La ciudad se derrumba y yo cantando decía un famoso músico y la verdad es que eso pasaba el 28 de octubre del 2019. La sinfónica de Santiago tocaba gratuitamente afuera del teatro Universidad de Chile. La música que siempre se mostró alejada del ajetreo popular, hoy se unía a la protesta. El sonido de conservatorio que muchas veces llamaba a la mesura, ahora invitaba al desacato.
Así lo vivieron miles de chilenas y chilenos que ese mismo día vieron como el Presidente, Sebastián Piñera, hacia un cambio de gabinete, que era más parecido a un enroque con sus ministros.
Cristóbal Yessen que fue boxeador profesional (el 2015 fue campeón de la categoría wélter) y hoy es activista por los derechos de niños, niñas y adolescentes. Yessen (34), ese día recibió más golpes que en toda su vida como boxeador.
El 28 de octubre fue detenido por carabineros y según consta en la querella que presentó, recibió golpes, torturas y amenazas. Uno de sus ojos sufrió una lesión que podría quitarle la visión parcial y sus manos fueron pisoteadas para que no pueda boxear.
Cristóbal es uno más de miles de detenidos en este “estallido”. Es uno más de tantos que lograron sortear las injusticias de un sistema viciado y que hoy alzan la voz.
Las opiniones y denuncias del boxeador en Twitter (@CristobalYessen) son constantes, se enfoca principalmente en los derechos de niños, niñas y adolescentes. Sabe exactamente de lo que habla, si él mismo tuvo que sufrir el desdén de un Estado ausente con respecto a lxs jóvenes vulnerables.
A los pocos meses de vida ingresó a un centro del Sename. Ahí vivió todas las experiencias de un sistema absolutamente injusto y cruel. Cerca de la navidad de los cinco años aparecieron camarógrafos, productores, comida y hasta ropa nueva. Eran del Programa Sábado Gigante que venían a grabar “una navidad en el Sename”. Apagadas las cámaras la ropa se la quitaron, la comida desapareció y volvió el infierno de sobrevivir en un lugar donde son odiadoxs por ser pobres.
A los siete años no aguantó más. Vio la oportunidad y la tomó. Un descuido del guardia le marcó la salida y corrió intentando alejarse lo más posible del infierno en que le tocó vivir. Un tiempo después la familia Yessen lo adoptó y fue dejando atrás la agonía de sentirse un estorbo.
Conversamos con el.
¿Cómo fue tu experiencia en el Sename y que cambiarías de él?
Estar en el Sename era solo angustia, cada actividad se transformaba en un castigo, por cualquier situación, así lo recuerdo. Llegar a la institución implica un congelamiento de sentimientos, no tienes cariño, menos preocupación por fechas significativas, como tu cumpleaños, te vuelves duro. Jamás entendí por qué existe tanto odio hacia niños y niñas pobres.
El 96,1% de los centros de Sename en Chile son privados, es decir, son un negocio que no busca el bienestar de niños, niñas y adolescentes, sino que, aumentar los ceros en sus cuentas corrientes. La única solución válida es cerrar Sename y no remplazarlo por nada remotamente parecido, ni que involucre actores pasados o presentes del sistema. Se debe trasparentar la cifra real, de niños y niñas susceptibles de adopción, quienes están de manera irregular y quienes solo necesitan apoyo subsidiario.
La propuesta del gobierno es un borrón y cuenta nueva que no aumenta supervisión técnica, que no propone una ley de garantías de niñez y adolescencia. Es una propuesta aun más vulneradora.
¿Cómo te iniciaste en el box?
Hace algunos años mientras estudiaba cocina, fui agredido junto a una ex polola por un grupo. Posteriormente decidí hacer algo, porque me causo mucha sensación de impotencia y me metí a aprender boxeo. A los 6 meses estaba peleando y ganando un campeonato de novatos amateur. Luego, y porque poseo familia en Argentina, me fui a desarrollar a Córdoba. Ahí aprendí mucho sobre todo la labor social que un deportista debe cumplir.
¿Dirías que el box es un deporte violento?
Respecto a oficios violentos, me parece que ser ministro es más violento que ser boxeador, porque yo no podría recibir cientos de millones anuales, mientras sé que existen personas que luchan por conseguir comida, por trasladarse en un servicio de trasporte caro y que le roba tiempo a las familias, de personas que esperan en los servicios de urgencias por horas y a veces mueren esperando una hora atención, etc. Para dejar pasar tanto y estar a cargo como ministro, se debe estar exento de empatía.
Te hemos visto con posturas políticas muy claras en las redes sociales, ¿Tienes algún o alguna referente en la política?
Yo admiro a Gladys Marín. Su consecuencia, la lucha que le tocó enfrentar sola, siento que fue una visionaria, que sentía el dolor de un pueblo con miedo, con muchos fantasmas del pasado. Pese a su dolor, Gladys, luchó incansablemente toda su vida y su legado hoy es, luchar por la dignidad y decir las cosas sin eufemismos, en forma directa; cosa que la clase política detesta. Llaman error de protocolo a las violaciones de derechos humanos, pero son implacables a la hora de criminalizar al pueblo.
Si tuvieras la opción de ser delegado en la Asamblea Constituyente ¿Qué puntos pelearías? ¿Te postularías?
Sin duda lucharía por consagrar derechos humanos y derechos de niños, niñas y adolescentes, muy explícitamente, el derecho a la educación y salud, El cuidado por el medio ambiente, entre muchas otras cosas.
La postulación es una opción, siempre y cuando exista paridad de género y la participación de jóvenes de 18 -20 años. Me parece que son aspectos fundamentales para que la asamblea logre resultados acordes a lo que pueblo demanda. Una nueva constitución podría ser un inicio para resolver el tema del Sename, por ejemplo.