Skins fue una pesadilla para los padres que no querían ni imaginar que sus hijos adolescentes tenían sexo y tomaban drogas y un refugio de los incomprendidos que conectaron con ella por reflejo o fantasía.

La televisión, junto con Internet, moldearon mi experiencia como adolescente en el Chile del siglo XX. A pesar de que hoy la web se encargó de absorber el deber de crear contenido multimedia en formato televisivo, el 2007 todavía la TV tenía suficiente influencia en nuestra vidas, a pesar de que para acceder a ciertos contenidos tuvimos que ir directamente a la net.

Y he ahí la revelación que llegó a tus ojos por los foros, fotolog o messenger. He ahí la serie que cambió a una generación completa y que, probablemente, puso en boca de muchos, temas que ponen incómodo a muchos adultos hasta el día de hoy. Skins comenzó sus transmisiones el 25 de enero de 2007 por el canal E4 en Inglaterra.

La serie

Nueve chicos desplegaron sus personalidades en el primer capítulo de la serie: Tony, un apuesto joven que es académicamente brillante pero que esconde un lado oscuro y manipulador; Sid, mejor amigo de Tony, quién está desesperado por perder su virginidad; Michelle, novia de Tony y eterno amor platónico de Sid; Cassie, una chica adorable con un desorden alimenticio que la persigue; Chris, el alma de la fiesta y el mejor amigo de carrete de todos; Maxxie, un bailarín abiertamente gay que sueña con triunfar en la danza; Anwar, un joven musulmán que gusta disfrutar de la vida nocturna; Jal, una dotada músico que tiene una relación lejana con su padre, y Effy, la misteriosa hermana menor de Tony.

Todos, unos más que otros, tuvieron un impacto certero en mi memoria y me hicieron sentir comprendida por una hora, a pesar de que el retrato que muestra Skins pueda resultar exagerado y poco realista. Fiestas secretas, consumo de drogas y alcohol a plena luz del día (y a metros de la escuela), y relaciones intensas fueron los sueños de muchos adolescentes que luchamos con la incipiente vida social de los 15-18 años, y que muchas veces vimos reflejados en nuestras pantallas de computador.

¿Quién no soñó Effy, la más cool y deseada del grupo?, ¿Quién no se enamoró de una persona como Tony?, ¿Quién no tuvo de mejor amigo a un Maxxie o un Chris? Estereotipos o no, quienes fuimos adolescentes en 2007 nos sentíamos identificados con estos personajes, que pasaron por cosas que cualquier persona pudo haber pasado, como embarazo adolescente, la prematura muerte de un amigo, la recuperación tras un accidente o retomar el curso de tu vida tras una tormentosa relación.

Skins es también una serie que generó una seguidilla de polémicas en Reino Unido y otros países donde se emitió que no se veía desde Beverly Hills 90210 en los 90, y que después siguieron perpetuando series juveniles como Gossip Girl, Girls y, ahora, Skam. La serie pasó a ser la pesadilla de muchos padres que temían descubrir que sus hijos pudieran estar haciendo esas cosas, padeciendo esos problemas, introduciéndose en un mundo que estuvo por muchos años dedicado exclusivamente para los mayores de edad.

La gracia de la era Internet, cuando se usa de manera sana, es que los solitarios o los incomprendidos de corazón pueden conectar con un mundo que se parece al suyo, pero a cientos de kilómetros (incluso en otros mundos, como pasa con los juegos de rol). Skins es parte de ese movimiento generacional que abrazó la idea de identificarse con un productor visual, artístico o literario y hacerlo parte de su ADN.

La música

Según la cadena que transmite Skam, la razón de por qué aún el producto no se vende internacionalmente es por la licencia de la música que usan no aplica a todos los países. El uso de la música en Skins tuvo los mismos problemas, ya que en Netflix hay escenas con canciones diferentes a la emisión original y eso mata un poco las pasiones. Porque para quienes bajamos los torrents todas las semanas, sabemos que la música es clave para Skins. Desde un final de temporada en clave musical de Broadway, a la frustración emocional de uno de los personajes de la segunda generación, porque la persona que quiere no asume su sexualidad, todos fueron acompañados de una pieza musical precisa. Además, la intro de Skins es tan característica que más de uno la tuvimos de ringtone, ¿o no?.

Temporadas y generaciones

Skins se compone de siete temporadas y tres generaciones de personajes. Cada generación abarca dos temporadas y la séptima se enfoca en tres personajes clave de la serie, con dos capítulos por cada uno.

Existe un gran debate por cual generación es la mejor, pero eso depende de cada espectador. A la primera generación que lo cambió todo se suma la segunda, liderada por la hermana de Tony, Effy, y sus amigos Pandora (quién es introducida en el capítulo de Effy de la segunda temporada), Emily, Naomi, Kathie, Thomas, JJ, Freddie y Cook.

La tercera generación tiene conexión con las anteriores porque la hija de quien se asume como director del colegio en la cuarta temporada, Violet, es parte de este grupo, compuesto por Franky, Alo, Rich, Mini, Nick, Matty y Liv.

La serie se transformó, también, en un semillero de estrellas que hoy son parte del mundo de Hollywood. Dev Patel (Anwar), Nichoulas Hoult (Tony), Cassie (Hannah Murray), Joe Dempsie (Chris), Kaya Scodelario (Effy), Jack O’Connell (Cook), Luke Pasqualino (Freddie) y Kathryn Prescott (Emily) siguieron sus carreras en otros proyectos de cine o de televisión, ganando el reconocimiento después de comenzar en una serie en la que, prácticamente, eran completos desconocidos.

Si todavía no has visto Skins, todas las temporadas están disponibles en Netflix (con cambios en la musicalización) o en torrent. Deja que te cambie la vida.