La coronafobia es real, se trata de un miedo desadaptativo que, de la mano de angustia exacerbada y ciertas características obsesivas de cuidado, no sirven para protegerse del virus, desafortunadamente, pero sí es un fenómeno interesante en temas de psicología social.
La evidencia científica es concreta. Para el año 2030, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los problemas de salud mental van a ser la primera causa de discapacidad del mundo, un problema que hoy afecta al 10,4% de la población.
Uno de esos problemas que actualmente aquejan a los seres humanos es la fobia. Este trastorno se define como una aparición de miedo o ansiedad intensa y desproporcionada ante objetos o situaciones específicas que generalmente no son consideradas peligrosas en sí. Y la forma en que se enfrentan es evitando estas situaciones activamente.
Pero, ¿cómo podría surgir una fobia en la pandemia? El miedo al coronavirus, sobre todo si se habla de una fobia, se podría dar por diferentes razones. Primero, por el aumento de la ansiedad y depresión ocasionado por la constante exposición a una situación alarmante o catastrófica, como lo es la pandemia, que, por motivos obvios, ha aumentado los casos de muerte, peligro, enfermedad, desempleo e incertidumbre de manera general.
Esta fobia a la enfermedad podría crear ciertos hábitos exagerados, que tienen que ver con el cuidado y la prevención, poniendo a la gente en constante alerta y en modo supervivencia (que es lo que normalmente pasa en una fobia), solo que ahora con las medidas que podrían evitar un contagio, como lavarse las manos excesivamente, restringir las visitas y el contacto físico, entre otros.
Cuando este miedo y hábitos desproporcionados interfieren de forma negativa en el funcionamiento cotidiano de la persona, esta pierde su carácter adaptativo. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría explica que el miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral y otras áreas del funcionamiento. Son estas características de la fobia la que la convierten en problema de salud mental, el que no ayuda nada al verdadero cuidado contra el coronavirus.
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Actualmente, y validado por el instrumento de evaluación llamado Escala de Fobia COVID-19, expertos consideran este un problema real y muy presente, que es evidentemente incapacitante ya que está relacionada con el deterioro funcional y la angustia psicológica y, por tanto, tiene importantes implicaciones para el bienestar mental, uno que incluso podría desencadenar otros problemas como por ejemplo el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Independientemente de su gravedad, y el hecho que hoy los centros hospitalarios están intentando tratar esta fobia como un problema que hay que erradicar, estos miedos no son completamente nuevos. Estudios señalan que otras enfermedades infecciosas como la gripe española en 1918 o el brote de ébola en África en 2014 han tenido una respuesta muy similar en la población, aumentando los trastornos mentales.
La única manera real de poder combatir la pandemia es siguiendo las instrucciones dadas por las autoridades y tomar las precauciones dentro de lo posible, siguiendo consejos de gente profesional y teniendo en cuenta que hay cosas que se escapan de nuestro control. Finalmente, si necesitas ayuda con la angustia, incertidumbre y todo malestar mental que puede surgir en estos tiempos, lo correcto es acudir a un experto, teniendo claro que la salud mental es igualmente importante que la salud física.