Se creía que desde los 20 años el cerebro humano comenzaba a ponerse más lento, por lo que más allá de los 50 ya podría estar siendo obsoleto. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Heidelberg estudió a más de 1 millón de personas de entre 10 y 80 años y pudieron derribar el mito. Te contamos.

Durante muchos años la comunidad científica creyó que el cerebro humano comenzaba a enlentecer con la llegada de las dos décadas de vida, hecho que los mantuvo alerta por mucho tiempo. Sin embargo, y tras un resultado casual, esto cambió.

Un grupo de científicos de la Universidad de Heidelberg realizaron un estudio en 1 millón 200 mil personas de entre 10 y 80 años para evaluar el racismo naturalizado en la cultura. Les pedían que definieran conceptos como ‘buenos’ o ‘malos’, así como que clasificaran distintas caras en categorías raciales. 

Fue así como descubrieron un factor que les llamó la atención en el estudio: la diferencia en el tiempo de respuesta de los participantes más jóvenes con respecto a los más viejos. Tras un análisis publicaron que pese a que la reacción de las personas es más lenta con el pasar de los años, no tiene que ver con un proceso mental más lento, sino que con que la información visual tarda más en llegar del ojo al cerebro porque las habilidades motoras decrecen al envejecer, lo que repercute directamente en tardar más en responder. 

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Y pudieron sumar características del comportamiento humano de otros estudios, como el Natural Human Behaviour, para complementar su información y saber, por ejemplo, que las personas mayores no tardan más en responder por lentitud, sino que se toman más tiempo para recopilar la información disponible antes de responder. Eso sí, los expertos pudieron comprobar que el cerebro comienza a enlentecer desde los 60 años, mucho después de lo que creían antes. 

Las conclusiones del estudio podrían ayudar a desestigmatizar a las personas mayores como sujetos no valentes y lentos a la hora de, por ejemplo, ser discriminados cuando envían aplicaciones a un trabajo por ser ‘lentos’. 

¿Cómo cuidar tu cerebro? El ejercicio físico, según el manual de la asociación del Alzheimer, puede mantener nuestros cerebros sanos, así como incrementar la densidad de los huesos, la estimulación de producción de células inmunes y la reducción del riesgo de ataques cardíacos. Además, los doctores sugieren una dieta sana, beber alcohol con moderación y no fumar.