El golpe de la pandemia y el sometimiento a las cuarentenas dio origen a un nuevo movimiento en la creación de vestuario, el cual se caracteriza por su estética ruda y oscura y que reúne las influencias de géneros como el punk, el grunge, lo gótico y lo militar.

Es conocido el hecho de que el vestuario es un reflejo de las visiones y apreciaciones de diversos grupos en la cultura popular. Lo vimos a finales de la década del 60 en la costa oeste de Estados Unidos, cuando el movimiento hippie posicionó las prendas anchas y coloridas como un símbolo de paz y rebelión contra las ataduras de las generaciones anteriores, mientras que solo unos años más tarde, la escena punk londinense se apoderó de las cadenas y las pulseras de cuero a través de la influencia directa de personajes como Malcolm McLaren y Vivienne Westwood (Sex Pistols)

Con la llegada de la pandemia y el inicio de las cuarentenas alrededor del mundo pasó algo similar. Muchas personas abandonaron el ritual de escoger sus prendas más llamativas para salir a la calle a seleccionar su ropa más cómoda para permanecer en el hogar, sea para teletrabajo, estudios u otras actividades.

Pero hoy, a dos años del inicio de la propagación del virus, la mayoría de los confinamientos en el mundo ya fueron levantados y, tras un largo periodo de encierro, las diversas perspectivas de la sociedad también cambiaron. El mundo de la moda tampoco quedó exento.

La distopía-core es una tendencia que atrae a cada vez más diseñadores y firmas, en la que se destaca una estética más ruda, sobria, militar e inspirada en películas recientes como The Matrix Resurrections (2021) y Dune (2021), además de géneros musicales como el punk, el grunge, lo gótico y lo industrial.

En contraposición a lo que sería una vestimenta dopaminérgica, concepto que alude a prendas que ayudan a levantar el ánimo, este movimiento busca expresar todo lo contrario, tal como su nombre lo dice, es el reflejo de una sociedad distópica que se ha visto invadida por la oscuridad y la frialdad.

“Es la idea de que el optimismo no es cool y no refleja nuestros tiempos actuales, similar a lo que representaban los punks en los 70″, explica la experta en tendencias, Geladine Wharry, en una entrevista con el periódico británico The Guardian.

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Según datos de la firma británica Jewellery Box, la búsqueda en línea de chaquetas largas de cuero han aumentado un 117% entre el tercer y cuarto trimestre de 2021, mientras que los pantalones cargo presentan un alza anual de 45% en su sitio web.

Junto con ello, la herencia del punk en la apropiación de conceptos como el DIY (Do It Yourself, hazlo tú mismo) también se ha vuelto más activa en redes sociales, espacios en los que cada vez más usuarios comparten las modificaciones que le hacen a sus prendas para darles un aspecto personalizado. En este sentido, el hashtag #avantapocalypse, el cual hace referencia la distopía-core, cada vez tiene más visibilidad en aplicaciones como Instagram y TikTok.

“La experiencia de vivir una pandemia se parece en cierto modo a la de vivir una guerra: son experiencias colectivas traumatizantes, hay gente luchando en el frente y se produce un número angustiosamente elevado de muertes”, dijo a The Guardian la académica en materia de vestimenta, Zara Anishanslin, “dadas estas similitudes, tiene sentido que la moda originalmente popularizada por el uso militar vea un resurgimiento“.


Asimismo, la representante de la Parsons School of Design, Francesca Granata, añadió que “en los últimos dos años hemos estado pensando constantemente en protegernos de los agentes patógenos del exterior, así que no es difícil ver cómo la ropa puede funcionar, al menos simbólicamente, como una extensión de este escudo que hemos estado creando”.

Firmas conocidas popularmente como Balenciaga, además de otras como Khaite, A-Cold-Wall y Diesel, se han centrado en seguir esta tendencia, mientras que artistas como Kanye West y Julia Fox la han ido incorporando en sus apariciones públicas.