.
El pasado 17 de diciembre se cumplieron 10 años de la muerte de Kim Jong Il, el ex mandatario de Corea del Norte, a causa de un problema cardíaco. Y debido a la conmemoración de su muerte, los ciudadanos tienen prohibido mostrar ningún atisbo de felicidad por 11 días.
Es parte del monumento oficial, el decreto que explicita las cosas que no se pueden hacer en fechas de duelo. Legalmente, el Estado canceló la felicidad, la risa, compras de víveres y alcohol.
The Guardian registra que se confirmó que en general son 10 días de duelo total pero que este año se extenderá a 11 días por tratarse del aniversario número 10 de la muerte del ex líder. Además, esclarecieron que las autoridades vigilarán de cerca que ningún ciudadano dé alguna muestra de alegría.
Esta cruda realidad es ya una costumbre para los residentes de Corea del Norte. Las leyes de este duelo especial no son muy distintas a otras prohibiciones y deberes extremos que deben cumplir en el día a día, como mantener un foto del líder supremo del país, Kim Jong Un, en cada casa. Cuadro que se debe proteger incluso si hay un incendio o catástrofe natural, ya que si le pasa algo se arriesga una penalización de incluso ejecución.
Todas estas leyes anti diversión y risa deben cumplidas al pie de la letra por la población, ya que cualquier violación al luto por parte de un ciudadano podrá ser considerada como un “crimen ideológico” con terribles consecuencias. Así, por este año, Corea del Norte podrá volver a sonreír recién el 28 de diciembre de 2021.