“El culto al éxito premia lo individual en perjuicio de lo comunitario”, ha dicho Nelly Richard, y a partir de esa frase profundizamos junto a Iris Hernández, Doctora en Estudios Latinoamericanos.

Miguel Bruna

“Para hablar sobre cualquier noción es necesario reconocer el sistema de pensamiento con el cual lo significamos. La noción de trascendencia puede variar de persona a persona respecto de los fines y propósitos que la determinan”, nos conversa Iris Hernández, Doctora en Estudios Latinoamericanos, profesora del magíster de Género e Intervención social en modalidad de diplomados en la Universidad Central, sobre el éxito y la permanencia.


Por Iris Hernández y Marcial Parraguez

Es fundamental para entender que ni siquiera en nociones como ésta se debe instalar una idea universal. Puedes pensarlo con los movimientos sociales como ejemplo: Su trascendencia se configura en función del logro o no de las demandas que levanta, destacándose allí nuevamente la influencia de la cultura. Pudiera ser que la trascendencia de unas sea la no trascendencia de otras.

Ariel Besagar

Otro ejemplo. La relación entre el feminismo institucional, autónomo y grupos de mujeres estudiantes anarquistas. Es interesante mostrar cómo los sistemas de opresión son amplios y si sólo vemos para adentro, no nos damos cuenta que los logros de algunas se transforman en la opresión de otras.

La lógica desarrollista implicada con la perspectiva de género excluyó la autonomía feminista chilena y a esos grupos de estudiantas de la reconstrucción democrática. Entonces se podría decir que la trascendencia del feminismo institucional se concreta en los derechos que construyó para las mujeres. No obstante, no se puede soslayar que algo no funciona bien cuando otras voces salen del circuito de unos logros que las hacen sentir parias del modelo.

En este sentido, no se puede pensar en la noción de trascendencia sin situarse desde una crítica a la modernidad. ¿Es posible trascender, es decir, pasar de un ámbito a otro solo con los saberes que ésta construyó como absolutos, como verdaderos?

La trascendencia no es individual, debe conectarse con lo colectivo porque en las luchas por trascender de algunas, otras quedan en los mismos lugares de opresión.

Las “mujeres” blancas han trascendido muchos límites respecto de la opresión que las afecta, pero esto no ha significado la transformación de las condiciones que sostienen la opresión de las “mujeres” negras.

Mientras las primeras, muchas veces, han luchado por sus derechos, las segundas han trabajado de empleadas en sus casas, venden en las marchas, entre un sinfín de ejemplos otorgados por las mismas mujeres negras que exhiben cómo los niveles de opresión son distintos para todas las “mujeres”.

Esta forma de pensar desconectada, individualista es la que en términos generales guía los objetivos de la trascendencia. En Chile una Ola Feminista intenta arrasar con los preceptos, los mandatos, la violencia patriarcal. Esto ocurre en un proceso maravilloso de encuentro entre mujeres, en un juicio ilegal -como la mayor parte de los juicios que afectan a las comunidades indígenas en Abya Yala- se condena a cadena perpetua a Luis y José Tralcal. Indignante. ¿Cuánto se relaciona esto con el uso que el poder hace de las demandas?.

Japheth Mast

La modernidad se asienta en principios capitalistas, en relaciones sociales asimétricas, en la universalidad de un pensamiento que borra todo aquello que le confronte. Apuntar la opresión que las propias feministas producen se conecta con esa trama moderna del poder. Ninguno de los grupos mencionados apoyó concienzudamente las luchas antirracistas. No es que fueran fascistas-racistas o sí para quienes sufren los impactos del racismo, pero su sentido de trascendencia, nuestro sentido de trascendencia, no cuestiona los términos hegemónicos del poder, porque las luchas antirracistas van más allá de la episteme moderna, iluminan las epistemes que esta borró del mundo visible.

La institucionalidad feminista -en medio de la política correcta de la legalidad, de la igualdad- impuso una lógica de derechos, los otros grupos mencionados se opusieron y con justa razón, pues estaban siendo ocultadas. Esta práctica, que abona a la preservación del poder, no solo se realiza en estos espacios, sino que se produce entre todos los movimientos sociales. Allí siempre hay uno que es más violentado. Si la trascendencia no se conecta con estas realidades y la inflexión sólo está en la superación de los límites de nuestros específicos marcos de opresión, la trascendencia no es tal. El punto es que esto se centra en la relación de dominio de la episteme occidental sobre aquellas que no son occidentales.

Trascendencia y éxito

Se supone que se es exitoso cuando se logran objetivos propuestos y se es trascendente cuando ese éxito se pone a disposición de los demás. Entonces, la trascendencia debe hacerse cargo de que para tener éxito la diferencia es relevante, pues somos iguales cuando la diferencia nos menoscaba y diferentes cuando la igualdad anula nuestros puntos de vista.

El culto al éxito premia lo individual en perjuicio de lo comunitario. El manejo empresarial nos impone su racionalidad técnica de los datos y las cifras. El neoliberalismo llevó la economía a triunfar como única ciencia explicativa de la sociedad.

Nelly Richard, crítica cultural.

En este punto el éxito para la modernidad es lineal, responde a un paso a paso, a una lógica temporal que impone el avance, a nuestro “desarrollo” personal, colectivo.

Desde esa perspectiva pocas personas critican que esto en realidad signifique opresión para otras personas o grupos, pero lo pongo así: el tiempo del exitoso, con la implicancia que tenga o no para la trascendencia, impone un camino que apunta a construir el retraso de quienes no transitan por dicho camino.

El desarrollo personal, colectivo se cuadra con una noción de desarrollo mundial que impone su lógica en comunidades que no se piensan linealmente, ni piensan en su desarrollo bajo los términos de la modernidad.

Esta cuestión, que parece insignificante, determina que por el “desarrollo” se instalen represas, hidroeléctricas, se explote la tierra y se encarcele de manera perpetua a quienes no comparten las lógicas extra-activistas que habitan en este transitar.

Se entiende someramente, que pensar o actuar por nuestra trascendencia implique cuestionar el poder de la modernidad. Con estos otros saberes y prácticas inferiorizadas y por lo mismo desechadas respecto de su uso, podríamos repensar, practicar de otra forma las relaciones entre sexo, clase, raza, sexualidad definidas por la modernidad.

Si la trascendencia y el éxito no son pensados a través de estas conexiones, la verdad es que lo que trasciende es solo el sistema moderno opresivo, que no dará espacio a que una diversidad radical se manifieste y transforme la realidad. En este sentido lo agotador es que no haya comprensión al respecto.