¿Quién podría prever que Daria, un dibujo animado que nació como spin-off de Beavis and Butt-Head y Buffy, una cazavampiros, se convertirían en dos de los iconos más importantes de la cultura popular y del feminismo?
Gracias a la potencia de 1997, un año que además nos dio de todo en las artes (a ti te hablo, OK Computer), Daria y Buffy, the Vampire Slayer son una respuesta natural a los cambios en los roles de género, ayudados por el ascenso de la teoría de la interseccionalidad, que comenzaron a gestarse en la década.
Hoy en día es normal ver a protagonistas mujeres, ya sean cisgénero o queers, representadas en el cine y la televisión, ya que actualmente estamos viviendo una época en la que es más importante que nunca pararse a luchar por lo que uno es. Hay miles de personas marchando por las calles exigiendo que los derechos reproductivos, humanos y la dignidad de las mujeres se respeten y se legislen a consciencia. Pero hace 20 años no era así.
La importancia de estas dos series radica en que fueron de las primeras en romper con lo establecido y por eso, estamos agradecidos. Estas son las razones de por qué son tan bacanes:
Daria
Sus inicios no fueron tan glamorosos. Daria nació como personaje secundario de Beavis and Butt-Head, el clásico cartoon de MTV. La razón de por qué Daria existe es porque la presidenta de la cadena de ese entonces, Judy McGrath, identificó que la serie no tenía ningún personaje inteligente ni femenino.
Algo estaba claro desde un principio: MTV necesitaba una serie sobre chicas, pero con el rasgo principal de ser inteligente. Así fue como se ordenó el spin-off. El primer episodio de Daria vio la luz el 3 de marzo de 1997.
Los buenos números que recibió en un principio, se cree, fueron porque la gente reconoció a la protagonista de su antiguo dibujo animado, pero nunca esperaron a que Daria se convirtiera en una desafiante de la norma. Tampoco esperaban que durara tanto, convirtiéndose en el dibujo animado que más tiempo estuvo al aire en MTV (1997-2002). Temas como la escala social escolar, el poder de los medios en los adolescentes, la lucha racial y los estereotipos fueron tratados con libertad y humor crítico.
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Daria también es uno de los primeros personajes ateos de la televisión. Es sarcástica, no tiene miedo de reflexionar sobre la imagen de los demás y la suya, no le interesa agradar la a gente por su imagen (menos lo hace su mejor amiga, Jane Lane). El show completo es una lección sobre la resistencia política, aunque no lo sea explícitamente. Son adolescentes tratando de navegar por las turbulentas aguas de los últimos años de colegio, al mismo tiempo que todas los desafíos personales van a apareciendo alrededor tuyo, sin olvidar que este mundo es oscuro, enfermo y triste.
Buffy, the Vampire Slayer (La cazavampiros)
Oh, heteronorma. Nunca te viste tan afectada como cuando el 10 de marzo de 1997 el canal The WB emitió la adaptación televisiva de la película Buffy, the Vampire Slayer. Heroínas de acción existen muchas, pero no tantas que le puedan hacer el peso a Buffy Summers.
Situada en el pueblo ficticio de Sunnydale, la protagonista (interpretada por Sarah Michelle Gellar) es la “Cazavampiros” (“The Slayer”), que viene de una larga línea de mujeres que pelean con las fuerza oscuras. De pasar de ser una popular porrista, Buffy debe recibir la guía de Giles para enfrentar las criaturas demoniacas que vienen a interrumpir la paz del pueblo, siempre con la ayuda de sus amigos Willow y Xander.
A grandes rasgos, Buffy no parece más que una serie en dónde la fantasía se mezcla con el horror, pero esa no era la intención de su creador, Joss Whedon. Buffy es la subversión de la víctima del género convertida en un icono pop feminista.
Pero Buffy Summers no lo es todo. El show completo es un legado queer. Retrató a una de las parejas lesbianas más famosas de la tv, que precisamente eran dos brujas. Desde siempre el lesbianismo ha estado asociado a la brujería (muchas mujeres lesbianas murieron en la hoguera por supuestas prácticas de magia negra) y Buffy lo llevó al extremo un estereotipo para convertirlo en una relación amorosa potente.
Esta serie adolescente es una lección sobre los roles de género, con una protagonista fuerte tanto física como psicológicamente con opuestos masculinos que están por debajo de su poder, tiene un abanico de personajes que muestra lo complejo del ser humano, aunque sea en una ciudad llena de vampiros y demonios.