Conversamos con un surfista, un artista del drag, un actor, un motoquero, un profesional del crossfit, un chef, un adiestrador de perros, un sociólogo y un diseñador para abordar desde la mayor cantidad posible de disciplinas lo que significa ser un hombre en el siglo XXI.
“Tienes que ser como eres no más”, dice Rodrigo “Gallina” Avilés (27), quien es actor y locutor de radio. “El hombre antiguo era como más tradicional”, piensa Ignacio Escobar (31), apasionado restaurador de motocicletas. “Es como si las mujeres lo pueden hacer, ¿por qué nosotros no?, cuestiona el cantante Nick Bolt (21) “el rol clásico del hombre es como serio, como yo no soy sexy. Yo destapo eso”.
Bastián Pérez a.k.a Anna Balmánica, diseñador gráfico y transformista, siempre ha dicho “que uno tiene tantas cualidades dentro de uno mismo, y que a veces no caben dentro de una persona porque ya estás ordenado de cierta forma. Es como que ya te armaste tu perfil”.
Tal como se lee en la imagen de Pictoline: los prejuicios de género hacen que los niños sean educados para no mostrar sus emociones. Conversamos con 10 nu minos, que se desempeñan en diversas áreas, para saber cuál es su visión del hombre moderno y analizar cuáles son las características que comparten entre ellos.
A los ya mencionados Bastián Pérez, “Gallina” Avilés, Ignacio Escobar y Nick Bolt, se sumarán:
- Felipe Maturana (24) – Crossfitero.
- Maximiliano Rivera (26) – Chef.
- Benjamín Burchardt (28) – Adiestrador de perros.
- Alberto Siredey (33) – Diseñador gráfico y fotógrafo.
- Iñaki Martínez (24) – Sociólogo.
- Ismael Herreros (32) – Surfista.
Si tuviéramos que resumir en una palabra cómo es el hombre moderno sería conectado. En primera instancia está conectado consigo mismo: sabe que le gusta, sabe lo que quiere y por sobretodo, sabe lo que siente. En segunda; está consciente de su entorno, de los otros y de su posición en la sociedad.
Maximiliano dice que le gusta la cocina “porque tiene un lado relacionado al arte, los colores, la textura y me gusta experimentar ese lado desde ahí”. Para Gallina “el hombre se ha puesto más sensible con el tiempo. Yo me siento como mucho más conectado, mucho más humano en comparación a antiguamente. Uno antes seguía rituales paternales; un hombre hombre un poco se confundía con ser el macho alfa, con ser mino y yo creo que hoy en día no es tan así”.
Iñaki Martinez, sociólogo, cree “que hoy relevante que se inicien todas estas discusiones y se instale una impronta feminista desde la perspectiva de la sociedad civil en general, no solo para la transformación de las mujeres sino que también para el hombre en el sentido de como se observan a si mismos”.
En este sentido, Alberto Siredey, diseñador gráfico y fotógrafo opina sobre la clásica mirada conservadora que nos ha hecho creer que hay un lado femenino con el cual no debemos conectar. “Esta distinta masculinidad no tiene que necesariamente ser gay, porque también hay heterosexuales que son más sensibles. Es bueno que el estereotipo típico que hasta hace diez años estaba hace diez años muy arraigado en la sociedad. Creo que es importante abrirse y ver un poquito más allá”.
“He tratado de ir desarrollando mi vida acercándome cada vez más a la naturaleza y volver a ser un hombre que se conecta con la tierra. Eso para mi estaba perdido. El surf me permitió confiar en la naturaleza y aceptarla como alguien que te cuida, más que como algo ajeno a uno. Me siento parte de la naturaleza”, cuenta el surfista Ismael Herreros.
“Para mi cualquier expresión de amor, desde el arte hacia el vínculo con un animal, mejoran una sociedad por completo” dice Benjamín Burchardt, adiestrador de perros, refiriéndose a la importancia de generar vínculos y comprender al otro para desarrollarse. “Mi trabajo es muy directo con las personas y ha sido igual con los animales, es un trabajo que necesito que la gente se entregue en un cien por ciento, porque yo para poder llegar a un perro necesito primero cruzar a esa persona, moverle un poco el piso, afectar sus creencias”.
Ignacio Escobar, restaurador de motos, dice que estos paradigmas han ido cayendo, y toca un punto compartido entre los varones, que parece ser el motor de todos: tener la libertad, y hacer, lo que uno quiere. “Ahora hay hartos paradigmas que se han ido cayendo, la gente es mucho más libre de hacer lo que quiere y se pasa un poco por la raja el que dirán. Uno está acá para hacer lo que quiera, lo que a uno le haga sentir cómodo”, cree el motoquero. El surfista Ismael, tiene la misma visión: Vivimos para vivir esos momentos, relajados, compartiendo en familia, en sociedad y no estamos preocupados de la pega o lo que tengamos que hacer después”.
“El hombre tiene que dejar de ponerse esa mochila en la espalda del deber ser, dejar fluir su creatividad”, agrega.
Eso si, el chef Maximiliano Rivera da un comentario certero: “Existe el prejuicio en el cocinero, al igual como sucede en las carreras como teatro, donde te preguntan de qué vas a vivir y la reacción que se genera no siempre es positiva y tiene que ver con lo social”.
Los individuos muestran una profunda conexión con las pasiones que los han movido a lo largo de su vida: las siguen, no las sueltan, explotan y trabajan. El mismo Maximiliano viajó a Francia para perfeccionar su técnica, y aprender, en un restaurante con una estrella Michelin. El desarrollo y conocimiento personal se ha vuelto la meta a lograr, lo que modifica la vieja guía de ruta de: estudiar, trabajar y proveer hasta el final de los días.
“Simplemente, hago de todo”, dice Felipe Maturana, crossfitero. Su acercamiento a la exigente disciplina deportiva fue así. Encontró entretenida una prueba de crossfit a principios del 2015 y decidió quedarse. “A finales del 2015 competí en Estados Unidos en un campeonato de las mismas características y nuevamente gané”. Felipe tuvo un accidente en moto y tuvieron que amputarle. Eso no lo detuvo: “A los 7 días me dieron de alta y me dediqué de inmediato a hacer deporte: flexiones de brazo, abdominales, etcétera. El cuerpo está hecho para moverse, yo también tengo trabajo, tengo casa y estudio”, dice.
“Gracias a seguir tu pasión y a no tener miedo de hacer cambios que te permitan acercarte más a lo que te identificas te abre las puertas a un mundo mágico en las que las cosas empiezan a suceder y tu vibración, tu estilo de vida hacen que las cosas funcionen de las maneras más inesperadas”, sentencia Ismael.
¿Y a la hora de seducir? ¿Cómo son? ¿Qué es lo que importa para tener una relación o para engatusar? Lo sensual del hombre ya no vendría siendo de manera exclusiva el atractivo de un cuerpo trabajado o de proyectar la imagen de macho alfa. El ser uno mismo, el ser coherente consigo y estar más atento a lo que el otro tiene que decir, parecen ser los factores a tomar en cuenta a la hora de ponerse en modo conquista.
Alberto comenta que la relación con su pololo siempre ha sido “como otros ojos que me ayudan también a buscar lugares, me propone cosas, siempre está muy involucrado en todo momento”.
“Con mi pololo tenemos muchos intereses similares, entonces, que él esté interesado en lo que hago y que yo esté interesado en lo que hace él nos ha unido un montón y creo que eso ha sido como hemos ido desarrollándonos en nuestros pololeo porque llevamos cinco años” agrega.
Nick cree que “la masculinidad es la esencia de ser hombre, pero sin exagerar. Puede ser una sexualidad relajada, algo sutil también. La sensualidad femenina es mucho más delicada, y la sensualidad masculina es mucho más dura, pero también puede ser delicada. Yo siento que el hombre siempre es más rudo que la mujer, por un tema de género, pero no por ser rudo vas a dejar de sentir”.
“La cocina se puede usar como un arma de seducción porque se conecta con el trabajo manual y la fuerza. También se usa para pedir perdón y demostrar cariño”, aporta Maximiliano. Ser real básicamente, como expone Gallina: “Lo bueno es que lo paso bien, porque hay gente que trata de no ser uno para conquistar, por ejemplo, tengo que ser más simpático y empiezas a actuar la simpatía y se te va a la B. Tienes que ser como eres no más. Si tu arma no es esa, tienes que encontrar tu arma y usarla lo más natural posible, si te fuerzas te descubren, la mujer huele la desesperación”.
Otro ejemplo es Bastián, que toma el arte del drag, el cual empezó como «una locura del momento», para entregar libertad. “Creo que verme a mi como Bastián y verme a mi como Anna y verme tan conforme sobre como soy, que la gente lo pueda ver, quizá ayuda que las personas piensen que por qué no pueden andar igual de libres y expresivos por la vida”, expresa.
Sobre las discusiones actuales que se están dando en nuestro país respecto a los derechos de la mujeres tienen algo que decir, conocen su posición. “Yo creo que se instaló el problema, la discusión y las interrogantes. No sé si eso se ha universalizado, ese es el tema. Creo que se tiene que seguir expandiendo” analiza Alberto.
Ismael que además de surfista es guía de ecoturismo cree que es bueno que las mujeres se empoderen: “Que sean cada vez más las que tomen decisiones y tengan cargos importantes en nuestra sociedad, porque les hemos dejado esas pegas a los hombres y hemos visto como han fracasado, porque el hombre es un egocéntrico. El machismo hace que el hombre se separe. La mujer es gregaria, reúne. La mujer se acepta socialmente con las otras”.
Ismael cierra con una reflexión existencial: “Yo estoy aquí para hacerle sentir a la gente que nunca es tarde para seguir su pasión y que su parte más creativa viene de ahí”.
Entonces, ¿quién seria el new mino? Pareciera ser el que no tiene miedo a ser él mismo.
Los chicos, al igual que las chicas, solo lo quieren pasar bien.