PelisPedia. El placer culpable de todos nosotros los ociosos. Obvio: es la página donde salen los estrenos, en buena calidad, no siempre con buenos subtítulos pero en general aceptables, hay películas de terror orientales (MUCHO terror oriental) y, casi siempre, es fácil encontrarse de sorpresa con una buena película. Pero para disfrutar todo eso, lamentablemente tu antivirus tiene que ser nivel Dios o diseñado personalmente por el fantasma de Steve Jobs.

Más allá de los pros y los contras de PelisPedia, lo bueno es encontrarse con películas que son buenas (y, a veces, muy buenas) sorpresas. Una de ellas es ‘Green Room’, del director Jeremy Saulnier (‘Blue Ruin’). Había escuchado hablar algo de esta película – como que incluía a los actores de Star Trek Patrick Stewart y el recientemente fallecido Anton Yelchin – pero, básicamente, no tenía ninguna expectativa a priori. Aunque después de leer la descripción y de qué se trataba, me motivé (mucho) y partí viéndola.

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En resumen, tenemos a los Ain’t Rights, una banda de punks adolescentes que están sobreviviendo para abrirse paso en la escena musical del norte de EEUU. Los chiquillos de la banda consiguen movilizarse a duras penas, por lo que se dedican a robar bencina y dormir en su auto (PUNKSNOTDEAD). En un pueblo cercano a la costa, conocen a Tad (el punkie que es algo así como un tour manager puber) quien les consigue una penosa tocata en un restaurant familiar estilo Tip y Tap. Para tratar de arreglar este fracaso y salvar la penca gira de la banda, Tad les consigue otro concierto, en un club a las afueras de Portland. Pero, les advierte que es un local en medio de un bosque dominado por neo-nazis y supremacistas blancos bien mala onda y desagradables.

Luego de que el guitarrista de la banda, Pat (Anton Yelchin), es testigo de un inesperado y violento hecho al interior del local, la situación se vuelve muy freak y atrapante. El diabólico dueño del club, Darcy Banker (Patrick Stewart) y sus amigotes nazi, se encargarán de atormentar lo más posible a los chicos de Ain’t Rights con el objetivo de mantener a salvo el secreto que esconden. Lo que sigue en la película es un festival de sangre, gore y thriller psicológico que me dejó con una sensación muy (des)agradable de inseguridad. Aunque la haya visto echado en mi cama pasteando.

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Y lo que más se rescata de esta película es, particularmente, la ambientación de un thriller claustrofóbico, violento y desesperante. Parte de esto se debe a la puesta en escena que maneja la película, retratando la decadencia estética y visual a lo largo de sus 90 minutos de duración. Asimismo, esta sensación de constante inseguridad y de sentirse “oprimido” por la atmósfera de le película se debe mucho a la actuación de Stewart. Muchos lo recordarán por ser el Profesor Xavier en X-Men o el personaje de Picard en Star Trek. O por lo menos por el meme que sale a cada rato. Pero en esta película, el pelado Stewart da un giro de sus personajes habituales y se plantea como un frívolo villano maquinador que, elegantemente, planea hacerse bolsa a los Ain’t Rights.

Esta es la tercera película del celebrado director y guionista Jeremy Saulnier, quien continúa creando lo que mejor sabe hacer en sus filmes: espacios y ambientes inquietantes que buscan dejar al espectador con la sensación de que es imposible escapar de la violencia e inseguridad. Ya lo había logrado con la recomendadísima ‘Blue Ruin’ en 2013; una película que cuenta la historia de un tipo que busca vengarse del asesinato de sus padres en medio de un paisaje tan decadente como el mostrado en ‘Green Room’. Así que, si te gusta el thriller psicológico, la violencia, el punk y los neo-nazis: deja que Patrick Stewart te los muestre con estilo.