Para que se hagan una idea, la sordera súbita es como cuando repentinamente uno de tus audífonos deja de sonar, pero que eso le pase a uno de tus oídos. Y es un misterio para los otorrinolaringólogos.

Estaba en el gimnasio con mi polola esperando la clase de CrossFit, cuando de repente sentí como si un líquido hubiera tapado mi oído izquierdo. Tenía la sensación como si estuviera bajo agua. Desde ese oído no escuchaba nada. “Que raro” pensé. Se lo comenté a mi polola pero no sé nos ocurrió que pudiera ser algo serio. Entonces, cuando llegó la hora de la clase, entrenamos y luego nos fuimos a casa.

Al día siguiente desperté, todavía sordo en ese oído, y empecé a desesperarme un poco. Quería saber qué me estaba pasando. Como es normal, pregunté a Google. Había varias posibles explicaciones y de estas la más sensata parecía ser que era una infección de oído y que solo tenía que pasar a una farmacia a comprar las gotas y filo, se me iba a pasar. Eso hice y, durante ese primer ida y el siguiente, seguí religiosamente las instrucciones para curarme de la supuesta infección.

Cuando ya estaba a punto de cumplir tres días de sordera, comencé a frikearme. Algo me estaba inquietando desde que me paso. En Internet había leído que una infección al oído o incluso un resfrió puede afectar la audición. Pero mi caso no era una situación de dificultad para escuchar. En realidad no podía escuchar nada. ¡Cero! Le dije a mi polola que me parecía que esto podía ser algo más serio. Ella trató de convencerme que se me iba a pasar. Me contó que algo similar le había sucedido a un colega suya. Se había resfriado y se le había tapado el oído por dos semanas hasta que se le pasó. Ella quería calmarme con esta historia pero yo insistía que no tenía un oído tapado sino que había dejado de funcionar totalmente. Ella pensó que estaba siendo dramático y tuve que casi rogar para que me creyera. “No estoy ‘sordo´” dije señalando con los dedos para hacer el gesto de las comillas al aire. “¡Estoy sordo de verdad!, ¡sordo, sordo, sordo!” Sentía como si estuviera loco o algo. Quizás por primera vez estaba experimentando como es cuando sabes que algo es real pero nadie te cree. Imagínate a la mamá de Will (Winona Ryder) en Stranger Things. Creo que por fin ella logró ver la desesperación, el miedo en mi cara y en mi voz. De ahí ella se cambió de chip y juntos nos pusimos a encontrar hora con un especialista.

Vi al primer doctor cuando ya estaba cumpliendo 72 horas de sordera. Ella me inspeccionó el oído y dijo que no vio nada fuera de lo normal. Me hizo dos órdenes, uno para una audiometría y otro para un test del nervio del oído interno. Ella estaba relajada y sin prisa. Supongo que esto era a propósito, para calmar al paciente nervioso. Pero la verdad me hizo sentir peor. Necesitaba saber qué me estaba pasando y su falta de urgencia me hizo peor aún. Al salir de su oficina fui a agendar los exámenes pero en el hospital me dijeron que no había disponibilidad hasta el día siguiente. Allí me fui a la mierda y casi entré en pánico. Llamé a mi polola y prometió encontrar algo para esa misma tarde. Me llamó de vuelta algunos minutos después. Me había conseguido una hora en un centro de salud en el centro.

Siempre voy a recordar la cara del técnico que me hizo la audiometría cuando me entrego los resultados. El test mostró que tenia una perdida en promedio de 95 decibles. Esto significa que mi oído empieza a detectar sonido solo a un volumen de 95 db a diferencia de mi otro oído que detecta audio a solo 5 db. La perdida de 30 db cuenta como evento medico urgente y la pérdida de 60 db es suficiente para calificar como sordo. Para referencia, 100 db es un jet a 300 metros. El técnico dijo que tenía que ver a un medico al-tiro para comenzar el tratamiento. Por suerte. él pudo hablar con el especialista antes de que se fuera y me llevó a su oficina. Allí recibí la terrible noticia: tenia sordera súbita y solo existía un 33% de probabilidad de que yo experimentara mejoras, no recuperación total – solo mejoras, en mi audición. Por el otro lado, había un 66% de probabilidades de que mi condición no cambiara y que fuera para siempre.

Mi tratamiento consistió de dos semanas de esteroides por vía oral más una inyección de esteroides al oído interno una vez a la semana por tres semanas. Mientras creo que ha habido mejoras marginales, todavía estoy totalmente sordo en ese oído. Más confuso aún, no existe explicación certera para lo que me pasó. Dicen que hay mas de cien posible causas pero en cada caso es imposible identificar a uno. Resulta que esta condición es un verdadero misterio para los otorrinolaringólogos. Pasa a muy poca gente pero pasa. Soy uno de ellos ahora.

Lo más incómodo de tener sordera unilateral es, obviamente, cuando alguien intenta hablarme desde mi lado izquierdo. Si no veo a la persona, parece que me estoy haciendo el tonto. No reacciono. Pero mi condición genera otras dificultades. Existe algo que se llama “Efecto de fiesta de cóctel” que básicamente consiste en la habilidad de escuchar una sola conversación en un ambiente donde mucha gente está conversando, como en una fiesta. Resulta que esa habilidad depende del normal funcionamiento de ambos oídos para poder triangular la fuente del sonido, permitirte concentrar y focalizar en lo que se está diciendo. Esto es comparable al uso de GPS, radar o incluso la habilidad de nuestros ojos de percibir profundidad. Por lo tanto, en un ambiente ruidoso me cuesta caleta seguir el hilo de una conversación. Lo raro es que no es que no escuche lo que dice la otra persona, sino que todo el demás ruido interrumpe y termino escuchando todo junto. No puedo bloquear el ruido de fondo. Tengo que concentrarme más y esto me cansa. Si estoy con amigos, debo pedir que bajen la música o apaguen la tele. Así de fome es la persona en la que me he convertido.

Otro efecto de solo tener un oído que funciona es que no puedo localizar la fuente de un sonido. Si algo suena fuerte, no se de dónde viene. Esto también tiene que ver con mi inhabilidad de triangular el origen del sonido. Por ejemplo, alguien grita mi nombre y tengo que darme varias vueltas para encontrar a la persona. O suena un celular con el mismo timbre que tengo yo y debo sacar mi celular para ver si es mío, aún si es obvio para una persona con audición normal que el otro celular suena desde el otro lado del cuarto. Con esta condición lo que más me da pena y una sensación de perdida es que jamás podré a escuchar música en estéreo. La música es demasiado importante en mi vida y ahora nunca va a ser igual como antes. De todas maneras, podría ser peor. Un 50% de los pacientes con sordera súbita ademas sufre de vértigo y problemas de equilibrio. En esos casos, la condición se convierte en una verdadera discapacidad. Lo que me pasó es terrible y ojalá fuera reversible. Pero no me va a prevenir de lograr las metas que tengo en la vida y eso es lo mas importante. Lo veo como una prueba de auto-superación y determinación.

Venceremos.