Este jueves, el machi Celestino Córdova, quien cumple una condena de 18 años por el delito de incendio con resultado de muerte del matrimonio Luchsinger Mackay, cumple 81 días en huelga de hambre, medida de presión que emprendió junto a otros 27 presos políticos mapuche, para poder cumplir su pena dentro de los territorios de su comunidad.

La situación se había vuelto complicada puesto que ayer miércoles Córdova comenzó una huelga de hambre seca, que fue depuesta el día de hoy, con el fin de que las autoridades aceptaran su petición de poder cumplir la condena en sus tierras según lo estipulado por el convenio 169 de la OIT.

Este tratado señala que cuando se impongan sanciones penales contra miembros de pueblos indígenas “deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento”.

 

En concreto, Córdova exige que se cumpla el convenio internacional puesto que en la cárcel de Temuco no puede cumplir con las labores espirituales que le corresponden como machi. Celestino como autoridad ancestral de su territorio debe cada cierto tiempo renovar su rewe.

Esta situación no es nueva puesto que en el año 2018, Córdova emprendió una huelga de hambre que duró 102 días y que obligó a las autoridades a dejarlo salir de la cárcel para renovar su rewe.

El rol de machi y la importancia de renovar el rewe

Para muchos, el reclamo de Celestino Córdova puede parecer una simple demanda legal para conseguir un beneficio carcelario.

Sin embargo, para el pueblo mapuche, el machi cumple un rol fundamental dentro de la comunidad.

El lonko, profesor de historia y miembro de la defensoría ambiental mapuche de Panguipulli, Cristian Antümilla, señala a Pousta que es difícil explicar todas las implicancias que tiene ser machi para  personas que fueron formadas dentro de la sociedad occidental.

“En la sociedad occidental los saberes están parcializados, super especializados de acuerdo al área que se vea. Usualmente, lo que está referido a la medicina, tradicionalmente se le da ese rol a los médicos y a un sinnúmero de otros funcionarios que prestan colaboración de acuerdo al área”, afirma.

En esa línea, agrega que “en el caso mapuche, esa función la cumplen diferentes personas. La persona que está a la cabeza de área de la salud mapuche en este caso es un machi. Un machi puede ser mujer o puede ser hombre. No hay una regla en eso. A diferencia de la situación de Occidente, el machi también involucra otros aspectos, no solamente físicos sino que también aspectos espirituales”.

El docente señala que se dice que “antes de la llegada de los huincas no existían machis” en sus territorios.

“La presencia de un machi se asocia con la presencia de enfermedades que muchas veces pueden ser no solamente individuales sino que también pueden ser colectivas.Y que obedecen a este proceso de colonización y afectación hacia los cuerpos, las mentalidades y la espiritualidad de las personas”, explica.

Antümilla también afirma que, a pesar de que muchos creen que la relación entre el mundo occidental y el pueblo mapuche es antigua,  hay comunidades mapuche que recién en la década de los 80’ tuvieron contacto directo con la sociedad occidental.

“Entonces, desde esa lógica nuestra relación o nuestra intervención del mundo foráneo hacia nuestro territorio es reciente. Por lo tanto, las enfermedades, que eventualmente podamos padecer, eventualmente, también serían recientes y por esa razón es que los machis en esta realidad adquieren una connotación social muy importante”, afirma.

Con respecto a la necesidad que tienen estas autoridades ancestrales de estar en sus territorios, el docente señala que “los machis necesitan de un espacio natural para poder hacerse de sus hierbas para prestar tratamiento a las personas, pero como es bien sabido también, en la provincia de Malleco, Cautín y en la provincia de Valdivia, la presencia de los monocultivos, la presencia de una economía extractivista por medio de la piscicultura, los vertederos y un sinfín de otras intervenciones, ha generado que este mismo empiece a carecer de algunos elementos que son básicos para la sanación espiritual y física de las personas”.

¿Cómo es que un miembro de una comunidad llega a ser machi?

Los roles mapuches están dados por distintas formas. Es un poco complejo de explicar porque muchas veces son hereditarios. Vale decir, si una abuela de usted o una mamá de usted era machi, lo más probable es que esa energía quede en la familia hasta que alguien que tenga las capacidades para administrar esa energía sea tomada por la misma o esta persona decida de manera voluntaria asumirlo y, a partir de ese minuto, esa persona se transforma en un machi.

Muchas veces las personas no eligen hacerlo. Muchas veces esa energía lo elige. Entonces, por lo general la persona que va a ser machi es una persona que sufre mucho en su proceso porque como no lo eligió, tiene que asumirlo y esto involucra un cambio completo en la vida. Esa persona no puede, como lo hace cualquier persona, viajar libremente, desplazarse de un lugar a otro.

Esa persona tiene que estar en su territorio, tiene que estar arraigada a su lugar de origen, porque esa fuerza que yo le comento, que es de la familia, pertenece a un territorio. Es de ahí, no puede estar en otra parte.

Esa persona que es machi tiene que estar necesariamente en su lugar de origen porque ahí está la fuerza que es su razón de ser. Una persona se hace machi no por elección muchas veces, sino porque ha sido elegido por estas fuerzas, pero también por otras fuerzas que me es complejo explicarlo porque digamos que la sociedad occidental está acostumbrada al monoculturalismo, al monoteísmo.

Sí, se comprende, de partida la diferencia de lo que sería para la sociedad occidental la figura del sacerdote que es una cuestión de elección persona, no se aplica la misma lógica en la figura del machi….

Hay momentos donde las personas que han sido elegidas tienen la capacidad de decir “yo voy a aceptar esta vida” y la pueden llevar adelante y otros, eventualmente, pueden decir que no.

Pero para eso se tienen que someter a una serie de tratamientos que son complejos de explicar. Pero eso eventualmente se va a quedar en la familia.

Por ejemplo, yo fui elegido para hacerlo y digo que no tengo las condiciones y estoy a tiempo de hacerlo, porque esa energía quizás no se apodera completamente de mí. Por decir “energía, pero es algo mucho más complejo que eso. Pero no sé cómo buscar un concepto en el castellano que se acerque a la idea.

Lo que pasa es que conocimiento mapuche es holístico como se le dice en castellano. Es una cosa que atraviesa todo. Atraviesa aspectos espirituales, sociales, territoriales, de pasado, de presente, de futuro. Entonces, por eso es tan complejo lo que le ocurre hoy día al machi, porque es difícil de explicar.

Ahí partimos de un problema. El problema es que nuestra sociedad mapuche no se conoce con la sociedad chilena. Llevamos 130 años conviviendo, pero no nos conocemos. Eso tiene que dar algunas luces de algo. ¿Por qué en pleno siglo XXI tenemos que seguir dando estas explicaciones? Eso llama la atención.

Es un tema complejo, pienso que mucha gente ve que el machi Celestino está tratando de acceder solamente a un beneficio carcelario y no creo que sea así…

Desgraciadamente, la institucionalidad en Chile, funciona muy apegada a la normativa legal en todo orden de cosas. La educación, la Salud, la Defensa, etc. Creo que eso lo tenemos muy claro. Entonces, como todo funciona bajo los preceptos del legalismo, desgraciadamente, a nosotros no nos queda otra opción que recurrir al discurso de la legalidad y decir que el convenio 169 dice tal cosa, que la Ley Indígena dice tal cosa, que la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU dice tal cosa.

No nos ha quedado otra opción que recurrir a eso. Pero si usted me preguntara a mí, para mí esos instrumentos nunca van a poder traducir a cabalidad lo que nosotros tratamos de transmitir. Entonces, por eso el asunto se reduce a una cosa legal porque desgraciadamente todo funciona así en este país y en el mundo.

¿Qué otras transgresiones estaría haciendo el Estado chileno contra el machi Celestino?

En la historia no es primera vez que se ataca a los machi.

El Estado lo ha hecho antes, lo ha hecho a través de otras instituciones. Solo por traer a acotación una historia reciente del siglo XX, en la década del 30, la iglesia creó una organización que se llamó la Unión Araucana, en la Araucanía. A través de ella tenían un periódico que se llama El Araucano. Dentro de ese periódico se invitaba abiertamente a denunciar a las machis como brujas, como las provocadoras de todos los males en la sociedad mapuche de la época. Por eso digo que no es primera vez que se ataca a una institución tan compleja como lo son los machis porque eso involucra un asunto espiritual.

Lo que hace hoy el Estado no solo atacando a los machis, sino que ha tenido presos a lonkos, se ha dado el lujo de asesinar werken, se ha dado el lujo de asesinar jóvenes. No es un asunto aislado lo que le está pasando al machi. Yo pienso que lo que trata de hacer el Estado a través de toda esta represión y matanza que se ha provocado en las últimas décadas a vista y paciencia de la opinión pública, no es otra cosa que perpetuar un estado colonial dentro del territorio mapuche. En ese sentido, lo que está tratando de hacer el Estado es tratar de afectar en la moral mapuche.

Si son capaces de ir por los machis, si son capaces de ir por los lonko, si son capaces de ir por los jóvenes, ¿qué nos queda al resto? es una medida de amedrentamiento.

¿Qué es el rewe?

Para hacer una analogía. Es como la iglesia. Cuando pienso en una iglesia se me vienen a la cabeza una serie de símbolos sociales y espirituales de la sociedad occidental. Ahí está la síntesis de la religiosidad cristiana.

El rewe es lo mismo, pero con la diferencia de que ese espacio es un espacio de conexión personal que tiene el machi para poder sanar su cuerpo y su espíritu. El rewe cumple la función de ser el mediador entre esta persona que es el machi y la religión mapuche como tal. Es la puerta hacia múltiples dimensiones.

Una dimensión que se ha socializado bastante que es Wenumapu que es el cielo, en este cielo hay distintos espacios y a través de este rewe es que el machi se comunica con esos espacios, pero también este rewe es una defensa que tiene el machi.

Cuando un machi sana a una persona y combate una enfermedad, esa enfermedad queda en ese rewe. Esa energía negativa queda almacenada en ese espacio. Entonces, por eso que los machis cada cierto tiempo tienen que renovar su rewe porque su rewe se carga con la energía negativa con la que ellos permanentemente están conflictuados, con la que están dialogando o combatiendo.

Si no lo renueva esas energías se pueden escapar o volver a sus orígenes o pueden ir en contra de él y causarle daño. Algunos lo hacen cada 2 años y otros cada 4 y también hay otros que lo hacen cada 6.

Hay machis que su poder se lo da directamente wenumapu, hay otros machis que su poder es más terrenal y se los da su territorio. Hay otros machi que se hacen a través de linajes, herencias familiares.

¿Cómo podría el Estado chileno mejorar su relación con los mapuche?

No es solamente un asunto de Estado. Es un asunto de sociedades. Acá hay dos sociedades que conviven, al menos acá en Wallmapu, porque en el norte hay otros pueblos que también tienen sus propias problemáticas, la sociedad occidental o chilena y la sociedad mapuche. El asunto no se resume a una cosa de culturas, cuando nos referimos a la sociedad chilena, nunca decimos la cultura chilena.

Nosotros no somos una cultura. Somos una sociedad igual que ustedes. Una sociedad que tiene medicina, que tiene religión, una sociedad que tiene conocimientos, una sociedad que tiene un idioma, una sociedad que tiene territorio, que tiene roles, valores, etc. Pero en la conformación del Estado chileno a nosotros nos han reducido a la idea de indígena.

Entonces, por eso vienen todas estas definiciones donde encajamos como cultura, como etnias, como indígenas, como originarios, como mestizos, nos van categorizando. Pero esto no es un asunto de Estado. Es un asunto de sociedades. Aquí hay dos sociedades que no han sabido convivir o, al menos, hay una que no nos comprende.

Hagamos un ejercicio simple, ahora en qué idioma estamos hablando, estamos hablando en el idioma dominante, en el idioma de ustedes. Lo más probable es que si usted me pregunta algo de la religión de Occidente voy a saber responder, quizás me visto similar a ustedes. Pero al revés no es así.

Entonces, seguimos estando en un estado donde no nos conocemos. Todos somos responsables. No es una cosa de Estado, es una cosa de cotidianidad. Todos nos tenemos que hacer responsables por las diferencias que tenemos como sociedades, asumirlas, respetarlas y valorarlas.

Pero eso no sucede desgraciadamente porque siempre se lo dejamos al Estado. Yo creo en la capacidad de agencia de las personas, creo que las personas tienen un poder de movilidad tremendo. En ese sentido es necesario que nos replanteemos y nos revisemos.